El movimiento antitroika luso moviliza a miles de personas contra el Gobierno
- Protestan contra las políticas de austeridad y exigen la salida de la "troika"
- Consideran la política de recortes "fallida" tras tres años de austeridad
El movimiento ciudadano de indignados lusos ha movilizado este sábado a miles de personas en Lisboa y otras doce ciudades en Portugal contra las políticas de austeridad del Gobierno y ha exigido la salida de la "troika" del país.
La manifestación convocada por el colectivo "Que se lixe a troika" (Que se fastidie la troika) coincide con el debate de los presupuestos estatales en el que se aprobará un nuevo paquete de recortes y ajustes de cerca de 4.000 millones de euros.
El Ejecutivo conservador espera con este plan rebajar el déficit público hasta el 4% en 2014, meta exigida por la "troika" -la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- en los compromisos del rescate concedido a Portugal en mayo de 2011.
Consideran la política de recortes "fallida"
Los organizadores de la marcha se oponen a estas nuevas medidas, al igual que los partidos de izquierdas y sindicatos, que censuran una política que consideran "fallida" después de tres años de medidas de austeridad.
“No hay callejón sin salida“
Bajo el lema "No hay callejón sin salida", Lisboa lideró el repudio en las calles con la marcha más multitudinaria, aunque con menor afluencia que en otras organizadas por el mismo movimiento.
El desfile de este sábado partió de la plaza de Rossio y finalizó en las escaleras del edificio del Parlamento portugués con discursos e intervenciones de músicos y artistas.
En el recorrido, los manifestantes exigieron la dimisión del Gobierno en consignas contra el primer ministro, Pedro Passos Coelho, como "Passos, sal de aquí y llévate al FMI".
Además de reivindicaciones y críticas, muchos reclamaron esperanza como un cartel que pedía a los políticos "Llévenselo todo, menos el futuro".
"El salario no nos llega"
Maria José Moreno, jubilada de 67 años y que nunca ha faltado a una protesta contra la troika desde 2011, volvió a la calle por su hijo y sus dos nietos, explicó a Efe, a los que mantiene con su pensión porque "el salario no les llega".
Isabel Pachete, una economista con trabajo pero afectada por los recortes y subidas de impuestos, se manifestó "por solidaridad" y porque entiende que el país se acerca a un "agujero enorme de pobreza". "O las personas del Gobierno están locas o son unos incompetentes", afirmó a Efe.
Algunos colectivos se hicieron distinguir con pancartas y camisetas en la marcha como los trabajadores de la sanidad y de la educación, o los jubilados, algunos de los sectores más afectados por los recortes.
El Gobierno planea aprobar una rebaja del 10 % de las pensiones públicas de más de 600 euros, así como una disminución de salarios de los funcionarios de entre un 2,5% y un 12% para aquellos que cobren más de 600 euros al mes.
Protestas en otras ciudades
En el resto del país, Oporto, la segunda ciudad portuguesa en importancia, reunió a varios miles de personas que expresaron el descontento en la céntrica plaza de la Batalla.
Otras once localidades, entre ellas Aveiro, Coimbra, Braga y Faro, se unieron a la protesta, aunque en Castelo Branco se desconvocó la marcha por falta de afluencia.
En anteriores ocasiones, el movimiento antitroika, organizado principalmente en las redes sociales, reunió a decenas de miles de personas en las manifestaciones más multitudinarias de la historia de la democracia de Portugal.
Las protestas se han sucedido desde 2010 a medida que empeoraban las condiciones económicas de Portugal, que ha visto duplicar su tasa de paro en ese periodo y ahora se sitúa en torno al 17%.
Los duros recortes mediante bajada de salarios de funcionarios y una fuerte subida de la carga fiscal han enfrentado también a los sindicatos con el Gobierno, que planean más paros, entre ellos una huelga en el sector público para el próximo 9 de noviembre.