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'Guerras sucias', un documental y un libro

Jeremy Scahill: "La cámara aterrorizaba a los niños en Yemen porque pensaban que era un arma"

  • El reportero de investigación firma Guerras sucias, un documental y un libro
  • Pretende destapar las guerras encubiertas dirigidas por EE.UU. tras el 11-S
  • El documental, filmado en Yemen, Somalia y Afganistán, se estrena el 18

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Tráiler del documental 'Guerras sucias', de Jeremy Schaill y Richard Rowley

Destapar las guerras encubiertas dirigidas por los distintos Gobiernos de Estados Unidos (EE.UU.) desde el 11-S y con el pretexto de la guerra global contra el terrorismo. Ese es el objetivo del ingente trabajo de investigación que el prestigioso periodista de guerra estadounidense Jeremy Scahill ha plasmado en su nuevo libro Guerras Sucias. El mundo como campo de batalla (Paidós, 2013), que sale a la venta este miércoles, y del documental Guerras Sucias (Dirty wars), que se estrena este viernes 18 en España.

El anterior libro de investigación de Scahill, Blackwater: El auge del ejército mercenario más poderoso del mundo (Paidós, 2008), se convirtió en un best-seller y, tras manifestar su interés en él muchos cineastas, finalmente se plasmó en un corto documental (Blackwater's Youngest Victim) estrenado en 2009 por The Nation (la revista para la que trabaja Scahill) dirigido por Richard Rowley (Fourth World War).

Esta vez Scahill no quería esperar hasta acabar el libro para hacer la película y, en 2010, recurrió a Rowley para trabajar juntos desde el principio en su trabajo de investigación de las guerras encubiertas y el ascenso del, entonces secreto, Mando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC en sus siglas en inglés).

El documental Guerras sucias (Dirty wars) se filmó entre 2010 y 2012 en Yemen, Somalia, Afganistán y Estados Unidos con cámaras ligeras que permitiesen a Scahill y Rowley viajar ligeros de equipaje y pasar desapercibidos en determinadas situaciones difíciles.

"Queríamos poner un rostro a las víctimas de la guerra"

RTVE.es ha hablado con Scahill sobre su libro y sobre el rodaje de este impactante documental que ya ha recorrido varios festivales y ha ganado el premio a la mejor fotografía en el Festival de Sundance y el premio del jurado en el Boston Independent Film.

-Pregunta: ¿Qué pretenden conseguir con Guerras sucias? ¿Con qué se sentirían satisfechos?

-Respuesta: "El objetivo principal como periodista ha sido poner rostro a las víctimas de las guerras. El libro y la película pretenden, por un lado, hacer una investigación seria de las acciones militares encubiertas del Gobierno de los EE.UU., que pueda aportar al público información que pueda ayudarles a tomar decisiones informadas sobre qué políticas deberían apoyar y a cuáles oponerse; pero, al mismo tiempo, quería contar las historias de las víctimas civiles de las guerras de todo el mundo, que son las víctimas de estas acciones. En EE.UU. a ninguna de estas dos facetas se les da cobertura seria por los medios, la gente que es asesinada en estos ataques, estas excursiones nocturnas, ataques con drones..., son declaradas como víctimas o terroristas. Y yo quiero hacer sus historias reales, que su humanidad sea real para la gente cuyas contribuciones subvencionan estas guerras".

-P: ¿Cómo fue el rodaje del documental?

-R: "Para mí fue prácticamente como una pequeña pesadilla porque no me gustaba estar en cámara... En algunos planos parece que estoy asustado porque puedo recibir un disparo, pero en realidad es que estoy enfadado con el cámara. (Ríe). Queríamos que no fuera una historia personal y, una vez que acordamos que yo contaría la historia, honestamente, fue muy doloroso hacerlo así porque todos los días tenía en mente las historias de esta gente que había conocido...

(Nos muestra la fotografía de una niña incluida en el libro). A esta niña la conocí en Yemen. Su familia fue asesinada en el primer ataque de misiles autorizado por Obama en 2009. Cuando llegamos a entrevistar a los supervivientes de este bombardeo, los niños estaban aterrorizados de la cámara porque pensaban que era una pistola o algún tipo de arma... Ellos no habían oído hablar a nadie en inglés jamás, no habían oído ninguna otra lengua... debíamos parecer extraterrestres para ellos...

La metáfora de este viaje es que esta gente lo único que conocen de los americanos es el misil que mató a su familia".

Recuerdo a esta niña porque tenía esos penetrantes ojos negros. Es muy bonita y tiene esos ojos negros. Y la imagen de su cara se me quedó grabada en mis ojos... como cuando miras un momento al sol y te deja ciego, cierras los ojos y aún puedes ver el sol... eso sentí con esta niña. Y cuando estábamos montando la película, pasó que un día que paramos la cinta justo en su imagen, en una gran pantalla... y miré a sus ojos, y por primera vez me di cuenta de que en el reflejo en sus ojos era mi reflejo y el director que estaba conmigo enfrente de ella. Para mí fue un momento muy doloroso el darme cuenta de que no tenía ni idea de cómo ella me veía a mí. Para mí es una metáfora de este viaje, el cómo somos vistos por esta gente que lo único que conocen de los americanos es el misil que mató a su familia".

EE.UU. "crea más enemigos"

-P: Una de las conclusiones de Guerras sucias es que el mundo se ha convertido en un "campo de batalla" para EE.UU. ¿Cuáles son los riesgos de esto?

-R: "Esa frase no la he inventado. Es de Donald Rumsfeld, que, cuando era secretario de Defensa, poco después del 11-S, la incluyó en uno de sus famosos memorándums, cuando la Administración Bush preparaba su guerra global. Rumsfeld hizo una asociación, que las fuerzas militares de EEUU tenían derecho a entrar en cualquier país que ellos creyeran que tenía algún tipo de hostilidad hacia los EE.UU.: 'Podemos ir a cualquier lado porque ahora el mundo es un campo de batalla'. Lo que esto significa es que EE.UU., bajo la Administración de Bush y Obama, está asumiendo que tiene derecho de asesinar a gente en cualquier país donde le dé la gana. El mensaje mandado a la humanidad es que para el Gobierno de EE.UU. hay unas normas y para el resto del mundo hay otras. Si China o Rusia hicieran esto mismo, EE.UU. enfurecería y estaría todo el día condenándoles como naciones sin ley. Pero Obama, que ganó el Nobel de la Paz, puede ponerse de pie frente al mundo y decir 'tenemos razón para hacer esto'.

EE.UU. asume que tiene derecho de asesinar a gente en cualquier país donde le dé la gana"

¿Que cuáles son los riesgos? Lo primero es que creo que estamos creando más nuevos enemigos que terroristas a los que matamos. Y gastando cantidades astronómicas de dinero en una guerra fallida en la que mueren jóvenes americanos y europeos, y ¿para qué? ¿quién es el beneficiado?

Los únicos ganadores de los últimos doce años después del 11-S son las grandes empresas armamentísticas. La gente normal como nosotros, o la de Pakistán o Yemen, no saca beneficios de esto, y tampoco nos da más seguridad. Y creo que vamos a ver más terrorismo inspirado en lo que ha ocurrido en estos últimos 12 años. Al Qaeda como entidad central se ha desarticulado y ahora tenemos pequeños grupos en todas partes del mundo, algunos con una agenda contra el Gobierno de su propio país y otros con una agenda yihadista más global, pero todos están motivados de una manera u otra por lo que EE.UU. ha hecho en estos años en el mundo".

"Debilitar" los valores democráticos con la tortura

-P: Hace unas semanas, RTVE.es entrevistó a Oliver Stone por la presentación de su serie documental La historia no contada de los Estados Unidos: (emitida por La 2 de TVE). En la entrevista, el cineasta nos decía que en EE.UU. "somos abusones porque tenemos la mayor bomba". ¿Comparte esta visión?

-R: (Ríe) "Oliver Stone es un buen amigo. Y creo que hay algo de verdad en lo que dice. Si vas a una pelea de cuchillos y llegas con una semiautomática, vas con bastante seguridad. Creo que fue Roosevelt quien dijo 'habla bajito y lleva un gran palo'. Sigue siendo abusón llevar un palo, pero ahora EE.UU. habla alto y lleva un gran palo. Hemos debilitado nuestros propios valores democráticos con nuestras acciones desde el 11-S, usando la tortura, invadiendo países, asesinando a gente con drones...

Usar la tortura, invadir países, asesinar gente con drones... debilita nuestros valores democráticos"

¿Qué imagen tenemos para el resto del mundo? ¿Qué imagen de EE.UU. tiene el español medio? Desde pequeño en EE.UU. te meten en la cabeza que es el país más grande en la historia de la civilización. Por eso tienes presidentes como Bush y Obama, que son presidentes americanos radicales excepcionalistas, y todo se convierte justificable en nombre de la defensa de los intereses propios. Y esta política de contraterrorismo o de seguridad nacional, a fin de cuentas es la defensa de los intereses de EE.UU.... y quién define cuál es el interés americano: ¿una mujer soltera con tres niños y dos trabajos? ¿cómo lo define ella...? ¿Es la misma definición que daría el mandamás de una empresa de armamentos?... ¿Qué voz es más importante para el presidente de EEUU? ¿La madre soltera con tres hijos, o el jefe de la compañía que contribuye a la campaña electoral?

-P: El documental se cierra con una pregunta: '¿cómo se puede poner fin a una guerra así?'. ¿Tiene usted la respuesta?

-R: "Pasamos semanas pensando cómo terminar la película... Algunos sugirieron poner estadísticas sobre el número de gente asesinada o ideas de qué podía hacer la gente frente a esto. Si me hubieses preguntado hace diez años, quizás habría sido lo suficientemente arrogante para pensar que podía contestar. Así que decidimos acabar con todas esas cuestiones porque queríamos animar al debate. Yo creo que no hemos escuchado las mejores ideas aún y me niego a creer que no haya una fórmula para parar esta guerra, porque si no me pego un tiro. Debemos tener esperanza en el corazón, sino no te dedicas al periodismo. Y no hablo de esperanza como la "esperanza de cambio" de la campaña presidencial de Obama (ríe)".

El documental Guerras sucias, distribuido por Betta Pictures, podrá verse desde este viernes 18 de octubre en varias salas de Madrid, Barcelona, Valencia y San Sebastián.