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2013, un año sobre las tablas

  • Ron Lalá destaca con montajes como En un lugar del Quijote
  • André y Dorine, de Kulunka, y El Decamerón Negro, otras grandes obras
  • Diario de un loco y El intérprete,  con García Pérez y Asier Exteandía

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Imagen de 'En un lugar del Quijote', de Ron Lalá.
Imagen de 'En un lugar del Quijote', de Ron Lalá.

Les propongo que firmemos un acuerdo: por motivos de agenda, deslocalización y bendita oferta en el oasis madrileño, ni es justo ni objetivo elaborar un listado a modo de ránking. ¿Qué podríamos hacer? ¿Quizás investigar en qué teatros se quedó nuestra memoria?

Me decanto por la opción de la escritura automática y así aparecen Diario de un loco, el ser entrañable al que miman Luis Luque y José Luis García Pérez; el amor (y el desamor) condensado por Chevi Muraday y Marta Etura en Return; las peripecias de Maridos y mujeres, de Woody Allen, versión Alex Rigola.

La memoria es un cuaderno con hojas manoseadas en la que se plasman sensaciones que provocan montajes como André & Dorine, de Kulunka Teatro; El malentendido provocado por Albert Camus y en el que se ven envueltos Julieta Serrano, Ernesto Arias y Cayetana Guillen Cuervo. El placer del teatro que se siente, imaginando el poder de Las palabras de Pablo Messiez, o leyendo junto a L’Om Imprebís y el griot Hassane Kouyaté los relatos de El Decamerón Negro.

Y vienen nombres a la mente, como los de Nathalie Poza en su duelo A cielo abierto con Jose María Pou; Rafa Castejón, Marta Poveda y todo los que siguen pronunciando, en voz alto, La verdad sospechosa; Kiti Mánver, construida, configurada, compartida por Juan Carlos Rubio y Daniel Muriel en Las heridas del viento; Juan y María Pastor, un Duet for one, y dos que son uno En construcción; y Las hermanas Rivas, que son dos, Carlota Ferrer y Esther Ortega, pero no se conciben sin él, Mariano Rochman.

Sumar fuerzas para agarrar sueños

Lo de condensar no es lo mío, así que, con permiso de los compañeros de Cultura de RTVE.es –junto a RNE alimentamos la unión, sello de este 2013-, damos un paseo por el vergel teatral ahora que se va 2013.

Ojalá quede lo bueno, lo que tantos han alimentado a partir de la suma de fuerzas para que no se esfumen los sueños: el de llevar por toda España Feelgood, surgido de un entramado escénico construido en veladas tras representaciones de la muy recordada Todos eran mis hijos; el de potenciar el enlace Cataluña-Madrid conEl rey tuertoStockmann30/40 Livingstone,  Roberto Zucco; el de volver al teatro de carretera, de caminos que labran los de 300 Pistolas, acompañados de Lope de Vega y Miguel Mihura; el de luchar con los elementos y seguir ahí, como Laví e Bel, montando su Cabaret Popescu, paseando La Barraca del Zurdo

Desde los medios públicos tenemos la obligación de cuidar a los que se desgañitan para que miremos al otro con nuestros mismos ojos, pero más abiertos si cabe: Rubén Ochandiano (Animal), Antonio Muñoz de Mesa (La visita), Francesco Carril (La vida en tiempos de guerra); celebrar que El Teatro Chino de Manolita Chen llega a Don Benito y que los de Mirage Teatro regresan a España con proyectos como ¡Quieto todo el mundo! y Quijotadas; y visitar la Factoría Madre Constriktor, con mención especial para el hombre-orquesta que jamás desafina, Asier Etxeandía, ya esté apostado en la barra de la taberna de La chunga, a vueltas con una Mechita con rostro, cuerpo y voz de Irene Escolar, o seduciéndonos desde el escenario como el niño vasco, hijo único y nada raro, que soñaba con cantar rodeado de amigos invisibles.

Asier es El intérprete y también uno de los que habitan Sagrado Corazón 45, espacio en tres actos y dos estancias al que durante algunos lunes se accedía desde La Casa de la Portera, donde Raúl Tejón ha sembrado El huerto de guindos. José Martret y Alberto Puraenvidia, que han terminado el año desempolvando La pensión de las Pulgas con MBIG (Mc Beth International Group), acogieron en su bajo de la madrileña calle Abades la palabra de José Padilla, Premio El Ojo Crítico 2013 por ser un director y dramaturgo a pie de escenario, algo que ha podido demostrar el extranjero que estrenó Enrique VIII en corte extraña y quien ha sacado partido a la oportunidad brindada por el Centro Dramático Nacional a través del ciclo ‘Escritos en escena’ del que surgió Haz clic aquí.

No sentirnos solos

Aunque sea en la intimidad más profunda, con todo lo que hemos visto, jamás nos sentiremos solos. A ello contribuyen los que defienden a sus criaturas frente a un público ávido de retazos de vida cercanos, cada vez menos grandilocuentes: Quique Fernández en El guante y la piedra; La tigresa y otras historiasde Dario Fo, encarnadas por Julián Ortega; las Confesiones a Alá clamadas por María Hervás; La realidad, de Fernanda Orazi, La fiebre que le sube a Israel Elejalde y la memoria de Asunción Balaguer plasmada en El tiempo es un sueño.

Al oasis escénico en que han convertido Madrid –aunque poden palmeras vigorosas como Garaje Lumière- llegan ecos de caravanas que se aproximan, que han alegrado las noches en muchos caravasares: Misántropo, de Kamikaze Producciones, un Molière tamizado por Miguel del Arco; Claudio Tolcachir con su Emilia ibérica –y un poco argentina gracias a Malena Alterio-; Julio César y los conspiradores; y la Hécuba repensada por Juan Mayorga, José Carlos Plaza y Concha Velasco… Y atención a La Joven Compañía, no digo más.

Bueno, sí, que hay viajeros de los que solo sabremos por oradores, como el que nos recuerda que la mejor Maribel Verdú deslumbró a un Antonio Molero, también conocido como El tipo de la tumba de al lado, y quien habla de los Fuegos de Margarite Yourcenar y del Breve ejercicio para sobrevivir al que sometieron a Bárbara Lennie y Santi Marín.

Sala 2 'Fuegos'

Gracias por llegar hasta aquí y gracias por la comprensión: resulta muy difícil resumir en apenas un huequito de RTVE.es, aún con muchas horas de radio, lo mejor de un año que además ha sido muy complicado para compañías y espacios escénicos.

Aún así, acá queda el intento y para quien esté pensando que no me he decantado por un único montaje, va ahora el imprescindible de la temporada: a todos aquellos que usan de manera gratuita las palabras reto y desafío dedico la mención a Ron Lalá, los alquimistas que hacen verbo, música y arte ‘el más difícil todavía’, quienes, legando la maravillosa y bien ensamblada Folía del Siglo de Oro, Siglo de Ahora, nos invitan a cabalgar, en compañía, para comenzar un idilio En un lugar del Quijote.