Wim Mertens: 'En este recital hay dos voces, la de Kirmen Uribe y la mía'
- El músico belga acompaña al piano la prosa de Uribe
- Uribe recita fragmentos extraídos de 'Lo que mueve el mundo'
- Este domingo en Madrid y en marzo en el País Vasco
Wim Mertens (piano y voz) y Kirmen Uribe (poesía) presentan el espectáculo Mussche. Lo que mueve el mundo en los Teatros del Canal de Madrid, este domingo, en la que será la antesala de su gira en marzo de 2014, que les llevará en principio hasta Bilbao y San Sebastián.
En mayo de 1937, el escritor belga Robert Mussche, acogió a una niña vasca de la guerra en su casa de Gante. Conocer a la niña hará que cambie como persona. Así, el escritor se involucrará cada vez más en la defensa de los derechos humanos, vendrá como periodista a la Guerra Civil y se alistará en la resistencia contra los nazis con el advenimiento de la II Guerra Mundial.
Inspirándose en esta historia real, Kirmen Uribe escribió la novela Mussche (traducida al castellano como Lo que mueve el mundo. "Me basé en una vida real, pero al ser una vida rota, quedaban sólo fragmentos , que completé con ficción", explica a RTVE.es
Ahora, la misma fuerza que unió a Robert Mussche y la niña Karmentxu, junta en el mismo proyecto al músico flamenco Wim Mertens y al escritor vasco Kirmen Uribe.
Wim Mertens (Bélgica, 1953), ha hecho prácticamente casi todo en la música, piezas de cámara minimalista en formato clásico, lieder (canciones para voz y piano), o bandas sonoras como la del The Belly of an Arquitect , film de Peter Greenaway.
Una experiencia nueva para los dos
Toca el piano y la guitarra clásica. Y a veces canta en una característica tonalidad aguda, utilizando un lenguaje personal e imaginario. Para él "la música no es sino un vehículo para llegar más allá, un elemento de trascendencia pura que nos invita a compartir, y por medio del cual desea reflejar la época que le ha tocado vivir"
Lo que no había hecho hasta ahora -y ya lleva grabados 60 álbumes- es un recital acompañando fragmentos en prosa de una novela.
"Es la primera vez que utilizamos esta interacción prosa-música", cuenta Mertens. "Y nuestra ambición es que no haya oposición entre música y texto, sino crear algo nuevo donde música y texto estén en una relación de complicidad, que no haya conflicto como ha ocurrido muchas veces en la música clásica", apunta.
A primera vista, nos cuenta, "Al ser el texto en prosa más concreto que la poesía, la música sería más vaga, pero pretendemos que uno amplifique al otro, con la prosa el desafío es mayor que con poemas"
"Yo soy belga y tú, vasco"
El música y el escritor vasco Kirmen Uribe (Ondárroa, 1970) se conocieron, en 2012 en un recital en Bilbao tiulado Pido la paz y la palabra. Le preguntaron a Uribe con quien quería compartir un recital y el primer nombre que le vino a la cabeza fue Mertens.
"Después" nos explica Uribe, "decidimos seguir colaborando, le hablé de mi novela Lo que mueve el mundo, sobre Mussche, el escritor belga que acogió a una niña vasca, y exclamó:¡ pero si yo soy belga y tú, vasco, nos viene como anillo al dedo!"
Poco antes de comenzar a ensayar, Uribe, sentado junto a Mertens, nos aclara que él seleccionó pasajes de su novela "que funcionan autónomamente, funcionan como poemas, tienen la fuerza lírica del poema".
Se los fue enviando a Mertens y él -que los leyó en inglés y en español para tener en cuenta la sonoridad" fue creando o recuperando piezas adecuadas a esas narraciones. "Todas las piezas, ocho, cuentan una historia, el conjunto es como un poema en prosa largo", resume el escritor.
"Y, al final hemos elaborado un espectáculo que va mucho más allá…si una novela es una superficie plana, estos fragmentos con música adquieren una forma mucho más redonda, más profunda, los textos van más al interior, y salen más al exterior", concluye.
"En esta performance hay dos voces, la de Kirmen y la mía, y vamos a cantar, aunque con otros lenguajes, y sin duda, el color, la sonoridad de su voz, me va a influir…", concluye el músico que ve muy bien a Uribe en su nuevo papel de recitador.
Él también parece encantado, ya que este proyecto le permite abandonar por un tiempo la soledad de los escritores.