Apartan al fiscal del caso de corrupción que salpica al Gobierno de Erdogan
- El destituido y su jefe se lanzan mutuamente acusaciones
- El primer ministro turco remodela su gabinete por este escándalo
El fiscal que estaba investigando por corrupción a varios altos cargos del Gobierno turco ha sido apartado del caso al tiempo que el primer ministro ha llevado a cabo una profunda reestructuración de su gabinete.
En la nota en la que ha anunciado que este jueves ha sido apartado del caso, el fiscal Muammer Akkas ha denunciado además maniobras de obstrucción a la justicia por parte de las autoridades, mientras que el fiscal jefe ha justificado su relevo por negliglencias en el proceso, informa Reuters.
Lo que se investiga ha sido ya calificado como el mayor escándalo de corrupción urbanística y financiera vivido en Turquía en décadas y ha puesto contra las cuerdas al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que incluso ha sido invitado a dimitir desde sus propias filas.
El caso estalló el 17 de diciembre cuando un juez dictó órdenes de detención contra los hijos de tres ministros del Gobierno de Erdogan. Tras varios días de protestas y el avance de las investigaciones, los ministros dimitieron y este miércoles Erdogan anunciaba una remodelación a fondo de su gabinete con el relevo de 10 de sus 25 miembros que se ha consumado este jueves.
Cambios en la justicia y la policía
En estos días, 24 personas han sido puestas en prisión preventiva por este caso. Pero según el fiscal Akkas, en las últimas la policía se ha negado a ejecutar una nueva tanda de detenciones. “A pesar de una reunión con los responsables de la policía de Estambul que debían haber llevado a cabo esta operación, he descubierto las órdenes de arresto (del tribunal) no han sido ejecutadas”, ha dicho en un comunicado recogido por las agencias internacionales.
Poco antes, varios medios turcos informaban de que la Fiscalía de Estambul había ordenado este miércoles la detención de otras 30 personas, entre ellas hombres de negocios y alto cargos públicos, pero que la policía se negó a cumplir la orden. Según varios medios, entre estos nuevos sospechosos estaba el hijo del propio Erdogan.
Precisamente, la filtración de informaciones ha sido la causa esgrimida por el fiscal jefe de Estambul, Turhan Colakkadi, para el relveo de Akkas como fiscal del caso. También le ha acusado de no haber informado a sus superiores. Precisamente, en pleno escándalo, el pasado fin de semana entró en vigor una nueva norma que obligaba a los fiscales a informar puntualmente a sus superiores de sus decisiones.
Otra polémica medida fue la decisión del Gobierno de destituir o trasladar a más de 100 jefes de policía en los últimos días.
El Consejo General del Poder Judicial ha emitido una declaración en la que ha reclamado independencia judicial y ha condenado las nuevas regulaciones gubernamentales.
Pulso entre islamistas
En declaraciones al diario Hürriyet citadas por Efe, Erdogan parecía confirmar que él mismo era el objetivo de la investigación y que esta iba a alcanzar a una fundación dirigida por Bilal Erdogan, su hijo, así como a altos cargos de su partido, el islamista moderado AKP.
Hasta ahora, la investigación se centra en dos aspectos: los sobornos en la compra de petróleo iraní a cambio de oro (un sistema presuntamente diseñado para burlas las sanciones internacionales contra el régimen de Teherán) y la adjudicación de suculentas contratas de construcción en terrenos recalificados por políticos del AKP, en el poder desde 2002.
No obstante, este mismo jueves la Fiscalía confirmó que investiga también un sistema de supuestas corruptelas en la empresa pública de ferrocarriles.
Como telón de fondo de todo este escándalo está el enfrentamiento entre el AKP y la hermandad del predicador musulmán Fetullah Gülen, que durante mucho tiempo fue aliado de Erdogan.
Sin nombrarla, el primer ministro ha acusado a esta organización islamista (muy ingfluyente en la policía y la justicia turcas) de constituir un “estado dentro de un estado” y de haber organizado un "complot" contra el Gobierno. El mandatario también ha acusado a potencias extranjeras de estar detrás de esta operación.
Por su parte, la plataforma Solidaridad con Taksim, que ya coordinó las masivas protestas antigubernamentales del parque Gezi en junio pasado, ha convocado para este viernes una manifestación en Estambul para pedir la dimisión del Gobierno.
En el nuevo Ejecutivo llama la atención que la mayoría tienen un escaso perfil público y son prácticamente desconocidos para gran parte de la sociedad, aunque se les supone lealtad a Erdogan, según Efe.
En el sento del AKP se están aireando también inéditas críticas. El ya exministro de Urbanismo lanzó la primera piedra, al denunciar presiones y sugerir a Erdogan que dimitiese; y uno de los pesos pesados del partido, Idris Naim Sahin, devolvió su acta. Este jueves, otro diputado ha aplaudido la "limpieza" en el partido, informa la misma agencia.