El expresidente de Pescanova demanda a la empresa por despido improcedente
- El informe de viabilidad apunta que la empresa puede seguir "sin trocearse"
- El ajuste de su estructura en España puede evitarse con ventas de activos
El expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, ha presentado una demanda por despido improcedente contra la compañía gallega, en la que ha desarrollado su actividad durante casi 40 años, según han informado fuentes conocedoras de la situación de la pesquera.
En concreto, según ha informado Europa Press, Fernández de Sousa y la firma gallega -donde ha trabajado desde 1977- celebraron la semana pasada un acto de conciliación en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de Vigo que terminó sin acuerdo, y en el que el expresidente de Pescanova defendió su condición de trabajador de la compañía durante 37 años.
Fernández de Sousa, que cuenta con un 7,515% del capital de la gallega, presentó su dimisión como presidente de la compañía el pasado 17 de julio, después de conocerse el informe forensic realizado por la auditora KPMG que reveló que se habían realizado prácticas contables para ocultar deuda en los últimos ejercicios, y que esas prácticas eran "instruidas, ejecutadas, llevadas a cabo o conocidas, en mayor o menor medida" por miembros de la cúpula directiva.
Un día después de presentar su renuncia, el expresidente de Pescanova aseguró que no recibiría indemnización alguna ni tendría derecho a paro, al no tener cláusula de blindaje "de ningún tipo", después de 37 años al servicio de la compañía gallega. Además, De Sousa destacó que había dejado de percibir su sueldo dos meses antes, en mayo pasado.
El administrador concursal de la firma, Deloitte, dejó de pagar a Fernández de Sousa como director general de la firma, una retribución que había estado compatibilizando con la derivada de su condición de miembro y presidente del consejo de administración, tal y como recoge el informe concursal.
Así, en 2011, el expresidente de la firma gallega percibió 989.000 euros como consejero ejecutivo, frente a los 693.000 euros de un año antes y a los 620.000 euros que cobró en 2009. Eso supone un incremento de sueldo de casi un 60% en tres años, según consta en los informes de gobierno corporativo de la pesquera correspondientes a dichos años.
La pesquera tiene capacidad para seguir adelante "sin trocearse"
La compañía gallega tiene una deuda de 3.674 millones de euros y está inmersa en negociaciones con la banca para lograr un convenio con sus acreedores en los próximos dos meses. Para finales de esta semana se espera concluya el plan de negocio que elabora la consultora PwC, en el que se determinará la deuda soportable y las necesidades de liquidez de Pescanova.
Según las primeras conclusiones de dicho plan, que se presentará en el consejo de administración la próxima semana, Pescanova cuenta con capacidad para seguir adelante "sin liquidarse, ni trocearse", sin necesidad de ajustar su estructura en España ya que, en el caso de que fuera necesario, podría vender activos o filiales en el extranjero no estratégicas.
El convenio de acreedores para hacer frente al agujero patrimonial de 1.667 millones de euros de la firma gallega combinará la quita de deuda, la capitalización de pasivo y la entrada de nuevos socios.
"Las tres palancas que se van a utilizar [para resolver el concurso de acreedores] se centran en la entrada de dinero fresco con nuevos socios, la capitalización de pasivo en acciones y la quita" de la deuda, han explicado fuentes cercanas a la negociación.
Las mismas fuentes han asegurado que la compañía dispone de liquidez para aguantar hasta final de año, sin que existan tensiones de tesorería, ya que la firma está exigiendo incluso a sus clientes el pago al contado y el pago aplazado a proveedores con el fin de "proteger" su liquidez.