Filipinas cifra en 4.300 millones la reconstrucción por el tifón entre críticas a su gestión
- Expertos en gestión de desastres critican la falta de coordinación
- La ONU cifra en 13 millones el número de afectados por el tifón
- UNICEF denuncia los problemas de inseguridad y logística
El coste de reconstruir las viviendas, escuelas, carreteras y puentes destruidos por el paso del supertifón Haiyan, también conocido como 'Yolanda', por el centro de Filipinas el pasado 8 de noviembre podría llegar a los 250.000 millones de pesos (unos 4.250 millones de euros), por lo que el Gobierno probablemente tendrá que buscar préstamos baratos de las agencias de desarrollo, según ha señalado este martes el ministro de Planificación Económica, Arsenio Balisacan.
Entretanto, el balance de víctimas sigue aumentando. Las autoridades de Filipinas han elevado este miércoles a más de 4.000 el balance provisional víctimas. En su último informe, el Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres ha situado además el número de heridos en 18.557 y en 1.602 el de desaparecidos.
Las agencias humanitarias de la ONU han cifrado este martes en 13 millones el número de afectados, y en cuatro millones el de personas desplazadas internas, de las que sólo el 10 % se encuentran en centros de evacuación. Asimismo, hay casi 600.000 viviendas destruidas total o parcialmente.
Y el Gobierno filipino dice que reconstruir todo lo que ha destrozado el supertifón Haiyán costará cerca de 4.300 millones de euros. Así que pedirá préstamos baratos a las agencias de desarrollo. Mientras,en las zonas más afectadas la vida va recobrando el pulso.
Expertos en desastres naturales han criticado la descoordinación en la respuesta a la crisis humanitaria causada por el tifón, pese a que el Gobierno defiende su trabajo en la zona afectada.
Descontrol en la gestión del Gobierno
Según organizaciones implicadas en las operaciones para llevar ayuda a los residentes de las regiones que quedaron devastadas tras el paso de Haiyan, no hay ningún tipo de plan de acción en cuanto a la distribución de asistencia se refiere.
"No hay ningún tipo de esfuerzo conjunto, ninguna hoja de ruta", ha afirmado el presidente de la Asociación Filipina de Gestión de Suministros en Cadena (SCMAP), Arnel Gamboa, al medio local Inter Aksyon. "Es como una orquesta sin director", ha añadido el experto, que ha explicado que "hay muchos planes, pero luego no se ejecutan".
Gamboa ha subrayado que los tres días siguientes al paso del tifón, que entró por el este de Filipinas el 8 de noviembre con vientos de más de 300 kilómetros por hora, "eran los más importantes para organizar la asistencia humanitaria", pero las autoridades no estaban lo suficientemente preparadas.
"Según informes que hemos recibido, los primeros funcionarios que estuvieron (en las zonas afectadas) ni siquiera llevaban teléfonos satélites", ha afirmado.
El profesional también ha criticado la falta de datos precisos de la situación sobre el terreno. "Aunque ahora hay ahí muchos funcionarios, la información y comunicación no están llegando a tiempo", ha opinado.
Problemas de inseguridad y logística
Por su parte, UNICEF destacó este lunes que continuaban los problemas de inseguridad y logística, aunque el reparto de agua y comida había mejorado en las zonas más afectadas por el tifón.
La jefa humanitaria de la ONU, Valerie Amos, se lamentó durante su visita a la ciudad de Tacloban de que la ayuda humanitaria estaba tardando en llegar a las zonas afectadas, al estancarse en Manila.
El Gobierno filipino contesta a las críticas sobre su gestión diciendo que ahora está concentrando en tratar de normalizar la situación en las regiones más afectadas por Haiyan. "Estamos redoblando nuestros esfuerzos, haciendo lo que podemos, para tratar de devolver la normalidad a la provincia de Leyte", ha afirmado en una rueda de prensa televisada el secretario de la Oficina de la Presidencia de Comunicación de Operaciones, Sonny Coloma.
El representante gubernamental ha apuntado asimismo que "este no es el momento de criticar ni de buscar culpables, sino de intentar mejorar la situación de los ciudadanos afectados lo antes posible".
El Haiyan, con vientos de hasta 315 kilómetros por hora, fue el tifón más fuerte registrado y el tercer desastre más mortífero en las historia reciente de Filipinas.