'Le Week-end', los 60 son los nuevos 20
- Roger Michell y Hanif Kureishi crean una obra icónica sobre el matrimonio maduro
- Una pareja inglesa vive una montaña rusa emocional en unas vacaciones parisinas
- Jim Broadbent ganó la Concha de Plata a mejor actor en San Sebastián
- RTVE.es entrevista a los creadores y protagonistas
Reino Unido
Título original: Le Week-end
Nacionalidad: Reino Unido
Dirección: Roger Michell
Guión: Hanif Kureishi
Intérpretes: Jim Broadbent, Lindsay Duncan, Jeff Goldblum
Duración: 93 m.
Hanif Kureishi no duda. “Es el efecto Viagra: ahora los mayores son capaces de mantener relaciones sexuales; antes con 60 años estabas acabado y jodido, en el mal sentido de la palabra”. El autor de Mi hermosa lavandería firma el guión de Le Week-end, la película de Roger Michell (Notting Hill) que ha sido una de las revelaciones del año en el Reino Unido. Un retrato maduro contado desde la vitalidad en el que cabe la diversión, la amargura, la inteligencia y la sabiduría.
Un matrimonio de profesores ingleses (Jim Broadbent y Lindsay Duncan) decide darse una escapada a París en plena crisis de los 60 para recordar su luna de miel. Lo más brillante del amor y el desasosiego de las expectativas incumplidas les acompañan en la maleta y, durante dos días, se desata una montaña rusa emocional en la cuestionaran su pasado, presente y futuro.
De pronto viven a lo loco gastando sin medida y marcándose ‘simpas’ en los cafés, y al rato tienen que afrontar la amargura de su situación. Los dos ‘sexalescentes’ parecen sacados de una película fresca de la Nouvelle Vague, corriente a la que Le Week-end homenajea explícitamente. La cinta fue una de las películas más aplaudidas del último Festival de San Sebastián, donde RTVE.es entrevistó al director, guionista y dos actores protagonistas.
¿Tiene valor mi vida?
“La gente de esa edad se imagina una nueva vida, con nuevas oportunidades”, explica Roger Michell. “Precisamente en el Reino Unido el pico de divorcio se produce oor encima de los 60 años”. Director y guionista, colaboradores ya en The mother (2003) y Venus (2004) viajaron hace siete años durante un fin de semana a París, para experimentar las típicas sensaciones de una pareja de turistas, visitar monumentos, buscar restaurante y hoteles… Todo para volcar sus propias obsesiones en los protagonistas.
“Cuando estás en los 60 empiezas a pensar cosas tipo: ¿Cómo he vivido? ¿Tiene valor lo que he hecho? ¿Dónde he triunfado? ¿Dónde he fracasado? ¿He sido un buen padre? ¿He sido un buen amigo? Todos nos planteamos qué tipo de personas somos en función de nuestros ideales cuando éramos tan jóvenes”, dice Kureishi.
El éxito (y fracaso) sentimental (y profesional) atraviesan la película. Jeff Goldblum pone el contrapunto a las desilusiones ideológicas y profesionales de la pareja protagonista bordando el papel de intelectual de prestigio, pagado de sí mismo, rodeado de compañía que alimenta su ego. “Representa el aspecto más superficial, es la otra cara de la moneda: guapo, rico, se ha deshecho de un matrimonio incómodo para él, va a tener otra hija con su nueva esposa preciosa. Sin embargo, es pura superficie, tiene muchas dudas hacia sí mi mismo”, dice Mitchell.
Dos actores en estado de gracia
Jim Broadbent (ganador de un Oscar en 2001 por Iris) y Lindsay Duncan colocan al espectador en una empatía súbita favorecidos por las situaciones y diálogos de un guion en estado de gracia.
“Estos personajes son muy atractivos para un actor por su complejidad: son al mismo tiempo irritantes, graciosos y románticos”, dice Duncan.
Broadbent, justísima Concha de Plata en San Sebastián, reconoce rasgos propios en el personaje. “El matrimonio es un proceso muy largo y complicado, lleno de cambios. Uno se adapta, se reinventa, y si sigues 30 años es una cosa muy bonita. Pero ellos han perdido esa costumbre, han seguido su camino propio sin comunicarlo al otro. Y en la película intentan reinventarse con este viaje y seguir tal vez unos años más en el matrimonio”, dice el actor.
Los dos actores afirman que no es sencillo encontrar papeles protagonistas tan atractivos para personajes de su edad. “Es menos usual para una mujer, sobre todo un material tan bueno”, lamenta Duncan. “Hay un viento a favor de más representaciones de gente mayor en la gran pantalla, tal vez porque ahora esperamos más de la vida aunque no todos tengan opciones”.
Roger Michell está de acuerdo y profetiza: “La gente mayor se está convirtiendo en gente joven. Se está empujando esa frontera de edad cada vez más hacia atrás y eso está en la película. Si tienes 60 años, tu vida no se acaba: la gente mayor se está interesando en una nueva vida”.