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Miguelanxo Prado, Premio Nacional de Cómic 2013

  • Prado ya se alzó con el Premio a la Mejor obra en el Salón de Barcelona
  • El jurado ha destacado "el carácter poético de su obra, que mezcla realidad y sueño"

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Viñetas de 'Ardalén', de Miguelanxo Prado
Viñetas de 'Ardalén', de Miguelanxo Prado

Miguelanxo Prado (A Coruña, 1958)

Es uno de los autores españoles más respetados en todo el mundo, siendo sus obras más conocidas la multipremiada Trazo de Tiza (Norma) y la serie de historietas cortas humorísticas Quotidianía Delirante (Norma) (Mejor obra nacional en el Salón del Cómic de Barcelona). Comenzó su carrera en los 80 en cabeceras míticas como Zona 84, Comix Internacional, 1984, Cairo, Cimoc, o el Jueves. También trabajó varios años en De Profundis (2007), una peculiar película de animación "de autor" que dirigió, escribió y dibujó en su totalidad. Desde 1998, es director del Viñetas desde el Atlántico, el Salón del Cómic que se celebra cada verano en A Coruña. Y el 28 de noviembre de 2009, ingresó en la Real Academia Gallega de Bellas Artes.

Miguelanxo Prado (A Coruña, 1958) es el nuevo Premio Nacional de Cómic gracias a su obra Ardalén (Norma) su esperado retorno a la historieta, que ya se alzó con el galardón a Mejor Obra de autor español en el pasado Salón del Cómic de Barcelona. El Premio, que concede el Ministerio de Cultura, está dotado con 20.000 euros.

El jurado ha destacado el carácter poético de su obra, que mezcla la realidad con el sueño, la memoria y el olvido, y su maestría técnica en el uso del color. 

En una entrevista el autor nos aseguraba que "Es una historia en torno a la memoria personal. La memoria como esencia  de nuestra existencia,  de la percepción de nuestra propia vida. Puede  sonar filosófico pero,  al final, se trata de un puñado de seres humanos  que se ayudan y se  hacen daño unos a otros, algunos llegan a quererse y  todos se aferran a sus recuerdos para intentar evitar el naufragio."

Una historia compleja y sencilla, a la vez, que resulta difícil de  resumir: "Siento terror ante esa pregunta. Hay quien hace una división  de mi obra entre "humor" o "seria"; hay quien la hace entre "realista" o  "ficción"... Yo podría hacer otra división, entre las  historias que sé explicar y las que noTrazo de tiza y Ardalén 

están entre las que no sé".

"Lo intentaré -asegura Miguelanxo-: Sabela, una mujer en los  cuarenta, recién parada y divorciada (estas cosas pasan...), intenta  recuperar una parte de la historia familiar oculta por su  abuela. El  abuelo marchó a "hacer las Américas" en los años 30 y no se volvió a  tener noticias de él. Desde entonces el asunto fue tabú  en la familia".

"Sabela entra en contacto con Fidel -continúa Miguelanxo-, un anciano que puede ser el único nexo con el abuelo desaparecido. Pero la cabeza  de Fidel es un cajón desordenado. Se van tejiendo, pues, la memoria "heredada" de Sabela (escasa), la memoria desordenada de Fidel  (alucinada) y las memorias parciales de los vecinos de la aldea en la que vive el anciano. En esas memorias, además de datos, hay  guardados sentimientos.  De amor, de compañerismo y amistad, de odios y rencores... Como digo en  la contraportada del libro, recordar no es inocua, pero quien no  recuerda, no vive.

"Perder la memoria es dejar de ser"

Miguelanxo nos ha contado cómo nació esta historia: "Me encantan las paradojas, juntar términos sin relación aparente y proponer un vínculo. Ese náufrago en tierra nació como metáfora del naufragio interior que todo ser humano  (sospecho) siente en algún momento de su vida, en un poema escrito a  finales de los 90. Tiempo después empecé a preguntarme qué aspecto  tendría ese hombre, cómo habría sido su vida... Y me encontré trabajando  en Ardalén".

"Cuando empecé a desarrollar la historia fue como entrar en un desván  lleno de baúles, cajas y telarañas -cofiesa Migelanxo-. Yo iba abriendo  los baúles y las cajas, y no podía evitar que las telarañas se me  pegasen, se me fuesen enredando en las manos, las ropas y la historia.  Eran recuerdos y retazos de recuerdos. Comprendí que de lo que estaba  hablando era de la memoria".

"Desde luego, no me gustaría perder la memoria. Perder la memoria es dejar de ser, y no me atrae nada. Pero no me obsesiona-concluye Migelanxo-.

Prado es uno de los dibujantes más admirados a nivel internacional, a  pesar o gracias a que su producción es muy escasa, ya que dedica todo  el tiempo necesario a sus obras Y a que pasó varios años guionizando, dibujando y dirigiendo una película de animación: De Profundis (nominada al Goya en su categoría) y también con el mar como protagonista absoluto. Un trabajo titánico que le dió muchas satisfacciones. Por eso no descarta volver a la animación: "Espero que sí... pero no tengo prisa".

De momento, Prado se encuentra trabajando en su nueva obra: "Un nuevo libro de cómic. Temática fantástica: tengo ganas de "divertirme" un poco" -asegura-.