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Análisis

La cumbre 'pinchada'

  • La Cumbre Europea se centrará en el espionaje estadounidense
  • Las expectativas de una respuesta contundente por parte de la UE son escasas
  • La política de inmigración centrará también los debates

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La cumbre de la UE tratará el espionaje de EE.UU. y la inmigración

Las últimas revelaciones sobre el espionaje estadounidense, incluido el supuesto pinchazo del móvil de la canciller Merkel, han agitado la cumbre que arranca este jueves en Bruselas. Pero las expectativas de una respuesta contundente por parte de la UE son escasas.

El Parlamento Europeo ha sido la institución que ha ido más lejos. Este miércoles, antes de conocer el último episodio de la saga, la Eurocámara aprobaba una resolución en la que sugiere una represalia: suspender el acuerdo de intercambio de datos sobre movimientos bancarios –conocido como SWIFT-, convenio que Washington considera esencial para la lucha contra el terrorismo.

Sometimiento a la legislación europea de protección de datos

Pero, según fuentes comunitarias, es improbable que los jefes de estado y de gobierno vayan tan lejos. El más empeñado en una respuesta europea es el presidente francés François Hollande. Pero su petición más enérgica es acelerar la tramitación de la nueva directiva europea sobre protección de datos.

No es una tema banal. El proyecto legal que ha salido del Parlamento Europeo obliga a Google, Yahoo, Apple y otros gigantes del negocio de los datos a someterse a la legislación europea de privacidad.

No podrán transferir datos a la CIA si no lo autoriza antes una autoridad europea. Algo que estas empresas, y el propio gobierno estadounidense, han intentado de frenar.

Pero de ahí a tomar medidas directas contra un socio del calibre de Estados Unidos... La colaboración de Washington es vital, según admiten en privado diplomáticos y políticos de la Unión, en la lucha contra el terrorismo también en suelo europeo. Seamos honestos, nosotros también espiamos”, relativizaba esta semana el ex ministro de Exteriores francés Bernard Kouchner.

Inmigración, una preocupación mediterránea

El otro gran tema es la inmigración. Un asunto viejo. La primera cumbre dedicada a la cuestión se celebró en Tampere (Finlandia)  en 1999. Pero el debate se inflama cada vez que las televisiones muestran una entrada masiva de inmigrantes o una tragedia de ciertas dimensiones como la última de Lampedusa (Italia).

Los gobiernos de los países mediterráneos, encabezados por Italia y España, han conseguido que el tema figure con cierto peso en el proyecto de las conclusiones de la cumbre. En el texto figura el compromiso de reforzar la colaboración en el control de fronteras.

Pero Alemania y el resto del Estados del norte no acaban de aceptar que la factura de vigilar el Mediterráneo deba ser compartida.

El borrador de conclusiones no dice nada de aumentar el presupuesto de la agencia Frontex. “No habrá nuevos instrumentos”, zanjaba este jueves una fuente europea.

Además, el texto aclara que no habrá nuevas medidas hasta junio de 2014, es decir, hasta después de las elecciones europeas. Un intento de enfriar el debate. O quizá de prevenir que la cuestión migratoria dé alas a los partidos populistas en esos comicios.