Multas, horarios, cárcel y "licencias para pedir": así se sanciona a las personas sin hogar
- Las ONG denuncian un aumento de las políticas sancionadoras en la UE
- Hungría ha reformado la Constitución para encarcelar a quien viva en la calle
- En Charleroi, Bélgica, se organiza a los mendigos por barrios y turnos horarios
- En una ciudad de EE.UU. pondrán en vigor un permiso para pedir en la calle
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Las organizaciones que trabajan en defensa de los derechos de las personas sin hogar vienen registrando a lo largo y ancho de la Unión Europea un cambio en las políticas y normativas locales tendente a la sanción, lo que consideran que vulnera los derechos fundamentales de personas ya de por sí vulnerables y excluidas, que no están en condiciones de alzar su voz para reivindicar sus demandas.
Hungría ha sido recientemente foco de atención mediática por esta causa. Pero no es el único país que, a juicio de los promotores de la campaña "Poverty is not a crime" ('la pobreza no es un crimen') "hostiga" a las personas sin hogar con leyes que "criminalizan" sus actividades diarias.
Hungría prohíbe vivir en la calle
El pasado 2 de octubre el Parlamento húngaro aprobaba una nueva legislación que permite a los ayuntamientos establecer en qué zonas de los municipios está prohibido vivir en la calle y castiga a los sin techo con multas de hasta 500 euros y 60 días de cárcel.
En noviembre de 2012, el Tribunal Constitucional anuló una ley de ese mismo año argumentando que la prohibición de vivir en la calle era inconstitucional. Sin embargo, el partido Fidesz utilizó su mayoría parlamentaria de dos tercios para modificar la Carta Magna y poder tramitar la nueva ley.
Todos aquellos que no obedecen a las autoridades y continúen viviendo en las calles cometen un delito menor y puede ser obligados a trabajar en obras públicas o bien ser sancionados con multas de entre 16 y 500 euros o penas de cárcel de entre uno y 60 días.
“Operaciones de limpieza” en Grecia
En Grecia, las disposiciones legales no criminalizan directamente a las personas sin hogar, pero hay otras leyes y reglamentos que les dificultan llevar a cabo actividades básicas para su supervivencia como, por ejemplo, utilizar espacios públicos como plazas, parques o jardines.
Los principales grupos afectados son el pueblo romaní, normalmente amenazado con la expulsión, pero también los inmigrantes indocumentados, que a menudo son arrestados y detenidos en las llamadas “operaciones de limpieza”, llevadas a cabo por agentes de la policía y del Ministerio de Salud con el objetivo de proteger la salud pública y prevenir la criminalidad. La gran mayoría de estas personas carecen de hogar o viven en condiciones miserables.
Médicos Sin Fronteras ha pedido a las autoridades que modifiquen la ley y que se salvaguarde el acceso sin obstáculos a la atención sanitaria para las personas que lo necesitan, mediante servicios médicos que no restrinjan el acceso y sin la intervención de la policía.
Bélgica: la racionalización de la hora de pedir
La ciudad de Charleroi ha introducido hace justo un mes una normativa para impedir que las personas pidan los domingos y para que se distribuyan por distintas zonas de la ciudad cumpliendo unos horarios prefijados, entre las 8:00h y las 18:00h.
Según las autoridades municipales, la concentración de mendigos en determinadas áreas del centro genera una sensación de inseguridad entre la población, así como la interrupción de la actividad empresarial privada o de actos públicos.
La policía será la encargada de supervisar el cumplimiento de estas normas y, en caso de vulneración, la persona que pide será detenida y, si es reincidente, podrá estar en detención administrativa hasta diez horas.
La "mendicidad agresiva": la ‘solución’ francesa
Sucesivos decretos municipales en ciudades como Niza, Marsella, Montpellier o Chartres han emitido decretos en los últimos años que prohíben la mendicidad particularmente durante el verano.
A finales de 2011, el ministro del Interior francés, Claude Guéant, emitió una serie de ordenanzas para prohibir la presencia de mendigos en las zonas comerciales y turísticas de París, con el fin de evitar que los turistas fueran asaltados por lo que se consideraban mafias organizadas de mendicidad. La policía exigía a las personas sin hogar que mostraran sus documentos de identidad y las desplazaba a otras zonas.
Con el cambio de gobierno se ha retirado la medida, pero de manera recurrente vuelve el debate en París y en el resto de Francia con las medidas contra la mendicidad agresiva, especialmente protagonizada por bandas de romaníes, cuyos campamentos son otro quebradero de cabeza para el gobierno francés y un caldo de cultivo para una xenofobia rampante.
"Licencia para pedir" en una ciudad de New Jersey
Una medida más llamativa llega de Estados Unidos, de Middle Township, una población en el estado de New Jersey, de apenas 20.000 habitantes. Con el mismo objetivo de erradicar la mendicidad agresiva, el próximo 27 de octubre entrará en vigor un permiso gratuito y renovable que acreditará a las personas para pedir en la calle.
Se concederá después de una evaluación por parte de la policía municipal y será condición imprescindible para ocupar un lugar en la calle, so pena de multa de 250 dólares (185 euros) en la primera detención y hasta 1.000 dólares (740 euros) en la tercera, incluyendo pena de hasta 30 días de prisión y 15 días de servicios a la comunidad a quien no solicite este permiso.
Además, la licencia para pedir no está exenta de una larga lista de prohibiciones. No se puede ejercer la mendicidad a menos de 30 metros de un cajero automático ni a menos de ocho de la puerta de una empresa, en propiedades privadas, en las paradas de transporte público, no se puede detener a los transeúntes ni abordar a los conductores en semáforos, y está prohibido pedir entre las 20:00h y las 8:00h.