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Cuando Loquillo encontró a Alaska: 30 años de la publicación de 'El ritmo del garaje'

  • Reeditan el disco más clásico de Loquillo con material extra y un documental
  • Su publicación supuso el espaldarazo a la carrera del artista

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LOQUILLO REEDITA 'EL RITMO DEL GARAJE'
Imagen de Loquillo y los Trogloditas durante una actuación en los años 80.

A principios de los 80 un grupo de rockeros de Barcelona aterrizó en Madrid. Su líder y cabeza visible era un rocker de 1,90 de altura, aspecto imponente y con ganas de comerse el mundo.

José María Sanz, al que todos conocían como Loquillo, era un personaje popular en su ciudad natal. Un rocker con vocación de estrella que había grabado algunos discos con cierta repercusión pero que aún no era conocido por el gran público.

A su lado, su mano derecha, Sabino Méndez: un músico técnicamente limitado pero especialmente dotado para la composición. Y respaldando a este dúo, un grupo de músicos de Vich –Ricard Puigdomènech, Jordi Vila y Josep Simon Ramírez- que le dieron la contundencia necesaria y el apellido con el que esta sociedad entraría en la historia de la música pop española: los Trogloditas.

Pese a tratarse de una banda catalana, Loquillo y los Trogloditas contaban con una excelente acogida entre los nombres más destacados de la Movida Madrileña. Sus conciertos en la capital siempre habían despertado cierta repercusión. Pero, además, Loquillo mantenía una estrecha relación con algunos de los líderes de aquel movimiento, como Alaska, Eduardo Benavente (Los Pegamoides, Parálisis Permanente) o Iñaki Fernández (Glutamato Ye-ye).

Esa circunstancia facilitó la marcha de la banda a la capital española con el objetivo de grabar un nuevo disco, el primero con esta formación.

Hasta ese momento, Loquillo había publicado un primer LP -el término suena hoy casi prehistórico-, Los tiempos están cambiando, que reunía en una serie de temas sin verdadera conexión. La mayoría eran versiones, registradas con distintas formaciones barcelonesas, incluyendo los incipientes Rebeldes de Carlos Segarra. Tan solo uno de sus cortes, Rock’n’roll Star, trascendería aquella época inicial, marcando de algún modo lo que vendría después.

Por eso, la grabación en 1983 de El ritmo del garage –el título original lleva la palabra en francés- supuso el verdadero comienzo para una de las bandas fundamentales del rock en castellano.

Más allá del rockabilly

Porque aunque en aquel momento –y aún mucho después- se identificara a Loquillo con el movimiento rockabilly, en los surcos de El ritmo del garage convivían influencias de distinto pelaje como The Clash, Burning, David Bowie, Velvet Undeground o Los Salvajes. Todo ello tamizado por el aire festivo y naif que le dio la influencia de sus amigos madrileños.

Hablamos con estos dos iconos de la música rock en España sobre la influencia que el que fuera líder de The Velvet Undeground tuvo en su música.

El resultado es un trabajo redondo, en el que sobresalían temas eminentemente pop, como las colaboraciones con Alaska (El ritmo del garage, Quiero un camión), trallazos rockeros como Pégate a mi, María o No Surf y, por supuesto, el rockabilly de Me convertí en hombre lobo por culpa de los Rebeldes. Y, por encima de todo, una canción, Cadillac solitario, que consolidó a Loquillo como estrella y a Sabino Méndez como uno de los grandes compositores de los 80.

Además de Alaska, otros músicos de la Movida aportaron su granito de arena a la obra, como el citado Iñaki Fernández, Ana Curra (Los Pegamoides, Parálisis Permanente), Ulises Montero, Poch (Derribos Arias) o los miembros de Sindicato Malone Luis Jovellar y Fernando Caballero.

La nueva edición

Lo más curioso es que El ritmo del garage triunfó a pesar de contar con un sonido infame y una edición desastrosa, incluyendo una portada azul en la que apenas se distinguía la fotografía del líder de la banda.

Aspectos que han quedado solventados en la edición especial que Warner lanzará el 26 de noviembre con motivo del 30 aniversario de la edición del disco, realizada a partir de las cintas originales, lo que ha permitido corregir la velocidad del master y mejorar la voz de ‘El Loco’, que sonaba acelerada.

También la carátula ha recuperado sus matices originales, lo que mejora notablemente la presentación.

Pero la nueva edición cuenta con otros alicientes, como los temas No bailes rock and roll en El Corte Inglés, Pacífico y Todos los chicos de la playa, que se grabaron en la misma sesión del álbum pero que la discográfica decidió publicar únicamente en formato single meses antes.

También se incluye un vinilo en color rojo, un libreto con textos de Loquillo, Sabino Méndez y el locutor de Radio 3 Julio Ruiz y un documental, Los gatos del callejón, dirigido por Benet Román, que supone un repaso por la grabación del disco y el momento en el que vio la luz.

Todo ello hace justicia a una obra capital de la música pop española cuya vigencia se puede evaluar 30 años después midiendo la trascendencia de algunas de las canciones que forman parte de ella y que son, por derecho propio, parte de la banda sonora de una época.