El chico sin color de Murakami arrasa ya en ventas en España, que se adelanta al mercado anglosajón
- Los años de peregrinación del chico sin color va por la tercera edición
- España es el primer país que publica la versión traducida
- La nueva novela trae al Murakami "más realista" de Tokio Blues, dice su traductor
"Desde el mes de julio del segundo curso de carrera hasta enero del año siguiente, Tsukuru Tazaki vivió pensando en morir". De esta manera tan radical y tan al estilo de la desesperanza de los personajes de Haruki Murakami arranca la nueva novela del japonés, Los años de peregrinación del chico sin color (Tusquets, 19,95€), que se ha publicado traducida al español antes que al inglés y a cualquier otra lengua.
La novela, que salió a la venta en Japón el 12 de abril y ya ha vendido más de un millón de ejemplares, se publicó en España el 15 de octubre y en 10 días ya tenía una tercera edición en la calle, según informan a RTVE.es fuentes de la editorial, que no ocultan su satisfacción ante este éxito de ventas dado el mal estado del sector editorial por la crisis.
Aunque, en principio, Tusquets no tenía previsto publicar la edición española hasta 2014 -cuando saldrá a la venta la versión inglesa-, la traducción ha sido realmente "rápida", según explica a RTVE.es el propio traductor de la obra, Gabriel Álvarez Martínez, un joven gallego asentado ahora en Kobe (Japón) -donde realiza un máster de Lengua y Comunicación- y que ha traducido otras cuatro obras del japonés, al español (1Q84 y Baila, baila, baila) y a su lengua materna (Tras do solpor, Do que estou a falar cando falo de correr y 1Q84).
"Como estoy viviendo en Japón, el primer día que se puso el libro a la venta corrí a la librería a comprármelo, me lo leí y enseguida me puse a traducir", desvela Álvarez, que empezó a traducir a autores japoneses como Ryunosuke Akutagawa al gallego tras ganar un concurso universitario.
Un Murakami "más realista"
En Los años de peregrinación del chico sin color, su protagonista, Tsukuru Tazaki, un ingeniero de 36 años que diseña estaciones de trenes, se ve impelido a investigar en su pasado, a remontarse a su adolescencia e intentar averiguar por qué su grupo de amigos cortó bruscamente la relación con él, un episodio muy doloroso que entonces casi lo llevó al suicidio.
El escritor japonés bucea en la amistad, el amor y la soledad en esta novela que, a juicio de Gabriel Álvarez, muestra a un Murakami "más realista", en la línea de Tokio Blues (Norwegian Wood), "con menor presencia del factor mágico e irreal, no del todo ausente, y un tanto oscuro, pero que vuelve a tocar temas interesantes y a hacernos guiños con otros temas tratados por él en otras obras".
Esos "guiños", esa mezcla de realidad e irrealidad, "de sueño y vigilia", los personajes, las referencias en sus obras a la música y a los iconos culturales, o el "ritmo cautivador que hace que no puedas parar de leer" con el que escribe el escritor japonés de 64 años, son para su traductor español los "elementos más fascinantes del universo de Murakami".
Para Álvarez, el secreto de este escritor, eterno favorito al Premio Nobel, para triunfar en culturas tan contrapuestas como la nipona y la occidental estriba en el hecho de que "sus historias sean tan universales y en que una gran parte de las personas que lo leen se pueden sentir identificadas en ciertos aspectos con sus personajes".
Pese a que la soledad, la tristeza e, incluso, la desgracia esté siempre marcada a fuego en los personajes de Murakami, Álvarez está convencido de que hay esperanza para ellos: "La infelicidad, la tristeza, la soledad son, probablemente, consecuencia del mundo que los rodea, y la pasividad, la incapacidad de enfrentarse a él", reflexiona.
Un encuentro con Murakami y un contrato de trabajo
Gabriel Álvarez (Carvalhinho, 1985) confía en poder seguir traduciendo al best-seller japonés como lleva haciendo los últimos tres o cuatro años, un relación contractual que surgió precisamente de un viaje relámpago que hizo a Santiago de Compostela para conocer a Murakami en persona.
Por aquel entonces, Álvarez vivía en Newcastle (Inglaterra) y, cuando se enteró de que el escritor japonés iba a Galicia a recoger el Premio San Clemente, se compró un billete de avión sin dudarlo y se presentó en Santiago, cuenta a RTVE.es. Allí conoció a un editor de Tusquets que le propuso trabajar para ellos tras pasar una prueba, y además tuvo la oportunidad de charlar con Murakami y su esposa e, incluso, dar un paseo con ellos por la plaza del Obradorio.
"Él me pareció un poco tímido y reservado, pero los dos fueron encantadores y Murakami incluso me habló un poco de su nueva novela (1Q84), que estaba a punto de salir en Japón", cuenta el traductor, que no ha vuelto a verlo en Japón, aunque confiesa que le encantaría.
Este cúmulo de coincidencias y la "suerte", aceleró la carrera como traductor de este gallego que también ha traducido al español a Junichiro Tanizaki y a Banana Yoshimoto y que decidió aprender japonés por su cuenta cuando estaba en el instituto para poder leer mangas en lengua nipona.