Sudáfrica y el mundo despiden a Nelson Mandela como el último héroe del siglo XX
- Más de 70 jefes de Estado y de Gobierno le despiden en Johannesburgo
- Todos coinciden en honrar su legado y su ejemplo de lucha por sus ideales
- Barack Obama: "Mandela liberó a los presos y a los carceleros"
- Su compañero de celda: "Madiba nos mira y sonríe mientra ve a su país unido"
Cánticos y vítores para despedir a Nelson Mandela. El estadio de fútbol de Johannesburgo ha rugido con una sola voz: la del agradecimiento. En Soweto no ha habido hoy aficiones enfrentadas, sino más de 70 jefes de Estado y de Gobierno, personalidades del mundo de la cultura y el deporte, y decenas de miles de sudafricanos que, en un ambiente festivo, han rendido homenaje al hombre que cambió la historia del país y del continente africano, al último héroe del siglo XX.
La lluvia, símbolo de buena suerte en la tradición africana, ha acompañado y (deslucido) el funeral de Mandela, que murió este jueves a los 95 años, pero no el ánimo de los asistentes. "Cuando llueve durante el entierro significa que Dios te da la bienvenida y que las puertas del cielo están abiertas", ha justificado Cyril Ramaphosa, dirigente del Congreso Nacional Africano, el retraso de una hora del acto.
El camino de reconciliación que Mandela emprendió tras salir de prisión en 1990 en este mismo estadio de Soweto temina hoy, en el mismo escenario, con un pueblo unido en torno a su figura y a su legado.
Ese espíritu de concordia ha estado presente en toda la ceremonia. En la oración interreligiosa, en el reencuentro de presidentes rivales -como el histórico apretón de manos entre Barack Obama y Raúl Castro- y el afectuoso abrazo de Winnie, la segunda mujer de Mandela, con su viuda Graça Machel, tras años de desencuentros.
Y eso es, precisamente, lo que han destacado los nietos del expresidente sudafricano. "Madiba nos ha reunido a todos hoy. A los poderosos y a los débiles, a los pobres y a los ricos", ha dicho el portavoz de la familia.
"Mandela liberó a los presos y a los carceleros"
Las ovaciones se han sucedido en el recinto para recibir, por ejemplo, a Frederik De Klerk, el último presidente blanco, y el hombre que compartió con Mandela el Nobel de La Paz y acordó con él la llegada de la democracia. También ha habido abucheos, la mayoría hacia el actual mandatario africano, Jacob Zuma. Pero sobre todo, los sudafricanos han celebrado la asistencia al acto de artistas como Bono, el cantante de U2, Bono, y la actriz sudafricana, Charlize Theron, vitoreados como estrellas de fútbol cuando los videomarcadores del estadio mostraban su imagen.
Muchos han sido los oradores que han rendido tributo a Mandela, pero ha habido un discurso que ha emocionado especialmente a los sudafricanos, el del primer presidente negro de EE.UU. honrando al primer presidente negro de Sudáfrica.
"Sudafricanos, gracias por compartir a Mandela con nosotros", ha comenzado Barack Obama, presentado ante el público como "un hijo de África".
"Mandela es el último libertador del siglo XX", ha dicho. "Mandela liberó a los presos y a los carceleros. Hoy seguimos aprendiendo de él (...) Hay que reconocerle como un icono", ha añadido.
“Ni el estadio más grande puede albergar hoy nuestro dolor“
Obama ha aprovechado la ocasión para lanzar un mensaje político. “Hay líderes que muestran solidaridad con la lucha de Mandela pero no liberan a su propio pueblo. Se resisten a hacer reformas modestas que acaben con la pobreza y la desigualdad”, ha subrayado ante el vicepresidente chino, Li Yuanchao, el dictador de Zimbabue, Robert Mugabe, y el presidente cubano, Raúl Castro, al que había saludado minutos antes en un gesto inédito entre los líderes de ambas potencias.
Antes que Obama ha intervenido el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que ha lametado la pérdida de un "padre", y un "querido amigo".
"Ningún estadio ni el más grande de África podría albergar nuestro dolor hoy", ha subrayado. "Mandela era uno de nuestros mayores profesores. Nos enseñó cómo conseguir libertad, justicia y democracia dando ejemplo".
El país del arcoiris, unido
Y mientras tanto, los asistentes, ondeando la bandera nacional, han teñido el estadio con el sueño multirracial y pacífica del fundador de la Sudáfrica moderna al que hoy despiden. "Madiba nos mira y sonríe mientra ve a su país unido", ha destacado, muy emocionado, Andrew Mlangei uno de los compañeros de celda de Mandela en Robben Island.
El rostro de Madiba ha estado presente en camisetas y fotografias por todo el recinto. También han resaltado los colores y el anagrama del gubernamental Congreso Nacional Africano, que lideró el expresidente, y hasta uniformes militares de Umkhonto we Sizwe, el brazo armado de la organización que fundó el propio Madiba.
La despedida de Mandela ha propiciado encuentros infrecuentes. Como el de los expresidentes estadounidenses Georges Bush y Bill Clinton, que han charlado animadamente. También el de Françis Hollande y Nicolas Sarkozy, menos comunicativos. Y en Johannesburgo, convertido en el centro del mundo, también han estado el príncipe Felipe y el presidente Mariano Rajoy como representación española.
El acto lo ha cerrado el presidente sudafricano Jacob Zuma y el obispo Ivan Abrahams. "No hay nadie como él", ha resumido Zuma el sentir general. "Nunca antes nuestro país ha celebrado la vida como lo hacemos con Mandela hoy", ha asegurado. "Él ha puesto las bases para la Sudáfrica de nuestros sueños".
Y muy lejos de Johannesburgo, en la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz en Oslo, también ha habido un recuerdo emocionado para Mandela, que recibió el prestigioso galardón un día como hoy hace exactamente 20 años. "Sus logros fueron una de las victorias más grandes de la humanidad", ha dicho el presidente del Comité.
Con este funeral, no termina sin embargo, el duelo por Madiba. Los sudafricanos tendrán este miércoles una nueva oportunidad de decir adiós a su líder en las calles de Pretoria, por las que desfilará, hasta el 13 de diciembre, el féretro del antiguo activista contra el régimen racista del apartheid.
También en Pretoria se instalará durante ese período la capilla ardiente antes de que sus restos viajen el sábado a la pequeño localidad de Qunu, en el sureste, donde el expresidente creció y pidió ser enterrado junto a su familia.