La lucha contra el sida padece los síntomas de la crisis económica y la fatiga social
- Las ONG del VIH denuncian la caída de más de un 50% en las ayudas públicas
- Tras años de campañas contra el sida, se observa relajación en la prevención
- La desinformación aún convierte esta enfermedad en un estigma social
EL SIDA EN ESPAÑA
- En el año 2012, se notificaron 3.210 nuevos casos de infección por VIH -en 2011 habían sido 2.700-, lo que supone una tasa de 8,5 por cada 100.000 habitantes.
- Se estima que en la actualidad viven en España entre 130.000 y 160.000 personas con infección por el VIH, de las que entre el 25% y el 30% desconocen su situación.
- La mayoría de los nuevos diagnósticos en 2012 se dieron en hombres (85%) y la edad media al diagnóstico fue de 37 años.
- La vía de transmisión más frecuente fue la sexual en un 82% de casos (el 51% hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH) y el 31% personas con relaciones heterosexuales).
- El grupo de los HSH no muestra la misma tendencia descendente en la detección de nuevos diagnósticos (sobre todo entre los 20 y los 35 años) que el grupo de los heterosexuales y de los usuarios de drogas inyectadas.
- Los nuevos diagnósticos en personas nacidas fuera de España han descendido desde el 41% en el año 2008 al 35% en el año 2012. Las regiones de origen más frecuente fueron Latinoamérica y Africa Subsahariana.
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el sida, la enfermedad que termina destruyendo el sistema inmunitario, llevan muchos años en nuestro país, donde se calcula que hay entre 130.000 y 160.000 afectados por el VIH, aunque no se puede afirmar que este tiempo haya logrado que conozcamos lo suficiente. La desinformación y los prejuicios pesan en la lucha contra una enfermedad aún invisible, que en los últimos tiempos también batalla contra las consecuencias de la crisis económica.
Con el pensamiento de que la prevención es fundamental, y con motivo del Día Mundial del Sida 2013, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha la campaña 'Juntos podemos lograr cero infecciones por VIH. Hazte la Prueba', dirigida a la población general para promover el diagnóstico precoz.
Por eso, recuerda que la prueba del VIH puede realizarse en cualquier lugar de España de forma gratuita y confidencial, con un sencillo análisis de sangre o de saliva, y ha puesto en marcha un servicio online y telefónico de información que será gestionado por Cruz Roja Española.
Se trata de evitar que, como ocurrió en 2012, el 47% de los nuevos diagnósticos sean tardíos y que el casi 30% de portadores de VIH que desconocen que lo son puedan tomar cuanto antes medidas para tratarse y evitar contagiar a otras personas.
Las organizaciones que trabajan con portadores de VIH y enfermos de sida insisten también en la importancia de un diagnóstico y un tratamiento tempranos que ayuden a controlar la enfermedad, y en días como este 1 de diciembre alzan también su voz para que su trabajo no desfallezca a merced de unas ayudas públicas significativamente menguadas.
Caída en las ayudas públicas
En 2011, los Presupuestos Generales del Estado recogían 16 millones de euros para la estrategia de respuesta al VIH, que incluían el Plan Nacional sobre el Sida, la convocatoria nacional de ayudas a ONG y las transferencias a las comunidades autónomas. Pero todas estas partidas han descendido, en ocasiones bruscamente, desde que estalló la crisis y de manera más aguda en los dos últimos años.
"En apenas cinco años se ha perdido el 50-70% de la financiación, y la ausencia de un nuevo plan estratégico revela que para el Gobierno este se ha convertido en un tema de segundo orden", denuncia Jesús Edison Ospina, presidente de la Red Comunitaria sobre el VIH/sida del Estado Español (REDVIH).
De hecho, las transferencias a las autonomías han dejado de aparecer en los presupuestos. "Las partidas pasaron a incluirse en el fondo de cohesión autonómica, pero en la Alianza de Plataformas de respuesta al VIH -que engloba a 300 entidades- no sabemos nada de ese dinero, y en las comunidades autónomas dicen que no ha llegado", asegura Ospina.
RTVE.es se ha puesto en contacto con el Ministerio de Sanidad, del que depende la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida, para preguntar sobre las asignaciones presupuestarias a la lucha contra el sida, pero no ha obtenido respuesta.
"Que se haga ahora prevención en una comunidad u otra depende de la voluntad del gobierno autonómico de turno", señala Carlos Varela, secretario general de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA). Pone como ejemplo el Comité Antisida de la Región de Murcia (CASMU), que ofrecía información, repartía preservativos, organizaba grupos de autoayuda y mantenía servicios de ayuda psicosocial, entre otras actividades. Todo en tiempo pasado, porque tras 22 años de trabajo tuvo que cerrar en 2012 por el fin de las ayudas.
Desatención a los inmigrantes irregulares
Por otra parte, estas organizaciones resaltan la desatención y exclusión de la población inmigrante que está o ha caído en situación de irregularidad tras la aplicación de la reforma sanitaria. Si bien los nuevos diagnósticos en personas nacidas fuera de España han descendido desde el 41% en 2008 al 35% en 2012, según el Ministerio de Sanidad, también se estima que podría haber de 2.700 a 4.600 inmigrantes irregulares en nuestro país infectados por el VIH.
Tener un colectivo fuera del control sanitario tiene evidentes riesgos indeseables para la salud pública y para su propia esperanza de vida, señalan las asociaciones. “Una persona no atendida tiene mayor posibilidad de transmitir el virus", tanto por vía sexual como de madre a hijo, y "una persona que no está tratada tiene mayor mortalidad”, explica Varela.
Banalización de la enfermedad y del riesgo
Existe otro problema con el sida también relacionado con la pérdida de impulso, pero no económico, sino de concienciación. Tras años de oír hablar de la enfermedad, de su virulencia y su contagio, los avances científicos y la popularización de las campañas de uso del preservativo como la célebre "Póntelo, pónselo", resulta que la sociedad empieza a ser menos precavida y a tener una menor percepción del riesgo.
“Si el sida ya no se ve como una amenaza para la vida, el bienestar personal y el propio futuro, no se ve necesidad de evitarlo“
Tiene un nombre clínico, "fatiga de la prevención", y se viene detectando en el último lustro. "El VIH ya no se percibe como un peligro real para la salud; personas que se cuidaron durante muchos años y creen que los tratamientos retrovirales y el diagnóstico precoz alargan la esperanza de vida hasta el punto de igualar a la de personas no infectadas se están convirtiendo en un peligro potencial", alerta Jesús Edison Ospina.
"Si el sida ya no se ve como una amenaza para la vida, el bienestar personal y el propio futuro, no se ve necesidad de evitarlo", añade.
"Mantener sexo seguro en todas y cada una de las relaciones no es fácil", considera Carlos Varela, que se remite a lo que apuntan publicaciones científicas como la New England Journal of Medicine: el 70% de las personas sexualmente activas entre 14 y 70 años no usa preservativo en todas sus relaciones.
Visibilidad contra la discriminación
Varela señala que aún persiste en la sociedad el prejuicio de que el riesgo de infección está asociado a los consumidores de droga inyectable, los trabajadores y trabajadoras sexuales y los homosexuales, señala. Y ello, a su vez, conduce a la estigmatización hacia quienes tienen o contraen la enfermedad.
Paradójicamente, con el sida se ha avanzado mucho menos en lo social que en lo médico. "El VIH es un tabú, produce rechazo a nivel educativo, laboral, quienes padecen la enfermedad sufren una muerte en vida a nivel social", lamenta Ospina.
“"Es un drama para una persona que sufre una enfermedad y además tiene que estar escondida"“
"Se sufre una exclusión social, y también familiar, afectiva y sexual. Es un coste muy alto, un drama para una persona que sufre una enfermedad y además tiene que estar escondida e invisible. Muchas personas no se hacen una prueba de detección precisamente por estos miedos".
Como muestra, varios botones. Una persona de edad avanzada con VIH y que necesite una residencia no puede optar a una plaza al estar catalogado como enfermedad infectocontagiosa. "Tampoco pueden acceder a créditos hipotecarios, porque la valoración de riesgos se hace en función de la información que había de la enfermedad en los años ochenta, y la esperanza de vida hoy en día no tiene nada que ver", apunta el secretario general de CESIDA.
Esta calificación del VIH hace que quienes lo tengan queden excluidos de diferentes trabajos: en Madrid o en Sevilla no podrían ser taxistas y tampoco pueden acceder al cuerpo de Policía.
“Los portadores de VIH aún no pueden acceder a créditos hipotecarios“
La desinformación aún existente sobre el sida causa situaciones difíciles de entender, como la ocurrida este verano en Galicia, donde un instituto exigía a los candidatos de un ciclo formativo de peluquería y estética un certificado que acreditara no tener enfermedades infectocontagiosas, requisito que fue retirado previa denuncia al defensor del pueblo. "Una persona con VIH puede ser enfermera y no puede ser esteticista", compara Carlos Varela sobre este caso.
"Tanto el miedo como los prejuicios profundizan en las desigualdades en un supuesto estado de bienestar", sentencia el presidente de REDVIH. "En estas condiciones, no es nada fácil ser visible, y es la visibilidad la mejor manera de desarrollar la estrategia de prevención de una enfermedad".