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Investigadores de Baleares estudian la evolución del castellano a través de traducciones de la Biblia

  • La Biblia es el único texto escrito del que se conocen diversas versiones
  • Usarán técnicas de análisis innovadoras con un corpus textual online
  • El portal Biblia Medieval tiene 5 millones de palabras y 17.000 imágenes digitales

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Biblia manuscrita.
Biblia manuscrita.

Las traducciones de la Biblia al castellano hechas durante la época medieval son la materia prima para un grupo de investigadores de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), para estudiar la evolución histórica de la lengua castellana.

Concretamente, investigarán la variación gramatical y el cambio morfosintáctico en español usando técnicas de análisis innovadoras del campo de la lingüística diacrónica. El corpus textual que usarán, más de cinco millones de palabras, se encuentran en la web Biblia Medieval, un portal creado en 2004 como un recurso informático de acceso libre y gratuito en el que se pueden consultar prácticamente todas las versiones bíblicas medievales en castellano.

Según ha explicado la UIB en un comunicado, la Biblia es el texto más influyente de la Edad Media hispánica, ya que tuvo repercusión en ámbitos diversos de la cultura, el pensamiento y el arte medieval.

La Biblia: mismo texto, distintas versiones

El interés de los investigadores por las Biblias romanceadas, tal y como se llaman las traducciones bíblicas al castellano de la época medieval, se debe a que son el único texto escrito del que se conocen versiones compuestas en todos los períodos de la historia de la lengua, por lo que la comparación de las diferentes versiones ofrece una perspectiva para observar la evolución del castellano escrito desde los inicios.

Las Biblias romanceadas aparecieron en paralelo al inicio del castellano escrito y, de hecho, los primeros textos extensos escritos en castellano que se conservan son de esas mismas traducciones de los textos bíblicos. 

Algunas de estas Biblias castellanas han llegado hasta nuestros días a pesar de la prohibición de la iglesia católica, que durante la época medieval persiguió la traducción de los textos sagrados a lenguas vernáculas. Parece que las Biblias que hoy se conservan no llegaron a ser destruidas porque pertenecían a personajes de la nobleza y la realeza, quienes contaban con poder suficiente para desafiar la prohibición eclesiástica.

En el portal Biblia Medieval, además de las Biblias medievales castellanas, también se pueden consultar las fuentes latinas o hebreas. Asimismo, la web recoge los pasajes de obras historiográficas y libros o fragmentos de contenidos bíblico escritos en castellano durante la Edad Media.

La guía de los peregrinos

Entre ellos, uno de los textos más antiguos que se conservan corresponde a los pasajes bíblicos traducidos del hebreo que aparecen en La Fazienda de ultramar, un itinerario por Tierra Santa que constituye una especie de guía para los peregrinos de la época, que al parecer proceden de una traducción previa que se podría situar a finales del siglo XII o principios del XIII. En la actualidad, el único testimonio de este texto se conserva en la Biblioteca Universitaria de Salamanca.

Los investigadores trabajarán sobre este y otros textos históricos que conforman un gran corpus digitalizado de más de cinco millones de palabras y 17.000 imágenes digitales de los textos originales. Además se trata del primer corpus histórico español disponible en Internet con un criterio único de presentación para todos los textos. 

La web se ha desarrollado bajo la dirección técnica del investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el doctor Francisco J. Pueyo. Reúne recursos como un bibliografía exhaustiva indexada y enlaces a concordancias de los textos. 

El proyecto Biblia Medieval es una iniciativa coordinada por el doctor Andrés Enrique-Arias, profesor del Departamento de Filología Española, Moderna y Clásica de la UIB , y en la que participan actualmente investigadores del CSIC, de la Bringham Young University (EE. UU.), de la Saint Louis University (Madrid), de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y de la Universidad Ca'Foscari de Venecia (Italia), además de la propia UIB . 

El proyecto cuenta con la financiación de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER), la UIB, la Fundación San Millán de la Cogolla y la American Council of Learned Societies.