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Marine Le Pen rechaza definirse de ultraderecha y tener un programa "fascista"

  • Así lo ha señalado en una entrevista en la televisión 'BFMTV'
  • Durante casi dos horas habló de las posiciones de su partido

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France's far-right National Front political party leader Marine Le Pen attends a party meeting in Paris
Marine Le Pen durante la Convención Nacional de las elecciones munipales el pasado 17 de noviembre de 2013.

La líder del Frente Nacional (FN) francés, Marine Le Pen,  rechazó este domingo definir a su partido como una formación de ultraderecha, término que tachó de "peyorativo" y excluyó que en su programa haya elementos "fascistas".

Le Pen, entrevistada en el canal de televisión "BFMTV", aseguró: "no somos ni de derechas ni de izquierdas, estamos a favor de Francia, de la nación" y dijo que el término "ultraderecha" se utiliza contra su partido como "arma retórica".

"No veo nada de extremista en el programa (del partido) que es el mío", insistió la política francesa, que el pasado octubre fue considerada en un sondeo como la que mejor encarna la oposición al Gobierno socialista por el 46% de los franceses consultados.

Nada veo de extremista en el programa

Le Pen fue en los comicios legislativos de 2012 la tercera política más votada,  tras el conservador Nicolas Sarkozy y el presidente socialista François Hollande, y logró el mejor resultado de la historia para el Frente Nacional en una primera vuelta electoral.

El presidente Chirac es reelegido por una amplísima mayoría gracias a un fenómeno que conmociona al país: el resultado histórico del ultraderechista Frente Nacional.

Durante casi dos horas reiteró en la entrevista las posiciones conocidas de su partido, en ocasiones de forma vehemente,  interpelada por periodistas del canal de televisión y por Henri Guaino, exconsejero del presidente Sarkozy.

Le Pen critica la política fiscal del Gobierno

La política aprovechó la entrevista para criticar de nuevo al Gobierno por su política fiscal,  de la que dijo que es "la locura absoluta", al comentar el anuncio del Ejecutivo de que prepara un replanteamiento general de los impuestos en el país.

"Vamos a morir de hiperfiscalidad", remachó Le Pen, quien reiteró sus ataques contra la moneda única europea: "el euro es un hándicap enorme para nuestra economía, mata a nuestras importaciones y está en el origen de nuestro enorme desempleo".

Vamos a morir de hiperfiscalidad

"El euro nos ha puesto en una situación de falta de crecimiento durante diez años, como Irán", comparó Le Pen, quien señaló que en ese país se ha dado esa circunstancia por haber estado bajo el impacto de un bloqueo comercial internacional.

Y aseguró que, de llegar al Gobierno,  su partido actuaría como "un buen padre" a la hora de gestionar la economía del país.

Le Pen aludió a otro de los asuntos que frecuentemente se vinculan a posiciones de su partido, la oposición al reconocimiento de derechos a los inmigrantes en territorio galo, pero para sostener que Francia "no es en absoluto un país racista".

La líder del FN se refirió también a los comentarios de su partido esta semana después de la victoria del equipo nacional de fútbol contra la selección de Ucrania, que le dio el pase al Mundial de Brasil de 2014 y en los que se recordó el comportamiento de los jugadores durante el campeonato precedente en Sudáfrica.

El FN aseguró que no había sido el "concepto blanco, negro y mestizo" el que hizo ganar al equipo galo, sino un "colectivo, un estado de ánimo", frente a lo cual Le Pen dijo que lo que ganó fueron los colores de la bandera: "ganó el azul, el blanco y el rojo".

"Yo lo que veo son franceses (...) y un estadio entero que canta la marsellesa (el himno nacional galo) varias veces seguidas", dijo Le Pen, quien además culpó al gobierno actual y al anterior de Sarkozy de haber minado el concepto de "laicismo" en Francia.

En su lista de agravios contra la política del Gobierno actual, la líder del FN acusó además al Ejecutivo de haber favorecido una transición "de un país democrático a un país totalitario" al mencionar las detenciones de seguidores de su partido cuando protestaban el pasado 11 de noviembre contra el presidente Hollande.

En aquella ocasión más de setenta personas fueron detenidas durante incidentes que protagonizaron cuando Hollande asistía el tradicional homenaje a los caídos franceses durante la I Guerra Mundial.