Sexo, drogas y Wall Street
- Martin Scorsese consigue un nuevo hito con 'El lobo del Wall Street'
- DiCaprio: "Wall Street a finales de los 80 era como el salvaje oeste"
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FICHA TÉCNICA
Título original: The Wolf of Wall Street
Año: 2013
Duración: 179 min.
País: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión Terence Winter (basado en el libro de Jordan Belfort
Música: Howard Shore
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Matthew McConaughey, Margot Robbie, Jean Dujardin.
Martin Scorsese sabe de adicciones. En los 70 la cocaína casi le lleva a la tumba y fue su otra adicción, el cine, la que le rescató para rodar Toro salvaje. Una pasión cinéfila desmedida que le permite, a sus 71 años, rodar con una libertad y sabiduría absolutas. Su papel de cronista de Nueva York desde el siglo XIX (Gangs of New York, La edad de la inocencia) hasta la actualidad alcanza un nuevo hito en El lobo de Wall Street, un relato de la huida hacia el exceso en el silvestre capitalismo bursátil de finales de los 80.
A Leonardo DiCaprio le sedujó el salvaje libro de memorias del bróker Jordan Belfort, un joven que aprovechó la opacidad de los bonos basura para generar una fortuna. Inmediatamente reclutó a Scorsese para la que es ya la quinta colaboración entre ambos.
DiCaprio obtuvo el Globo de Oro y apunta al Oscar. Y aunque La gran estafa americana le birló el premio a mejor película no puede decirse que Scorsese perdiera: la cinta de David O. Russell pertenece más a Scorsese que al propio Russell.
Scorsese desempolva sus arquetipos
Scorsese regresa al territorio más identificable de su filmografía, el que habitan personajes sin cuestionamiento moral, cuya única pulsión es que la disparatada rueda de placer y adicción continúe girando. El lobo de Wall Street retoma el frenesí cocainómano de Ray Liotta en la última media hora del Uno de los nuestros en tres horas de bizarros movimientos de cámara.
Los arquetipos de Uno de los nuestros o Casino se revisitan trasfigurados en hedonistas sin escrúpulos. Esta vez son los chicos de barrio, de Queens, que asaltan la capital financiera mundial para dar rienda suelta a un desenfreno de drogas, adrenalina, prostitutas y orgías.
Leonardo DiCaprio demuestra que interpreta como nadie todas las variables de tipo con encanto que se salta las reglas. Pero aquí no hablamos del trágico Gatsby o el pillo de Atrápame si puedes, sino de un líder toxicómano que explota la ausencia de reglas para estafar cada vez más. La australiana Margot Robbie es la mujer sensual adicta al lujo. Jean Dujardin, protagonista de The artist, es el blanqueador suizo de dinero. Y un genial Jonah Hill se convierte en un Joe Pesci que cambia violencia por farra y se confirma como uno de los mejores actores de de su generación. La secuencia de su atragantamiento es ya un icono de la carrera de Scorsese. Directores como Rob Reiner, en el papel del padre del personaje DiCaprio, o Spike Jonze, en un divertido cameo, no han querido perderse la fiesta.
Estupefacción y estupefacientes
Al extraer la violencia del clásico relato de Scorsese, queda la comedia de descacharrantes secuencias como personas empapeladas de dinero con destino a Suiza o el comportamiento prácticamente vandálico de sus personajes. El hecho de que esté basado en una historia real congela las carcajadas del espectador, estupefacto entre tanto estupefaciente.
El director neoyorquino vuelve a las sorprendentes escenas medio improvisadas, como la genial explicación de Matthew Mcconaughey de la esencia de la compraventa de acciones acompañada de un ritual tribal de sonidos y golpes en el pecho.
El lobo de Wall Street acaparará con seguridad un buen puñado de nominaciones a los Oscar este jueves. Scorsese, que ya saldó su deuda histórica con la Academia de Hollywood con Infiltrados, está ya por encima de cualquier reconocimiento. Mientras, prepara su película sobre Frank Sinatra. Que el exceso no pare.