Recuperar un pazo, un sueño y una oportunidad
- Pazo de Vilane apostó por la vuelta al campo cuando los agricultores lo dejaban
- Comenzaron con huevos, ahora tienen mermeladas y jugo de frambuesa
- Su apuesta: cuidar "siempre" lo que hacen
"Comenzamos con cincuenta gallinas en 1996. Ahora, tenemos 50.000" y otros productos de calidad cómo mermeladas. "Cuando todo el mundo se iba del campo, apostamos por recuperar el pazo familiar" en Lugo y montar un negocio, Pazo de Vilane, que da trabajo a veinte personas hoy en día. "Somos una idea contra corriente".
La familia Varela-Portas de Orduña nos cuenta sus secretos para mantener, en tiempos de crisis, un negocio que comenzó en los años 90 administrado por tres hermanos que día a día viven con ilusión nuevos proyectos.
Nuria, la gerente, recuerda cómo los inicios fueron difíciles porque “no nos entendían”, algo que todavía hoy les sucede, añade al referirse a uno de sus últimos productos, el jugo de frambuesa. “Pero para nosotros lo importante es mantener el enfoque ecológico, el respeto a la tierra, a esta tierra gallega, a cuidarla y seguir dando pasos y logrando productos gallegos de calidad, artesanos", añade.
Tres hermanos unidos por un proyecto al que su padre Juan les animó. RTVE.es conoció este negocio en una celebración del Día Internacional del Huevo. Con este motivo, el Pazo de Vilane quiso presentar su nueva ventana al mundo, una web más cuidada en la que recogen los secretos de este negocio familiar en el que participan tres hijos de Juan Varela-Portas, dos chicas y un chico.
“Vivimos de los huevos pero tenemos muchos proyectos”, nos cuentan en la presentación. Hacemos productos de calidad, cuidados, respetando el entorno que tanto trabajo nos ha llevado recuperar, llevaban 20 años abandonados. Unos terrenos familiares con pazo incluído que dan trabajo a 20 personas de la zona. “Recibimos una petición de trabajo, cada día, tenemos hecha una lista", aseguran. "Nos interesaba en este proyecto un efecto social y era recuperar el empleo agrario, es decir, apostar por el trabajo en el medio rural".
“Una apuesta por el trabajo en el medio rural“
Pazo de Vilane fue pionero en dejar las gallinas sueltas, "son huevos camperos", las gallinas tienen sus espacios específicos para la puesta, pero cada día, pasan unas horas en libertad, bajo los árboles de la finca, algunos por cierto, plantados respetando el paisaje autóctono, como los castaños.
"Esos árboles dan sombra a los animales en días soleados y al mismo tiempo nos ofrecen su fruto para futuros productos", nos detallan.
“Nuestras tierras de cultivo están rodeadas de bosques autóctonos con múltiples especies que ayudan a mantener la diversidad medioambiental”, nos cuentan. Es fundamental mantener este equilibrio, esta riqueza, apostando por el cultivo sin productos químicos o de síntesis de nuestras frambuesas y arándanos. “Del mismo modo, la riqueza del entorno nos ayuda a poder cuidar de la mejor manera a nuestras gallinas en libertad”.
La riqueza del entorno nos ayuda a cuidar de la mejor manera a nuestras gallinas en libertad
Huevos primero, ahora mermeladas y jugo
Las mermeladas de frambuesa y de arándanos llevan algunos años en el mercado, están realizadas con frutas de la finca, y en Pazo de Vilane apostaron por añadir fructosa y no azúcar para proteger el aroma de las frutas, "y que sea tolerado para diabéticos", nos cuentan.
Su última apuesta, mermelada de tomate, a partir de tomates cosechados en su tierra. “Hemos conseguido un ketchup de gourmet”, pues el sabor es agridulce, en unas semanas tendrá la etiqueta ecológica y estará a la venta.
“Ahora, un ketchut de gourmet“
Junto a las mermeladas, nos muestran otra de sus innovaciones, el jugo de frambuesas, un producto todavía poco entendido y muy cuidado, para añadir a helados, carnes, cócteles. Este jugo puede tener un destino muy adecuado para tiendas de exquisiteces o en manos de verdaderos gourmets. Ofrecen una receta con él, se trata de un cóctel con cava y revelan los demás ingredientes: jugo, agua con gas y un poco de hierba luisa macerada.
Ayudados por expertos culinarios como Rita Cifuentes han conseguido este zumo tan especial a base de maceración y respeto al fruto pues, nos cuenta Rita, no queríamos que la cocción superase los 100 grados para preservar los aromas y la sutileza del sabor de la frambuesa. Lo que se pretende es dejar a la imaginación del cocinero su utilización, aunque sugieren cócteles, añadidos a los yogures o las carnes.
“Pazo de Vilane es una idea contra corriente, cuando todo el mundo se iba del campo a la ciudad, se nos ocurrió hacer lo contrario", dice Nuria Varela-Porta, nosotros nos fuimos al Pazo a recuperar las tierras familiares en 1996 y pocos nos entendieron, por supuesto, los bancos, nada, entonces nos decían que el dinero lo prestaban para otras cosas, temas inmobiliarios, por ejemplo.
Del Pazo al consumidor
“Vilane es como un cuadro que tenemos que pintar cada día”, recuerdan así la frase que su padre Juan, fallecido hace sólo tres años, les decía para animar el trabajo. Esta es “su razón de ser y su sentido de estar”, recuerdan sus palabras.
Cada frambuesa, cada arándano, es recogido a mano, en su punto de maduración, “frambuesa a frambuesa”, nos cuentan, “una a una a mano”, y no hemos encontrado otras mermeladas que igualen nuestro producto, y que ofrezcan un 80% y un 75% de fruta, respectivamente. Son deliciosas para tomar con tostadas, quesos, patés, yogurt…
No conformes con solo realizar las tareas de produccón en Pazo de Vilane han querido abarcar todo el proceso de principio a fin, de modo que son ellos mismos quienes se ocupan del transporte y acercan el producto al consumidor. "Seguiremos ampliando con ciertos límites que impone el hecho de que podamos cuidar lo que hacemos", nos cuentan Nuria y Piedad.
Unido a ese propósito, la web permite la venta on line, abierta a introducir otros productos producidos por vecinos de Vilane.
Pazo de Vilane, esituado en Antas de Ulla, tiene más proyectos en marcha y, aunque no quieren dar detalles, parece que ya hay otras muchas ideas, entre ellas, la posibilidad de recuperar otro de los espacios y convertirlo en un lugar vivo, dedicado a otras actividades. Fuerza, ganas de seguir trabajando, ilusión y amoroso hacer son los ingredientes que dan forma a sus nuevos sueños.