El gas grisú, un peligro letal para los mineros
- El grisú es metano en un 90% y se forma a la vez que el carbón
- Puede provocar la muerte por asfixia y explotar incluso sin llama
El grisú, que provocó este lunes la muerte por asfixia de seis mineros y la intoxicación de otros cinco trabajadores en el Pozo Emilio del Valle en La Pola de Gordón (León), es gas metano en más de un 90% y se forma a la vez que el carbón. Puede contener otros gases como dióxido o monóxido de carbono y suele ser inodoro, por lo que solo es detectable con instrumental específico.
El grisú se presenta habitualmente en forma de pequeñas moléculas adheridas al carbón que se van liberando constantemente. Son como pequeñas burbujas que "crepitan". Este gas metano "se libera permanentemente en la mina", según explica a RTVE.es el geólogo ingeniero de minas Rafael Varea. Lo importante es que su concentración en la atmósfera sea siempre inferior al 1%-1,2%.
El mayor peligro se produce cuando forma bolsas, grandes acumulaciones de gas como la que ha provocado el peor accidente de la minería española desde hace 18 años debido a un "repentino escape", según la empresa Hullera Vasco-Leonesa.
En las minas hay sistemas de ventilación para evitar acumulaciones más altas y grisuómetros para medir constantemente la cantidad de este gas letal para los mineros. El grisú puede provocar asfixia y es altamente inflamable, por lo que puede explotar incluso sin haber llama.
¿Cómo se forma el grisú?
El profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo Manuel Suárez explica que el grisú "se forma a la vez que el carbón por la degradación biológica de la materia vegetal, quedando adsorbido (atraído o retenido) en la superficie del carbón".
El grisú es propio de las minas de carbón aunque también ha aparecido en minas de sal. Está presente sobre todo en las minas de carbón de hulla, como las de Asturias y León. Es menos frecuente en las minas de antracitas y lignitos.
Los carbones españoles contienen entre 4 y 14 metros cúbicos de grisú por tonelada de carbón, según los datos facilitados a RTVE.es por Manuel Suárez, quien subraya que la legislación española de seguridad minera clasifica de hecho las minas según la existencia de grisú.
"De primera categoría son aquellas en las que no se ha presentado grisú y de cuarta aquellas en las que puede desprenderse de forma súbita y masiva. En España las minas de cuarta categoría se localizaban en la zona de Aller, en Asturias", apunta este ingeniero de minas.
El grisú desplaza al oxígeno
El riesgo del grisú es doble: puede causar asfixia, como ha ocurrido con los seis mineros fallecidos en La Pola de Gordón, en León; y en concentraciones de entre el 5 y el 15% puede explotar sin necesidad de que haya una llama o chispa.
El geólogo ingeniero de minas Rafael Varea señala que el gas metano "expulsa" el oxígeno de la atmósfera provocando la asfixia de las personas que encuentra a su paso. Este experto utiliza el símil de una piscina que se quedara sin agua de golpe.
"El grisú es un gas muy ávido de oxígeno que absorbe entre el 80-90% del oxígeno que hay a su alrededor", explica en RNE José Sicilia, vocal del Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas de Cartagena.
"El metano desplaza al oxígeno como lo hacen otros gases", explica en un cuestionario por escrito Manuel Suárez, quien añade que en concentraciones muy bajas de oxígeno (muy altas de grisú) se produce una pérdida de consciencia en pocas inhalaciones, lo que hace muy difícil la colocación de un rescatador, máxime cuando esas concentraciones se presentan de forma instantánea".
Un gas que explota espontáneamente
Cuando se libera una bolsa de grisú en la mina no solo existe el riesgo de asfixia. Este gas es altamente inflamable. Tanto, que por encima de concentraciones de entre el 5-15% puede explotar sin necesidad de que exista una llama.
Las explosiones de grisú han sido siempre una de las principales causas de muerte de los mineros en yacimientos de carbón. En 1995 murieron 14 mineros en el pozo de San Nicolás, en Asturias por esta causa, en el accidente más grave de las dos últimas décadas.
"Las explosiones de grisú necesitan una energía de ignición que es muy baja (unos 400 microjulios) o estar en contacto con una superficie a una temperatura muy elevada (unos 400 ºC).
Medidas de prevención frente al grisú
El geólogo ingeniero de minas Rafael Varea explica que para disminuir el riesgo del grisú, sobre todo de aquel que se acumula en bolsas, es necesario realizar trabajos de desgasificación.
Para ello hay que hacer barrenas, es decir, agujeros de taladro de entre dos y tres metros de diámetro para que este gas metano se libere de forma controlada.
Estos trabajos son constantes en la mina y se deben hacer antes de que los mineros comiencen a picar el frente para extraer el mineral ya que en estos trabajos se pueden arrancar grandes trozos de roca de varios metros.
Varea, que fue secretario de minas de CC.OO. hasta el año 2007, explica que en las minas existen ventiladores soplantes y absorbentes situados en las zonas altas de las galerías (donde se acumula el metano porque es más ligero que el aire) para extraer el grisú y ventilar la atmósfera.
Hay además detectores de metano y los mineros tienen equipos de autorrescate con una máscara que les permite respirar durante 30 minutos en una atmósfera enrarecida sin oxígeno.