Operan por primera vez a un bebé prematuro de 1,5 kilos de una enfermedad rara
- Victoria, una trilliza de 31 semanas, nació con atresia de válvula pulmonar
- La operación quirúrgica era su única oportunidad para sobrevivir
- Se ha llevado a cabo en el Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza
- Los cardiólogos le practicaron un cateterismo, complejo debido al bajo peso y a las diminutas arterias
Un equipo de cardiólogos ha operado, en el Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza, a un bebé prematuro de 1,5 kilos para facilitar su respiración, ya que nació con una enfermedad congénita rara, atresia de válvula pulmonar. Se trata de una intervención pionera que se ha realizado por primera vez en el mundo a un niño de tan bajo peso.
La pequeña, de nombre Victoria, es una trilliza que nació con 31 semanas de gestación. Su enfermedad consiste en una falta de perforación de la válvula de la arteria que va a los pulmones. Esta atresia pulmonar, detectada a los cinco días de su nacimiento, le impedía respirar por sí misma.
Una operación compleja
Los cardiólogos le practicaron el 31 de octubre una intervención "un poco compleja" -por cateterismo, sin cirugía abierta- debido a los riesgos que podían presentarse por el bajo peso del bebé y por tener unas arterias muy pequeñas. "O se realizaba o el bebé fallecía", ha afirmado el cardiólogo pediátrico, el doctor Lorenzo Jiménez.
Sin embargo, la operación resultó exitosa y la pequeña, que ya pesa 2.450 gramos, evoluciona favorablemente y se encuentra ingresada en la Unidad de Neonatos de dicho centro sanitario, ha informado Jiménez, quien llevó a cabo la operación junto a la doctora Marta López, de su misma especialidad.
Operación crítica
Aunque normalmente los niños prematuros tienen insuficiencia respiratoria debido a la inmadurez de sus órganos, la atresia pulmonar suele aparecer más tarde, por lo que este caso se ha considerado "excepcional", ha indicado el doctor de la unidad de Neonatos del Hospital Infantil, Segundo Rite.
Sin embargo, se ha aprovechado precisamente que el ductus, una arteria que comunica la aorta con la arteria pulmonar mientras el feto está en el vientre de la madre, estuviera aún abierto al ser un prematuro para efectuar un tratamiento con prostaglandinas y evitar su cierre, ha agregado Rite.
"La respuesta fue buena" pero poco a poco la niña fue deteriorándose al no conseguir, según este doctor, un "punto intermedio" en la apertura de dicho conducto y que su situación se mantuviera estable.
Por ello, y ante el estado "crítico" de la bebé, se decidió, con el consentimiento de los padres, introducirle por una arteria de la pierna un diminuto stent (endoprótesis vascular) de 1,5 a 1,6 milímetros, suficiente y sin riesgo para un niño de mayor tamaño aunque "muy justo" para uno de tan poco peso. Según ha reconocido Jiménez le podría provocar daño antes de llegar al corazón.
Mejoría del bebé
La operación, que se realizó el pasado día 31 de octubre, cuando Victoria tenía unos 14 días de vida, se prolongó durante unas dos horas y rápidamente se le detectó una mejoría notable, ya que no se le encharcaban los pulmones y se le pudo retirar la respiración asistida el día 4 de noviembre.
Su evolución es "favorable", pudo salir de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y está pendiente de que su alimentación por succión sea más adecuada, porque se fatiga todavía, para darla de alta en un corto plazo, ha agregado Rite.
Las cardiopatías congénitas tienen una incidencia de cinco casos por cada mil personas y de ellas, la atresia de válvula pulmonar representa el 10%, es decir, se considera rara.
Su tratamiento consiste en implantar un diminuto stent para mantener una vía abierta de flujo de sangre al pulmón y se realiza en cinco hospitales españoles, de ellos dos en Madrid, dos en Barcelona, en uno de los cuales ha trabajado Jiménez, uno en Bilbao, y ahora por primera vez en Aragón. Según ha indicado este cardiólogo pediátrico, no hay constancia de que se haya efectuado en el mundo una intervención de este tipo a un bebé tan pequeño.