El estadounidense desaparecido desde 2007 en Irán estaba trabajando para la CIA
- Fue enviado a una misión por superiores que no estaban autorizados
- Cuando desapareció, la CIA alegó que no tenía relación actual con ellos
- Eso hizo que su rescate no fuese una prioridad, según su familia
Robert Levinson, un ex miembro del FBI secuestrado en Irán desde marzo de 2007 y cuyo paradero todavía se desconoce, se encontraba en el país trabajando para la CIA, según una investigación de Associated Press, que revela que lo hacía fuera de las normas básicas de la agencia, ya que fue enviado por un equipo de analistas que no tenía autoridad para ejecutar operaciones de espionaje.
Al parecer, Levinson viajó a la isla iraní de Kish en marzo de 2007 para investigar la corrupción en un momento en el que estaba negociando la renovación de un contrato con la CIA que había mantenido durante varios años. Incluso negoció que le devolviesen el coste del viaje a Irán, según publica The Washington Post, que cita a funcionarios de la agencia.
Cuando desapareció, tanto la CIA como el FBI informaron al Congreso de que Levinson no tenía ninguna relación actual con ellos, lo que hizo que su búsqueda no fuese una prioridad. La versión oficial del Gobierno fue que el agente jubilado del FBI estaba realizando un viaje privado.
Pero meses después de su secuestro, los emails de Levinson y otros documentos mostraban que había ido a Irán contratado por analistas de la agencia.
Ceses y reestructuración interna en la CIA
La noticia provocó una importante investigación interna en la CIA, donde se abrieron expedientes a diez empleados y tres analistas veteranos se vieron obligados a abandonar sus puestos de trabajo, según funcionarios citados por The Washington Post que prefieren mantener el anonimato.
La agencia incluso ha cambiado las reglas a la hora de contratar a expertos y asesores, de forma que establecer un vínculo laboral sea más complicado.
No obstante, en el caso de Levinson, la CIA finalmente ha reconocido que sí era responsable de él mientras se encontraba en Irán, y ha pagado dos millones y medio de dólares a su esposa Christine como indemnización, señalan al diario exfuncionarios de inteligencia de Estados Unidos. Además, la agencia pagó a la familia una suma adicional de 120.000 dólares por el coste de la renovación de su contrato.
El paradero de Levinson se desconoce en la actualidad. Los investigadores ni siquiera pueden aseguran que siga vivo. La última prueba de vida fue un vídeo que la familia recibió hace tres años en el que se le veía encadenado y vestido con un mono naranja similar al que usan los detenidos en la prisión de Guantánamo, en Cuba. El caso sobre su desaparición sigue abierto y la familia lamenta que su búsqueda no haya sido una prioridad desde el principio.