La AN condena a tres etarras a 3.860 años de cárcel por el atentado en la casa cuartel de Burgos
- El atentado causó 160 heridos, 41 de ellos niños, en julio de 2009
- Los terroristas deberán indemnizar a las víctimas según los días de curación
- Los acusados ya han sido condenados por los últimos atentados de la banda
La Audiencia Nacional ha condenado a los tres miembros del comando Otazua de ETA a 3.860 años de carcel por el atentado con una furgoneta bomba en la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos que causó 160 heridos de diversa consideración en 2009.
Daniel Pastor, Iñigo Zapirain y Beatriz Etxebarria han sido condenados por la sección tercera de la Audiencia Nacional por 160 delitos de asesinato en grado de tentativa y un delito de estragos.
La sentencia destaca los testimonios de los peritos, que declararon en el juicio que la explosión fue "aterradora" y dejó el edificio destruido "por arriba y por abajo".
El atentado se produjo en la madrugada del 29 de julio de 2009, cuando una furgoneta bomba cargada con más de 700 kilos de amonal explotó y causó heridas a 41 niños.
Los terroristas deberán indemnizar a las víctimas
Según declararon los peritos en el juicio celebrado el pasado noviembre, aparte de los daños físicos que sufrieron las víctimas (algunas requirieron más de 500 días para recuperarse), también en muchos casos, tuvieron un síndrome de estrés postraumático que se transformó en ansioso-depresivo severo y que les generó una incapacidad permanente para trabajar.
Por ello, la sala ha establecido que los terroristas deben indemnizar a las víctimas en función de los días de curación y por varios cientos de miles de euros, así como pagar 15 millones a la Dirección General de la Guardia Civil por los daños al edificio.
También deberán indemnizar con 39.074 euros a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León por los daños causados dos hospitales de Burgos próximos a la casa cuartel.
Los acusados ya han sido condenados por los últimos atentados cometidos por la banda terrorista ETA antes de su alto el fuego y la mayor pena que se les ha impuesto, 45 años de prisión, fue por el asesinato con una bomba-lapa del inspector jefe de la Policía Eduardo Puelles el 19 de junio de 2009 en Arrigorriaga (Vizcaya).
Buscaban atentar contra el mayor número de personas
Los jueces Alfonso Guevara, Guillermo Ruiz Polanco y María Angeles Barreiro consideran en su sentencia, hecha pública este miércoles, que los tres etarras cometieron el atentado siguiendo órdenes del entonces jefe militar de la banda, Mikel de Kabikoitz Karrera Sarobe, 'Ata', y con la intención de atentar mortalmente contra el mayor número de personas.
La sentencia destaca los testimonios de varios peritos que declararon en el juicio y que calificaron la explosión como "aterradora" ya que dejó "el edificio derruido por arriba y por abajo".
Antes del atentado los etarras se desplazaron a la capital burgalesa para recopilar datos sobre la casa-cuartel, situada en la avenida de Cantabria. Así, localizaron el mejor lugar para instalar la furgoneta cargada de explosivos y tomaron los datos de matrículas de vehículos que solían aparcar en las inmediaciones, que fueron dobladas en Francia.
Daños materiales
Ata les facilitó una Mercedes Vito de color verde que había sido sustraída en abril de 2009 en la localidad francesa de Pevrat Le Chateau y, tras pintarla de blanco y hacerla pasar por la de un vecino de Burgos, la aparcaron en la parte trasera de la casa-cuartel.
La furgoneta explotó a las cuatro de la madrugada y causó daños en la casa-cuartel que fueron valorados en más de 15 millones de euros. El atentado fue reivindicado por ETA mediante un comunicado publicado en Gara y Berria el 9 de agosto de 2009.
También se vieron afectados una comisaría de Policía Local, un edificio de Tráfico y la sede de los Bomberos, que tuvieron que realizar reparaciones por 263.133 euros, así como el Hospital Divino Vallés y el General Yagüe, que sufrieron daños por importe de 39.074 euros.
La sentencia a 3.860 años de cárcel impuesta por la Audiencia Nacional a cada uno de los tres etarras es la mayor condena a miembros de ETA en su medio siglo de historia terrorista.