El papa reclama que el diálogo y la reconciliación prevalezcan sobre la arrogancia y la corrupción
- "La violencia e injusticia que hay en el mundo no pueden dejarnos indiferentes"
- Antes del rezo del Ángelus, el papa repite: Ya es hora de parar la guerra
El papa Francisco ha reclamado que el "diálogo y la reconciliación" prevalezcan sobre la "venganza, la arrogancia y la corrupción", antes de rezar el Ángelus desde la ventana de su estudio en el palacio Apostólico del Vaticano, y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, que han ovacionado al Pontífice.
Tras celebrar la Eucaristía en solemnidad de María Madre de Dios -concelebrada por cardenales, obispos y sacerdotes, entre ellos, su nuevo secretario de Estado, Pietro Parolin- y con motivo de la 47 Jornada Mundial por la Paz, promovida por la comunidad católica de San Egidio, el Pontífice ha pedido a los fieles que se comprometan, con ayuda de la Virgen, al "clamor por la paz de los pueblos oprimidos por la guerra y la violencia".
"La violencia e injusticia que hay en el mundo no pueden dejarnos indiferentes", ha aseverado el papa Francisco, para incidir en la necesidad del "compromiso de todos" para construir una sociedad "verdaderamente justa y solidaria".
Ya es hora de parar la guerra
Ante miles de peregrinos y fieles, que abarrotaban la Plaza de San pedro en un soleado primer día de 2014, el papa insistió en "la responsabilidad de obrar con el fin de que el mundo se convierta en un comunidad de hermanos que se respetan, se aceptan en su diversidad y se cuidan unos a los otros".
Francisco ha relatado que había recibido una carta de un señor que hablando sobre las guerras le preguntaba qué estaba sucediendo en el corazón del hombre, una pregunta que hacía suya. Y ha repetido dos veces: "Ya es hora de parar" (la guerra).
Ha agregado el papa que de cada ángulo de la tierra hoy los creyentes elevan "una oración para pedir al Señor el don de la paz y la capacidad de llevarla a cada rincón". En este primer día del año, -ha añadido- el Señor "nos ayuda a encaminarnos todos con más decisión en el camino de la justicia y de la paz".
El Pontífice ha invitado a los fieles y peregrinos allí reunidos que saluden "todos juntos" a la Virgen María diciendo "Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios, Santa Madre de Dios". Asimismo, les ha despedido, deseándoles "buen domingo, buen inicio de año, buen almuerzo y hasta pronto".