Trasplantan con éxito en Francia el primer corazón artificial con tecnología espacial
- El corazón está compuesto por tejidos biológicos y espaciales
- La operación, realizada en París, ha resultado inicialmente con éxito
- El corazón es el resultado de 15 años de investigación y desarrollo
El primer corazón artificial, compuesto por tejidos biológicos y por componentes espaciales miniaturizados, se ha trasplantado este miércoles en el Hospital Georges Pompidou de París (Francia). Así lo ha informado en un comunicado la empresa encargada de su fabricación, quien ha instado a ser cautos y esperar la evolución del paciente.
Según ha explicado Carmat, esta primera implantación se ha llevado a cabo de forma "satisfactoria", y la prótesis "ha asegurado automáticamente una circulación normal del fluido fisiológico". Las pruebas clínicas para trasplantar el órgano se aprobaron recientemente en Francia, según explicó la Agencia Espacial Europea.
Un reto para ingenieros y cirujanos
Este corazón protésico es una creación del cirujano cardíaco Alain Carpentier, quien fundó la compañía Carmat, filial de EADS, en el año 2008. El órgano el resultado de 15 años de colaboración con el gigante aeroespacial EADS DS (anteriormente Astrium, la subsidiaria espacial de EADS), el Gobierno francés y un grupo de inversores.
Carmat consiguió desarrollar su primer corazón completamente artificial a principios de 2013 con la combinación de los conocimientos de Carpentier, inventor de las válvulas cardíacas artificiales más populares, y de los ingenieros espaciales de Astrium en la construcción de satélites.
El equipo se enfrentó al reto de desarrollar un dispositivo capaz de funcionar en las severas condiciones del sistema circulatorio humano, y de bombear 35 millones de veces al año durante un mínimo de cinco años sin interrupciones.
Para ello necesitaban lo último en fiabilidad, que fueron capaces de lograr al aplicar las metodologías de diseño, las estrategias de ensayos y los conocimientos técnicos de la ingeniería electrónica espacial.
El corazón está compuesto por 900 minúsculos componentes que tienen que funcionar a la perfección. Al igual que con los satélites, el equipo utilizó sofisticadas técnicas de modelado y de simulación digital y preparó bancos de pruebas para llevar a cabo rigurosos ensayos y análisis.
Las autoridades sanitarias francesas han considerado que el corazón protésico es lo suficientemente fiable, y autorizaron los primeros implantes en humanos en tres hospitales de París.
Componentes biológicos y espaciales del corazón
El equipo se ha centrado en desarrollar un corazón capaz de latir como uno real, acelerando o reduciendo el ritmo cardíaco en función del nivel de esfuerzo de su receptor. El órgano se basó en la tecnología desarrollada para los proyectos espaciales europeos, utilizando unos sistemas electrónicos en miniatura equivalentes a los instalados en el bus de un satélite de telecomunicaciones.
“El corazón usa tecnología espacial, pero 100 veces más pequeña“
El corazón utiliza la misma tecnología, pero 100 veces más pequeña. Una serie de sensores de última tecnología detectan el nivel de esfuerzo del paciente y envían la información a un ordenador en miniatura, que genera comandos para que los motores, del tamaño de un dado, bombeen más rápido o más lento, permitiéndole aportar más o menos oxígeno a los tejidos y controlar la presión arterial en función del nivel de actividad de la persona.
Por otra parte, el corazón protésico de Carmat ha intentado evitar el rechazo del organismo utilizando un pericardio animal (la membrana que rodea al corazón) tratado químicamente para reducir la respuesta inmune del receptor.
El dispositivo tiene dos cámaras separadas por una membrana, con el tejido biológico en la cara que está en contacto con la sangre del paciente, y poliuretano en la cara opuesta. El sistema de bombeo, compuesto por motores y fluido hidráulico, altera la forma de esta membrana. Las válvulas artificiales desarrolladas por Carpentier también utilizan este tipo de material biológico.