El Gobierno de Filipinas, bajo presión para acelerar el reparto de ayuda a las víctimas del tifón
- Aún hay cadáveres en las calles y mucha población sin víveres
- "El Gobierno está desorganizado", declara el responsable de un equipo de ayuda
- Desde el Programa Mundial de Alimentos aseguran que "la situación ha mejorado"
- Envía tu testimonio a RTVE.es / ¿Cómo puedes ayudar a los afectados?
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, se encuentra bajo una presión creciente para que la distribución de comida, agua y alimentos a la población afectada tras el tifón Haiyan sea más rápida.
Mientras la ayuda internacional ha comenzado ya a llegar y decenas de países han enviado víveres y equipos de emergencia, la distribución encuentra muchas dificultades debido al estado de las carreteras y a la falta de transporte.
Aquino aseguró que la cifra de muertos era inferior a la previsión de 10.000 facilitada por la ONU. La Cruz Roja, sin embargo, habla de 22.000 desaparecidos. Según la ONU, más de 544,600 personas han perdido sus casas y aproximadamente el 12% de la población total del país se ha visto afectada de algún modo.
"Aún hay cuerpos en las carreteras"
"Aún hay cuerpos en las carreteras", ha declarado Alfred Romualdez, alcalde de Tacloban, la capital de la provincia de Leyte y epicentro de la destrucción causada por el tifón. "Da miedo. Alguna comunidad nos llama para que vayamos a recoger cadáveres. Nos dicen que puede haber cinco o diez, y cuando llegamos hay 40".
En esta ciudad, escasean los camiones que distribuyan la ayuda y retiren los cadáveres. Muchos propietarios de gasolineras se han negado a abrir, para evitar robos, y el aeropuerto continúan aún cerrado a los vuelos comerciales.
Tan solo el 20% de los residentes habían recibido algún tipo de ayuda mientras las casas están comenzando a ser desvalijadas porque las tiendas ya están vacías. "El saqueo no es criminal. Es auto conservación", ha declarado a Reuters el administrador de la ciudad, Tecson John Lim.
En otras localidades más alejadas, la ayuda ni siquiera ha llegado, mientras continúa lloviendo.
"La gente está viviendo a la intemperie. Las necesidades son inmensas, y un montón de aldeas cercanas ni siquiera están cubiertas por ninguna organización de ayuda", ha declarado a Reuters Alexis Moens, responsable de un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la localidad de Guiuan (45.000 habitantes).
Desde Cebú, el salesiano Eugenio Maglasang ha transmitido su opinión personal a RTVE.es. "Nuestro gobierno está muy desorganizado, y no tiene un liderazgo demasiado bueno". "Hay muchos trabajadores de emergencias extranjeros que han llegado a la zona y el trabajo que se debería hacer no se está haciendo", añade.
Magmasang dirige el equipo de ayuda de emergencia que se acaba de crear en el Centro Salesiano de Cebú, que ha sido designado como centro oficial de ayuda coordinado con la Unidad Nacional Filipina de Crisis.
Desde allí se trabaja para hacer llegar alimentos y agua a unas diez comunidades de las zonas más cercanas (norte de Cebú, Leyte y Samar) antes de desplazar a personal.
"Algunos lugares no están listos para recibir la ayuda, debido a problemas de seguridad. En algunas áreas de Leyte, por ejemplo, hay bandas que roban las mercancias. Por eso intentamos que los militares acompañen los envíos", explica Magmasang.
"La situación mejora"
"Decir que no hacen lo suficiente sería inapropiado", ha declarado a RTVE.es Dipayan Bhattacharyya, jefe de Programas de la oficina local del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Bhattacharyya ha hablado con RTVE.es desde Manila, a donde llegó en la noche del miércoles tras pasar cuatro días sobre el terreno en Tacloban. En su opinión, la situación era mucho mejor que cuando llegó.
"La distribución de comida se hace ahora de manera más fácil en Tacloban y hemos llegado a otras ciudades ", asegura.
Según Bhattacharyya, muchas de las vías de la capital de Leyte están ya abiertas al tráfico y los equipos de emergencia limpian las carreteras que conectan la ciudad con las comunidades del interior. La Policía y el Ejército patrullan las calles y el principal almacén de comida del PMA para evitar saqueos.
"El Gobierno está trabajando las 24 horas - asegura el técnico - Lo que ocurre es que la extensión de los daños es tan masiva que puede parecer poco, pero hacen lo que pueden".
Bhattacharyya recuerda además que las propias instituciones se han visto muy afectadas. "En la administración de la ciudad de Tacloban muchos funcionarios no han vuelto a su puesto", explica.
Los problemas de comunicaciones implican también que no hay una visión completa de lo ocurrido, ya que de algunas islas se está empezando a recibir información ahora. La próxima semana, el PMA y las autoridades filipinas llevarán a cabo una evaluación completa y sistemática.
Bhattacharyya confía en que el operativo de emergencia aumentará significativammente su capacidad en las próximas 24 o 48 horas con la llegada de más camiones, barcos y personal internacional de emergencias.
Este mismo jueves se espera la llegada a Filipinas del portaviones de EE.UU. George Washington, con 80 aviones. Japón va a enviar también a 1.000 soldados, además de barcos y aviones, en el mayor despliegue tras la Segunda Guerra Mundial.
España, por su parte, ha anunciado el envío de 33 médicos, además de los dos aviones con víveres, uno de los cuales llega este jueves a Cebú.