Las protestas y los saqueos ponen en jaque la estabilidad política de Argentina
- Argentina cree que la huelga de los policías pretende "provocar" a los políticos
- El Gobierno nacional se desvincula de las reivindicaciones pero envía refuerzos
Argentina califica de intento de desestabilización las protestas de los policías, que reclaman mejoras salariales, y los saqueos, que han causado tres muertos en los últimos días, en vísperas del trigésimo aniversario del retorno de la democracia al país.
"No es el método ni la manera de plantear demandas salariales generando una extorsión a los Gobiernos provinciales", ha explicado a la prensa el jefe del Gabinete argentino, Jorge Capitanich, que vincula el conflicto policial con "procesos de desestabilización" y una clara "intencionalidad política de provocar".
Las protestas policiales facilitan saqueos organizados
Para Capitanich, los disturbios han seguido patrones similares en todos los casos al comenzar con una huelga de policías que es aprovechada por bandas organizadas para robar y "generar casos de zozobra".
Por su parte, el ministro de Justicia de Argentina, Julio Alak, ha anunciado que denunciará penalmente a los policías que alteren el orden público y a los titulares de páginas de Facebook que inciten a los saqueos.
En la misma línea, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el oficialista Daniel Scioli, ha advertido a los agentes que sean conscientes "de las consecuencias que pueden tener las actitudes de rebeldía".
Segunda remodelación en dos meses
La situación de descontrol en la que se encuentran diez provincias del país ha llevado, entre otras acciones, a la remodelación de la cúpula policial de la región de Córdoba. La segunda en dos meses, después de las renuncias de los dos últimos ministros de Seguridad y del máximo responsable de la policía, Ramón Frías, por un escándalo con el narcotráfico que salpicó a altos mandos de la policía cordobesa.
Por su parte, el Gobierno nacional se ha desvinculado de la responsabilidad en los conflictos salariales ya que las policías provinciales dependen de los Gobiernos locales, pero ha enviado refuerzos a varios puntos del país para evitar que los paros desencadenen robos e incidentes como los sufridos en Córdoba.
Una semana de protestas
La huelga, que comenzó el pasado martes en Córdoba, la segunda ciudad más importante de Argentina, se ha replicado en una decena de provincias entre las que se encuentran Buenos Aires, La Pampa, Tucumán o Entre Ríos.
Precisamente esta última ha sido escenario de una oleada de robos y saqueos en la que una persona ha muerto electrocutada. Esta muerte se suma a las dos registradas el pasado miércoles en Córdoba, a unos 700 kilómetros al oeste de Buenos Aires, y en Glew, en la periferia de la capital argentina.