John Kerry reconoce que EE.UU. ha ido "demasiado lejos" con las labores de espionaje
- El jefe de la diplomacia de EE.UU. atribuye los excesos al "piloto automático"
- Ha reiterado que las labores de inteligencia son clave en la lucha antiterrorista
Especial: El espionaje de EE.UU. y sus aliados
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, ha dicho en una videoconferencia que el espionaje estadounidense ha ido "demasiado lejos", algo que en su opinión se debe a que la política de inteligencia ha estado "en piloto automático".
"En algunos casos, reconozco, como ya ha hecho el presidente Barack Obama, que estas acciones han llegado demasiado lejos y nos vamos a asegurar de que no vuelva a pasar en el futuro", ha prometido el jefe de la diplomacia estadounidense.
Kerry hizo estas declaraciones en una conexión por videoconferencia con Londres donde se celebra el Open Government Partnership 2013, sobre gobernabilidad y participación de la sociedad civil.
Espionaje "en piloto automático"
El jefe de la diplomacia de EE.UU. ha atribuido estos excesos del espionaje a que ciertas labores de inteligencia se hayan estado realizando por inercia.
"No hay duda de que el presidente, yo mismo y otros en el Gobierno estadounidense hemos conocido detalles de actos que han estado sucediendo en piloto automático, porque la tecnología estaba ahí y se ha mantenido a lo largo de un extenso período de tiempo", ha explicado Kerry.
Kerry ha reiterado, como ha hecho la Casa Blanca, que la recopilación de datos de inteligencia es clave para luchar contra el terrorismo tanto por el bien de EE.UU. como para socios que han sufrido ataques terroristas en el pasado, como los del metro de Tokio (20 de marzo de 1995), Madrid (11 de marzo de 2004) o Londres (7 de julio de 2005).
No obstante, las filtraciones desde este verano de Edward Snowden, exanalista externo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU., han revelado que el alcance del espionaje iba mucho más allá y pudo afectar a mandatarios aliados.
Según esas informaciones, los servicios secretos estadounidenses espiaron durante años las comunicaciones telefónicas y en internet de políticos de países aliados en Europa o Latinoamérica, algo que ha elevado las quejas de naciones amigas como Alemania, España o México.
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Gobierno estadounidense ha ampliado el personal y los recursos tecnológicos dedicados a la inteligencia, así como el marco legal para poder espiar comunicaciones especialmente en el extranjero.