Detienen a 21 personas en Francia por tráfico de carne de caballo con ramificaciones en España
- Detenidos empleados de centros farmacéuticos y negociantes de carne
- Introducían en el mercado carne de caballos tratados con medicamentos
- Los animales eran desviados a mataderos del sur de Francia y España
- La Fiscalía de Marsella ha descartado el riesgo sanitario de la carne
Un total de 21 personas han sido detenidas a primera hora de este lunes en el sur de Francia en una gran operación para desmantelar una red de tráfico de carne de caballo fraudulenta, con ramificaciones en España.
Fuentes de la investigación han explicado que la operación, en la que intervienen un centenar de gendarmes, se inició a las 06:00 hora local (05:00 GMT) en once departamentos, donde se están llevando a cabo registros, en las regiones de Languedoc Rosellón, Provenza Alpes Costa Azul y Midi Pyrénées.
Los detenidos son en su mayor parte negociantes de carne pero también veterinarios de los que se sospecha que falsificaron la documentación de los animales, que habían sido utilizados por el laboratorio farmacéutico Sanofi Pasteur.
La empresa farmacéutica los utilizaba para producir suero gracias a su capacidad para generar anticuerpos en la sangre, y los revendía a centros ecuestres como caballos de montura con la prohibición explícita de dedicarlos a la alimentación humana.
Se descarta el riesgo sanitario
De momento, la Fiscalía de Marsella ha descartado el riesgo sanitario de la carne de caballo fraudulenta, ya que ningún análisis toxicológico ha probado que fuera perjudicial para la salud.
El fiscal de esa localidad, Brice Robin, ha explicado en conferencia de prensa que el hecho de que no fuera considerada como apta para el consumo humano no implica que fuera "tóxica" para la salud.
"Nos encontramos con un fraude a las normas sanitarias, no con un fraude sanitario", ha explicado el fiscal, según el cual la investigación abierta se remonta a mayo de 2011 y ha permitido detectar que había unos 200 caballos cuya carne se comercializaba.
Sesenta de esos animales procedían del laboratorio farmacéutico Sanofi Pasteur y, de ellos, se ha podido confirmar que dos tenían un certificado falso.
El objetivo: "Conseguir beneficios sustanciales"
El laboratorio, "dentro de la legalidad", los revendía a centros ecuestres con la prohibición explícita de dedicarlos a la alimentación humana, y va a constituirse como parte civil porque se considera "una víctima" más del caso.
La red tenía ramificaciones en el extranjero: hubo animales que fueron exportados a otros países, principalmente España, y otros que fueron importados y sobre los que, según el fiscal, "surge de nuevo la cuestión de la trazabilidad".
El objetivo de los traficantes era "conseguir beneficios sustanciales" en la reventa de esos animales, que podían ascender a los 300 euros por ejemplar.
La falsificación de los documentos administrativos y el fraude, que no tiene el agravante de que fuera perjudicial para la salud, podría suponer hasta cinco años de cárcel para los detenidos.
El laboratorio no estaba directamente implicado
"A priori", Sanofi Pasteur no estaba directamente implicado en este fraude, según ha precisado un portavoz de las fuerzas del orden. De acuerdo con los primeros elementos de la investigación, los animales debían ser sacrificados y destruidos, pero eran desviados de forma fraudulenta y sacrificados en mataderos del sur de Francia y de España, como uno de Gerona cerca de la frontera francesa.
La investigación, dirigida desde la Gendarmería de Montpellier, comenzó con el apoyo de la Oficina Central de Lucha contra los Atentados al Medio Ambiente y a la Salud Pública.
Los interrogatorios a los detenidos y los registros pueden ayudar a determinar si los mataderos donde se producían los sacrificios conocían el origen irregular del ganado.
Otro escándalo con la carne de caballo a comienzos de año
Este presunto fraude llega menos de diez meses después de que estallara otro escándalo que también tuvo que ver con la carne de caballo, y de dimensión europea.
En aquella ocasión cientos de toneladas de carne de caballo habían sido importadas en países del este de Europa por negociantes que las vendían a plantas de procesamiento francesas, donde acababan integrándose en platos prefabricados en cuyas etiquetas aparecían no como lo que eran, sino como vacuno.
El ministro francés de Consumo, Benoît Hamon, ha señalado en la emisora de radio RTL que, a diferencia de lo conocido en febrero, ahora lo que hay es "un problema sanitario".