La oposición siria condiciona el diálogo de paz a la salida de Asad del poder
- Así lo ha hecho saber su líder en la reunión de los Amigos de Siria
- El ministro de Exteriores británico asegura que Asad no tendrá "ningún papel"
- Quedan obstáculos por resolver para que la oposición y el régimen dialoguen
La reunión de los Amigos de Siria celebrada este martes en Londres no ha conseguido dibujar un panorama favorable para Ginebra II, la conferencia de paz que pretende poner fin por la vía diplomática a la guerra siria. La oposición siria ha advertido de que no asistirá a la reunión a menos que el presidente Bachar al Asad sea expulsado del poder y una furiosa Arabia Saudí ha dejado claro que dejará de cooperar con EE.UU. tras su acercamiento a Irán.
El ministro de Exteriores británico ha asegurado que el presidente sirio, Bachar al Asad, no desempeñará "ningún papel" en el futuro político de Siria y ha animado a la oposición moderada siria a sumarse a la conferencia.
"Hemos dejado claro que (el presidente sirio) Asad no tendrá ningún papel en una Siria pacífica y democrática", ha enfatizado el jefe del Foreign Office, al tiempo que ha abierto la puerta a que Irán participe en estas conversaciones de paz.
Pero una de las facciones que integran la Coalición Nacional, el Consejo Nacional Sirio, no confía en las negociaciones con el régimen de Damasco.
"El sultán se debe ir"
El jefe de la oposición siria, Ahmad Jarba, quiere una respuesta más contundente de sus aliados internacionales y regionales. Jarba considera que la oposición siria se arriesga a perder su credibilidad si accede a asistir a unas charlas que no tienen como mete el fin de Asad. "La gente no nos creerá y nos verá como traidores a la revolución y a la sangre de los rebeldes", asegura, según el texto.
EE.UU. y Rusia acordaron en mayo la celebración de la conferencia conocida como 'Ginebra 2' para poner fin a un conflicto que ha matado a más de 100.000 personas y ha condenado al exilio a más de dos millones. Sin embargo, todavía quedan algunos obstáculos por superar y no hay fecha para el encuentro, pese a que la Liga Árabe señaló que podía celebrarse el próximo 23 de noviembre.
"El sultán se debe ir", afirma Jarba. "Ginebra no puede tener éxito y no participaremos si se permite que Asad gane tiempo para derramar la sangre de nuestra gente mientras el mundo mira".
Este mismo lunes Asad afirmó que no encuentra objeciones para aspirar a un nuevo mandato en 2014. Además, aseguró que no se dan los "factores necesarios" para que una nueva conferencia de Ginebra sobre Siria tenga éxito, aunque dijo estar dispuesto a participar.
Uno de los escollos de las negociaciones es la fractura de la oposición siria. Muchos de los rebeldes islamistas que luchan en Siria se niegan reconocer a la oposición en el exilio, apoyada por Occidente.
Los esfuerzos por presentar un frente unido han sufrido, además, un nuevo revés ya que el jefe de Inteligencia de Arabia Saudí ha dicho que habrá un "gran cambio" en las relaciones con Estados Unidos en protesta por su falta de acción en el conflicto sirio y por su acercamiento a Irán.
El régimen coopera con los inspectores
Y mientras las potencias siguen discutiendo la vía diplomática para acabar con el conflicto en Siria, la misión internacional para el desmantelamiento del arsenal químico en Siria continúa trabajando sobre el terreno.
La jefa de la misión, Sigrid Kaag, ha agradecido este martes al Gobierno sirio su "completa cooperación" con el equipo de inspectores desplegados en el país.
Desde Damasco, donde este lunes estableció su oficina como coordinadora de la misión, Kaag ha reconocido que el calendario supone un "reto", ya que se prevé la destrucción de ese tipo de armamento en la primera mitad de 2014.
Por el momento, los inspectores ya han supervisado 17 sitios donde se almacenan o producen armas químicas del régimen y en 14 de esos lugares han llevado a cabo actividades relacionadas con la destrucción de equipos para evitar que las instalaciones puedan ser utilizadas, según informó este lunes la OPAQ.
Hasta el próximo 1 de noviembre, los especialistas de esta organización tienen como objetivo verificar la información aportada por el régimen sobre su programa de armas químicas.
El desarme químico es parte del acuerdo alcanzado en septiembre entre Moscú y Washington para evitar una intervención militar estadounidense en Siria, tras el ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto contra barrios de la periferia de la capital siria que causó más de mil muertos, según denunció la oposición y cuya autoría negó el régimen.