La economía alemana se ralentizó en 2013: creció un 0,4%, tres décimas menos que el año previo
- Es su peor cierre anual desde 2009, cuando se contrajo un 5,1%
- El consumo interno mejoró respecto a 2012, pero empeoró la balanza comercial
- Las cuentas públicas registraron un 0,1% de déficit, tras el superávit de 2012
La economía de Alemania se ralentizó en 2013: creció un 0,4%, tres décimas menos que en el año anterior, cuando la economía germana se expandió un 0,7%. Este dato está por debajo de la previsión del Gobierno germano (0,5%) y es el peor desde la caída del 5,1% registrada en 2009, según reflejan los datos preliminares publicados por la Oficina Federal de Estadística (Destatis). También está por debajo de la media de crecimiento de los diez años anteriores, que se sitúa en un 1,2%.
Ese resultado del cierre llega después de que el Producto Interior Bruto (PIB) aumentara "en torno a un 0,25%" en el último trimestre del año pasado respecto al trimestre precedente, según la estimación preliminar de Destatis, que publicará sus datos definitivos el próximo 14 de febrero.
La oficina estadística resalta que la economía alemana en su conjunto permaneció "estable" en 2013, aunque reconoce que el crecimiento registrado el pasado año es inferior al 0,7% de 2012 y al 3,3% de 2011.
Sin embargo, Destatis subraya que, tras un comienzo del año bastante débil, la situación de la economía fue mejorando a largo del año 2013. Así, tras un primer trimestre de crecimiento nulo, la actividad económica repuntó con fuerza entre abril y junio, cuando creció un 0,7%. Sin embargo, según se acercaba el final del ejercicio, la economía volvió a enfriarse y en el tercer trimestre, el crecimiento se limitó al 0,3%.
"Obviamente, la economía alemana se vio afectada por la continua recesión en algunos países europeos y por el moderado crecimiento de la economía global. La fuerte demanda doméstica pudo compensar estos factores solo de forma limitada", ha afirmado el presidente de la oficina estadística alemana, Roderich Egeler.
Mejora el consumo interno y empeora la balanza comercial
La demanda doméstica fue el principal motor del crecimiento del PIB germano, ya que los consumos de los hogares y del Gobierno aumentaron un 0,9% y un 1,1%, respectivamente. Sin embargo, la inversión registró una caída de ocho décimas, con un descenso del 0,3% en la formación de capital fijo en la construcción y del 2,2% en maquinaria y equipamiento.
Por su parte, la balanza comercial, "generalmente muy robusta", fue menos dinámica en 2013, debido a un entorno económico exterior "complicado" y su aportación al PIB fue negativa en tres décimas, con un crecimiento de las exportaciones del 0,6% (fue del 3,2% en 2012) y de un 1,3% en las importaciones.
No obstante, las exportaciones alemanas continuaron superando a las importaciones en términos absolutos, con lo que se mantiene el superávit comercial que algunos expertos y gobiernos han tachado de desequilibrio y elemento desestabilizador.
Por otro lado, la cifra de ocupados alcanzó en 2012 los 41,8 millones, lo que supone un nuevo récord por séptimo año consecutivo, aunque el crecimiento del empleo se ralentizó "considerablemente" al 0,6%. La productividad laboral retrocedió un 0,2%, aunque al tener en cuenta las horas trabajadas, mejoró dos décimas.
Un déficit público del 0,1%
En cuanto a las cuentas públicas, Alemania volvió a registrar un ligero déficit en 2013 (0,1% del PIB), después de haber terminado 2012 con un superávit del 0,1% .
El Estado alemán -concepto que incluye la federación, las regiones o länder, los municipios y la Seguridad Social- cerró el pasado ejercicio con un déficit de 1.700 millones de euros, según los cálculos provisionales.
Destatis ha explicado que el Estado federal y los länder redujeron su déficit notablemente en relación al año anterior, mientras que los municipios y la Seguridad Social obtuvieron un claro superávit.
Con respecto a las cuentas de la federación, el Ministerio de Finanzas ha indicado que el nuevo endeudamiento ascendió en 2013 a 22.100 millones de euros, 400 millones menos que el año anterior y 3.000 millones de euros menos de lo previsto, a pesar del desembolso extraordinario al que obligaron las inundaciones del verano.
Las previsiones del Ejecutivo alemán y los principales centros de estudios económicos para 2014 pronostican un crecimiento de entre un 1,5% y un 2,0%, ligado al inicio de la recuperación en la eurozona.
Las últimas previsiones de expertos y empresarios estiman que, además de crecer con fuerza, Alemania romperá un nuevo récord de exportaciones, seguirá reduciendo su déficit público y mantendrá su tasa de desempleo en mínimos.