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'Frank', el humor irónico y mordaz de Jim Woodring

  • El cuarto tomo de la premiada serie es 'Frank. El congreso de las bestias'
  • Un cómic nominado dos años consecutivos al Salón de Barcelona
  • Consiguió el premio especial del jurado en Angoûleme 2012

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Fragmento de una página de 'Frank. El congreso de las bestias'
Fragmento de una página de 'Frank. El congreso de las bestias'

JIM WOODRING (Los Ángeles,1952)

Artista autodidácta, gozó de una infancia abundante en apariciones y alucinaciones varias. Trabajó en un estudio de animación y en 1980 comenzó a publicar un diario autoeditado llamado 'Jim', una antología de comics, ilustración y escritura automática. La primera aventura de 'Frank' se publicó en 1991 y a partir de entonces han ido apareciendo sucesivas recopilaciones de su trabajo en diversos países. Tanto 'Jim' como 'Frank' le han valido sendas nominaciones a los premios Eisner.

El ilustrador estadounidense Jim Woodring es uno de esos pocos autores capaces de crear su propio y original universo y que, además, sea tan fascinante como El de Alicia en el País de las Maravillas (aunque no tengan nada que ver). Ahora este particular universo se expande gracias a la publicación del cuarto volumen de Frank. El congreso de las bestias (Fulgencio Pimentel) en el que este autor "de artistas" hace que, sin diálogos, sus viñetas desgranen críticas voraces a través del humor.

Un cómic que ha sido nominado los últimos dos años a los premios del Salón del Cómic de Barcelona, en la categoría de Mejor Obra Extranjera, y que seguro que también repetirá el año próximo. Además, la Agencia EFE lo acaba de incluir entre los diez cómics de 2013. Y el anterior tomo de la serie, La cuerda del laúd, también fue incluído en la lista de esenciales de 2013 de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic de España (ACDCómic)

El tomo comprende El congreso de las bestias (Premio Especial del Jurado en el Festival de Angoulême de 2013) y Fran, que se publica en estas fechas en Estados Unidos, e incluye a modo de prólogo una serie de lienzos al óleo reproducidos a color y doble página. El díptico formado por estas dos novelas gráficas –impresionantes tanto por su calidad narrativa y su poder de sugestión onírica como por su derroche gráfico- ha sido ideado por el autor para ser leído en orden intercambiable y conformar una sola historia que añade nuevas dimensiones al icónico personaje cuya vida lleva alimentando más de veinte años

La editorial riojana ha vuelto a apostar por este personaje "indefinido" de Woodring, que bien podría ser una mezcla entre gato, perro y castor.

Un animal antropomórfico cuyas historias, si bien al principio provocaron casi "desagrado físico" al editor de la casa editorial, César Sánchez, al final consiguieron "ganarle" hasta el punto de publicar "casi" la totalidad de la obra de este autor, que, según ha confesado Sánchez, ha contado con la admiración y la "rendición" de iconos del cómic como Alan Moore.

Una historia que nos hace pensar

Este cuarto volumen es, en palabras de su editor, el más complejo" y, a la vez, se trata de una de las "historias más directas" en una narración "compleja", dada la densidad "apabullante" a la que Woodring llega en las 200 páginas que tiene el libro.

"Uno puede leer la historia de manera lineal o dejando cabos sueltos", ha dicho Sánchez.

La obra comienza con la destrucción de la casa de Frank tras la caída de una misteriosa maleta. Una historia que se puede leer "del derecho o del revés", según "sople el poniente o el levante".

Acompañado de sus dos inseparables mascotas, de catalogación imposible ya que no se sabe si son objetos animados o animales, Frank abre esta maleta y contempla cómo el contenido no es más que un juego de palos de "cricket".

De la sencillez de este juego, a la complicación de sus consecuencias. La historia, sin apenas un bocadillo que describa la situación en palabras, da un giro definitivo cuando, durante el desarrollo de este deporte, la casa se derrumba, y Frank emprende una aventura para reconstruirla.

Comienza así una historia en la que se encontrará con animales de aspecto casi marciano, con los que se enfrentará o se aliará.

Un cómic para releer una y otra vez

"El libro gana mucho con su relectura. Los cómics son plástica y están hechos para mirarse y remirarse. Este lo he mirado mil veces, y no hace más que ganar", ha destacado el editor de Fulgencio Pimentel de "Frank. El congreso de las bestias", Premio especial del jurado en Angouleme 2012.

Pese a ser conscientes de que las "cosas", en el mundo del cómic, funcionan "muy despacio" y para luchar contra esta situación, en esta pequeña editorial de Logroño cuentan con un gran aliado: el mimo extremo que ponen en el diseño de todos sus ejemplares. En esta ocasión, 1.200, que pondrán a la venta a un precio de 30 euros.

"Tiramos la casa por la ventana, porque dice el gobierno que esto va a más, y nosotros siempre creemos a la gente trajeada", ha puntualizado Sánchez.

"No tiene nada de raro querer cuidar tanto nuestras obras. A veces va en nuestra contra, ya que España es un país muy conservador y austero, y las cosas bonitas tienen mala prensa aquí", ha destacado.

Eso sí, en Fulgencio Pimentel reconocen que tienen tres cometidos: editar lo que les gusta, hacerlo "bonito" y, sobre todo, no arruinarse.

Con el primer volumen de "Frank" consiguieron estar en las estanterías de las principales librerías durante un año, y con este cuarto ejemplar esperan emular aquel logro.