Una carretera que carga las baterías de los coches eléctricos
- Transfiere electricidad de forma inalámbrica a los coches que circulan por ella
- Multiplica la autonomía de los vehículos eléctricos y reduce la necesidad de enchufes
- La tecnología puede implementarse en cualquier calle o carretera ya existente
Todavía los coches eléctricos más recientes y sofisticados tienen una autonomía muy reducida. La distancia que se puede recorrer con un coche movido solo con electricidad es de unos 200 o 300 km en los mejores casos.
Investigadores de la Universidad Pública de Carolina del Norte trabajan, según recoge la publicación MIT Technology Review, en el desarrollo de un sistema para recargar las baterías de los coches eléctricos a través del asfalto, sin necesidad de enchufes e incluso sin necesidad de detener el vehículo.
Transmisión eléctrica sin cables
Esto es posible mediante la carga por inducción o la transmisión inalámbrica de electricidad. La carga por inducción se utiliza actualmente en aplicaciones de baja potencia; el ejemplo más conocido son los cepillos eléctricos cuyas pilas se recargan al colocarlos en una base que está enchufada a la pared. Más recientemente también algunos teléfonos móviles han comenzado a incorporar la carga inalámbrica por inducción, sin necesidad de conectarlos a ningún cable.
La transmisión inalámbrica de electricidad se realiza a través de bobinas tesla. Las bobinas emisoras generan un campo magnético que se transmite por el aire. Las bobinas receptoras tienen la misma frecuencia de resonancia que la bobina emisora y vibran cuando son alcanzadas por ese campo magnético. Esa vibración se convierte de nuevo en una corriente eléctrica.
Trasladando el mismo principio y tecnología a los coches eléctricos desde hace unos años se explora la idea de transferir electricidad a las baterías de sus vehículos eléctricos de forma inalámbrica, eliminando de este modo los cables y los enchufes. Así el vehículo se podría recargar mientras estuviese parado en plazas de aparcamiento, detenido en semáforos e incluso al circular por determinados tramos de calles y carreteras.
Un 'cañón' de pulsos electromagnéticos
El modelo de cargador inalámbrico desarrollado por estos investigadores se basa en 'disparar' pulsos electromagnéticos cuando se detecta que un coche pasa sobre un emisor de energía incorporado en el suelo, bajo el asfalto.
El pulso electromagnético debe ser potente para que se transfiera suficiente electricidad durante el paso del vehículo. Por este motivo, mientras no son necesarias, las bobinas emisoras de electricidad permanecen en reposo, apagadas, hasta que detectan el paso de una bobina receptora contra la que proyectan una pulsación electromagnética.
"Por motivos de seguridad es importante controlar con precisión el momento en el que las bobinas colocadas por debajo de la vía producen el campo magnético; si el campo no da con las bobinas receptoras del coche podría alcanzar otras partes del coche", lo que podría causar daños a objetos cercanos y aparatos eléctricos, según explican.
Más autonomía para los coches eléctricos
Cargar la batería de un coche eléctrico no es fácil y ni siquiera es posible en la mayoría de las ciudades y carreteras, lo que penaliza la ya de por sí limitada autonomía de los coches eléctricos.
Los puntos de recarga para coches eléctricos siguen siendo una excepción y todavía son necesarias varias horas para una carga completa.
La carga por inducción es otra idea más que viene a sumarse a otras propuestas con el fin de resolver el asunto de la autonomía y de la carga de los coches eléctricos. Precisamente este año echaba el cierre la compañía Better Place que explotaba ya comercialmente un sistema de cambio de baterías que eliminaba la necesidad de enchufar los coches eléctricos.
El cambio de las baterías gastadas por unas completamente cargadas se realizaba en cuestión de segundos en instalaciones similares a las gasolineras actuales. El cambio era incluso más rápido que llenar un depósito con gasolina y la operación no requería ningún tipo de intervención por parte del conductor.
Sobre el papel el sistema de recarga inalámbrica ampliaría casi de forma indefinida la autonomía de los coches eléctricos mientras circulen sobre esa infraestructura. Sin embargo el sistema se enfrenta al mismo problema de desarrollo, de costes y culturales por los que hoy apenas hay enchufes en las vías públicas o en las plazas de aparcamiento públicas, privadas y domésticas.