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El PP asegura que el aborto nunca puede ser "un derecho" sino "una excepción"

  • Así lo ha asegurado la secretaria de Educación e Igualdad, Sandra Moneo
  • Además, ha calificado de  "bochornosa" la actitud del PSOE 
  • A su juicio, la reforma de la ley del aborto "protege y defiende" a la mujer

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La secretaria de Educación e Igualdad del PP, Sandra Moneo, ha asegurado que el aborto "nunca puede ser un derecho" sino que "siempre tiene que ser una excepción" y ha calificado de "bochornosa" la actitud del PSOE por apelar a la libertad de las mujeres "en un debate del siglo pasado".

En declaraciones remitidas por el PP, Moneo ha pedido al PSOE que actúe con "responsabilidad, coherencia y sentido común" porque, a su juicio, la reforma de la ley del aborto que ha aprobado el Gobierno "protege y defiende" a la mujer, su salud física y psíquica y su "dignidad personal".

"Lo que resulta absolutamente bochornoso es escuchar al PSOE hablar de la libertad de la mujer. Las mujeres somos libres desde hace décadas. Este es un debate del siglo pasado que es donde se ha quedado el PSOE", ha denunciado.

Para Moneo, "el problema" es que el PSOE "no haya querido o no haya podido ayudar" a aquellas mujeres que se han enfrentando a un embarazo imprevisto o en el que surgen complicaciones durante todo el periodo de gestación, cuestiones de las que ahora se ocupa la ley.

"Hay una realidad y es que el aborto nunca puede ser un derecho, siempre tiene que ser una excepción", ha insistido la dirigente del PP, que ha subrayado que ningún tratado internacional o convenio contempla el aborto como un derecho y ha recordado que la semana pasada el Parlamento Europeo rechazó esa postura que "hoy defiende el PSOE".

Según el anteproyecto de reforma de la ley del aborto aprobado el pasado viernes por el Gobierno, las mujeres podrán abortar en los casos de violación hasta las doce semanas y en los que exista riesgo grave para la salud física o psíquica de la madre hasta la 22.

La reforma limita a dos los supuestos para que las mujeres puedan interrumpir su embarazo de forma legal, eliminando el referido a las malformaciones del feto, salvo en caso de que se demuestren anomalías incompatibles con la vida del nasciturus y un riesgo psíquico o físico de la madre.