La Navidad brilla ya en el Teatro Circo Price

• Sexta edición del espectáculo navideño que se ha convertido en una tradición
• Navidad Circo Price representa "las visiones del circo" de Jesús Silva
• Dos horas con payasos, trapecistas..."artistas jóvenes" y "mucha energía"
• Se ofrecen dos y hasta tres funciones diarias entre este jueves y el 7 de enero

Este payaso divierte al público antes y durante la función. A la izquierda de la imagen Sara Silva (Blanca en la función)

Media hora antes de que comience el espectáculo, desde que se abre la sala al público, una bruja y dos payasos se ocupan de entretener a los niños y sus padres. La bruja (que parece la de El mago de Oz) provoca a los niños instándoles a estudiar, riñéndoles y pellizcando sus tiernas anatomías; ellos reaccionan con risas, encantados con la provocación.

Cuando faltan tan sólo dos minutos para que comience la función, uno de los payasos (que ha estado corriendo entre las filas de butacas y jugando con un balón) se chupa el dedo y te peina un poco -si tienes edad de parecer un padre- porque: "Hay que ponerse guapo, ¡va a empezar!".

Lo siguiente que ve el espectador en un número inicial por llamarlo de algún modo. Dura unos 15 minutos, y es una sucesión trepidante de todo lo que se verá luego: actores disfrazados con trajes invernales, equlibristas que descienden de las alturas, una troupe de moldavos que saltan a lomos de enormes neúmáticos dando vueltas en el aire, bailarinas,  mozos de pista...En una apoteosis inicial.

Y una coreografía de maquinistas y deshollinadores que desfilan ante los ojos atónitos de Blanca (Sara Silva), una niña atormentada por la bruja, que en realidad es su madrastra, y que ve llegar en tren al pueblecito donde vive una troupe de circo que le cambiará la vida....

Una "bonita locura" de 150 personas

Estamos en "el mejor teatro de circo de Europa", el Price, en palabras de Manuel González,  el productor ejecutivo de esta "bonita locura" llega por sexto año en Navidad al Teatro Circo Price. "Costó muchos al principio que los artistas internacionales vinieran pero ahora son ellos los que quiere venir al Price", explica el productor, este miércoles antes del primer ensayo general con público.

A Manuel González (Madrid, 1975), el oficio, como a casi toda la gente del circo, le viene de familia. Su padre, Rafael González Villa fue uno de los fundadores del Circo Mundial.

Resalta González que cuentan con un equipo creativo importante con gente que viene del cine y la televisión y que han tenido que acostumbrarse en estos últimos años "al lenguaje del circo que es diferente". Contando con el equipo habitual del Price, más las troupes y artistas invitados, el montaje reúne a "unas 150 personas", de "12 nacionalidades" más de 30 sólo en escena.

Todas las cifras de esta producción son grandes: seis meses de preproducción, dos y hasta tres funciones diarias entre el 5 de diciembre y el 7 de enero ("la gente del circo está acostumbrada a trabajar mucho en Navidad") y 51.000 entradas vendidas antes de empezar.

Prevén recibir a 100.000 espectadores.

Los Rampin Brothers, tres hermanos "icarios"

Asegura Javier Santos que acabó en este oficio por "vago". Es una ironía porque él suele estar sentado sosteniendo a alguno de sus hermanos acróbatas como él. Los Hermanos Rampin debutaron en Berlín en 1993 y trabajaron a partir de 2011, durante once años en Cirque du Soleil.

Javier, Ramón y Pedro residen en Miami pero nacieron en Madrid y son la octava generación de una familia circense que lleva en el oficio desde 1706. En su familia ha habido de todo: payasos, trapecistas...Ellos son los primeros en dedicarse a hacer una actuación de malabares con los pies,  una disciplina llamada "Icarios"

Su número dura unos 7 minutos pero para ello entrenan a diario una hora e intentan mantenerse en forma, aunque ahora en Madrid, confiesa Javier "no hago más que comer lo que no hay en los Estados Unidos".

Suso (director): "Todas mis visiones del circo"

"Mi visión del circo no es a la antigua usanza, no entiendo que de pronto haya un salto mortal porque sí", apunta Jesús Silva "Suso", Premio Nacional de Teatro (2003) y responsable último de todo este gran montaje que engloba todas sus visiones del circo.

Nos habla con pasión de su visión de un circo poético, con argumento teatral, con guión. En este caso la historia de Blanca, encarnada por su hija (Sara Silva) es el hilo conductor de un espectáculo, "hecho por chavales muy jóvenes, bestial, con mucha energía".

Blanca se escapará con las gentes del circo. Y esto tiene mucho que ver con la propia vida de Suso, quien, siendo niño, se colaba bajo la carpa de un circo, en los setenta, en Orense. "Fue en diciembre, vi hasta 80 funciones, y mi padre me propinó una tremenda paliza", recuerda.

Hoy su visión del circo es otra: mezcla amor y realidad: "El circo es cuestión de imaginación puede hacerse en cualquier lugar, hasta en el salón de tu casa, pero el circo no sólo son sonrisas".