La autoridad europea de supervisión bursátil critica la falta de independencia de las agencias
- La ESMA señala que "necesitan mejorar" en los conflictos de intereses
- Así como en la confidencialidad y el calendario de publicación de las notas
- Crítica que personal recién llegado ponga nota a la deuda soberana
Un sector en el disparadero
Las agencias de calificación asignan grados a las emisiones de bonos de las administraciones públicas y grandes empresas, que pagan por ello.
La calificación AAA es la más alta para todas ellas y significa que el impago es una posibilidad extremadamente baja.
La actividad de estas compañías es objeto de grandes críticas desde el estallido de la crisis financiera en 2007, que no previeron.
El propio FMI asegura que las agencias “usan y abusan del poder que tienen” y “necesitan una supervisión más estricta”. Tribunales de diversos países han abierto investigaciones sobre sus prácticas a instancias de la sociedad civil.
Las agencias alegan que solo emiten opiniones cuyos efectos dependen de la importancia que le den los inversores.
La autoridad europea de supervisión de mercados (ESMA por sus siglas en inglés) ha publicado un informe en el que identifica una serie de deficiencias en la independencia y confidencialidad de los procesos para emitir notas de deuda soberana de las tres mayores agencias de calificación: Fitch, Moody's y Standard & Poor's.
"La investigación reveló deficiencias en el proceso de calificación soberana que podría suponer un riesgo para la calidad, la independencia y la integridad de las calificaciones y del proceso de calificación", ha dicho Steven Maijoor, presidente de la ESMA.
El informe sigue a una investigación realizada entre febrero y octubre de 2013, motivada principalmente por los posibles conflictos de intereses y el impacto de las notas soberanas en otros tipos de calificaciones. También se ha analizado la capacidad de las agencias "para hacer frente a un elevado número de acciones de calificación durante un período de alta volatilidad" y otras cuestiones alrededor de la confidencialidad y el calendario de publicación de las notas.
La ESMA ha encontrado fallos que califica con un "necesita mejorar" en la independencia, los conflictos de intereses, la confidencialidad de la información de la calificación soberana, el momento de publicación de las notas de la deuda y los recursos asignados a las calificaciones soberanas.
Analistas junior ponen nota a los países
Uno de los puntos más llamativos es que la ESMA critica que la responsabilidad de calificar el riesgo de la deuda soberana ha recaído en más de una agencia en analistas junior o en personal recién llegado a la agencia.
Matiza que, aunque sus notas se revisan por analistas senior, esta práctica supone un riesgo para la calidad de los ratings soberanos. Hay que recordar que la política de las agencias es que una empresa, banco, o institución no puede tener una nota más alta que la del riesgo país por lo que una decisión equivocada tiene consecuencias en cascada.
El informe ha subrayado el impacto que los cambios en las calificaciones pueden tener en los mercados financieros, así como en los estados soberanos.
"Por lo tanto, es imperativo que los usuarios puedan confiar en que las agencias de calificación crediticia tienen sistemas y controles adecuados para garantizar que las calificaciones son rigurosas, independientes y oportunas", señala el informe.
La ESMA no ha determinado aún si alguno de los fallos detectados vulneran la regulación de las agencias de calificación, por lo que se reserva la posibilidad de emprender acciones legales a su debido tiempo.