Grupos radicales convierten las protestas pacíficas de Ucrania en una batalla campal
- Entre los manifestantes hay grupos extremistas bien armados
- Utilizan cócteles molotov y hasta una catapulta para enfrentarse a la policía
- El presidente ucraniano dice que es una amenaza para todo el país
La batalla callejera entre los manifestantes y la policía ucraniana continúa este lunes por segundo día consecutivo en Kiev, sin que las autoridades consigan restablecer el orden público y los llamamientos al diálogo no hayan surtido efecto.
"La victoria de la calle y la supremacía de la fuerza pueden ser el primer episodio de una guerra civil", ha advertido el expresidente Víctor Yúschenko, que ascendió al poder en la incruenta Revolución Naranja de 2004.
Por su parte, su rival, el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, ha advertido de que las manifestaciones se han transformado en disturbios masivos que amenazan con desestabilizar todo el país.
"Yo estuve dispuesto a escuchar vuestras opiniones y juntos encontrar una solución... pero ahora, cuando las acciones pacíficas se convierten en disturbios masivos, con pogromos, incendios y violencia, estoy seguro de que eso entraña una amenaza no solo para el orden en Kiev, sino para toda Ucrania", ha señalado Yanukóvich en un llamamiento al pueblo publicado en la página web de la presidencia.
El mandatario ha instado a los manifestantes opositores a no seguir a aquellos que llaman a la violencia, "aquellos que tratan de provocar una ruptura entre la sociedad y el Estado y que quieren lanzar al pueblo ucraniano al abismo de los disturbios masivos". También asegura que hará todo lo posible para "garantizar el orden público y defender los derechos de los ciudadanos pacíficos", y que para ello se valdrá "de todos los métodos legales previstos en la legislación de Ucrania".
Los opositores construyen una catapulta
Yanukóvich ha hecho estas declaraciones mientras los enfrentamientos violentos contiúan en la calle. Grupos de manifestantes han seguido atacando a la policía con piedras, cócteles mólotov, bombas aturdidoras y bengalas en las inmediaciones del estadio Lobanovski, no lejos de la plaza de la Independencia, bastión opositor desde hace dos meses para defender la integración del país en la Unión Europea, aparcada por el Gobierno.
Según informa Carlos Franganillo, enviado especial de TVE, entre los manifestantes hay "grupos muy radicales, parapetados y bien armados", que incluso han lanzado un cóctel molotov contra los agentes. En respuesta, los efectivos antidisturbios, que no dejan de recibir refuerzos del temido destacamento Berkut, recurren a balas de goma, bombas de humo y gas lacrimógeno.
Pese a que las temperaturas rondan los 10 grados bajo cero, varios miles de personas han seguido atrincheradas este lunes en la plaza de la Independencia o Euromaidán ("maidán" es plaza en ucraniano), donde algunos manifestantes decidieron construir una catapulta para lanzar piedras y cócteles mólotov contra la policía.
Unas diez personas, que se resguardan tras la empalizada creada por los opositores en el mismo corazón de la ciudad, participan en la construcción del ingenio medieval, para lo que utilizan vigas de madera.
Más de 20 detenidos
Cada cierto tiempo, los equipos sanitarios median entre ambas partes para atender a los heridos, que ascienden a varios centenares, entre opositores y agentes del orden, además de una veintena de reporteros.
Más de veinte personas han sido detenidas, según el Ministerio del Interior, acusadas de "desórdenes masivos", entre ellas representantes de varios partidos políticos opositores.
Según la Fiscalía ucraniana, las acciones de los manifestantes, que quemaron anoche cuatro autobuses policiales y dos camiones, no pueden definirse como vandalismo, ya que son "un atentado contra el Estado y una amenaza para la seguridad nacional".
Entre los más de cien hospitalizados, tres manifestantes han perdido un ojo, mientras a otro le han tenido que amputar una mano, según los últimos datos de los servicios sanitarios.
Desafío a la prohibición de las manifestaciones
Pese a que las temperaturas rondan los 10 grados bajo cero, varios miles de personas han seguido atrincheradas este lunes en la plaza de la Independencia o Euromaidán ("maidán" es plaza en ucraniano), donde algunos manifestantes decidieron construir una catapulta para lanzar piedras y cócteles mólotov contra la policía.
Unas diez personas, que se resguardan tras la empalizada creada por los opositores en el mismo corazón de la ciudad, participan en la construcción del ingenio medieval, para lo que utilizan vigas de madera.
Los manifestantes piden la dimisión del presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, y protestan contra las nuevas leyes aprobadas por la Rada (parlamento) la semana pasada, que limitan el derecho de manifestación.
El domingo, los enfrentamientos causaron unos 200 heridos, entre policías y manifestantes opositores, y más de 20 personas fueron detenidas.
Como consecuencia de esta escalada de violencia, Yanukovich se ha comprometido a crear una comisión para encontrar una solución a la crisis política que comenzó con el rechazo del gobierno ucraniano a firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE).