Bruselas advierte que uno de cada cuatro trabajadores europeos vive en riesgo de pobreza
- Solo la mitad de los parados que encontraron un empleo salieron de la pobreza
- Cobrar el paro aumenta la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo
- Las mujeres siguen trabajando menos horas y en peores condiciones
Riesgo de pobreza
Se considera "en riesgo de pobreza" a aquellas personas cuyos ingresos son menores al 60% de la media nacional, que padecen una "grave privación material" (sus recursos les impiden pagar un alquiler o adquirir ciertos bienes básicos), que han utilizado menos del 20% de su "potencial de trabajo" en el último año o que viven en hogares con un bajo nivel de ingresos.
La Comisión Europea (CE) alerta del aumento del número de trabajadores en riesgo de pobreza registrado en la UE durante 2013, debido a la expansión de los contratos temporales y a las bajadas salariales. Esta es una de las conclusiones principales del tercer informe anual sobre la situación social y laboral en la Unión Europea (UE), correspondiente al año pasado.
Actualmente un cuarto de los ciudadanos europeos se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, y entre los grupos de población afectados el mayor incremento se ha producido entre los desempleados, según informa la CE en un comunicado. El riesgo de pobreza también ha aumentado entre los trabajadores, lo que refleja las tendencias de reducción de jornadas laborales y de recortes salariales, señala el Ejecutivo comunitario.
Se considera "en riesgo de pobreza" a aquellas personas cuyos ingresos son menores al 60% de la media nacional, que padecen una "grave privación material" (sus recursos les impiden pagar un alquiler o adquirir ciertos bienes básicos), que han utilizado menos del 20% de su "potencial de trabajo" en el último año o que viven en hogares con un bajo nivel de ingresos.
De entre los europeos que se encontraban en esta situación y encontraron un empleo en 2013, solo la mitad de ellos consiguió salir del riesgo de pobreza. Abandonar esta situación depende del tipo de trabajo, pero también de la composición de los hogares y de la situación laboral del cónyuge o cohabitante, precisó la CE.
“Hay que prestar atención a la calidad de los puestos de trabajo para reducir la pobreza“
Por ello, el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, señala la importancia de "prestar atención no sólo a la creación de empleo, sino también a la calidad de los puestos de trabajo", en un comunicado. "Solo así se puede lograr una recuperación sostenible que permita reducir el desempleo pero también la pobreza", recalca el comisario europeo.
El aumento de las desigualdades y del paro "son resultado de la crisis y de la falta de resistencia de las instituciones sociales y laborales", según la Comisión. "Una reducción gradual de los niveles de desempleo podría no ser suficiente para revertir esta situación si continúa la polarización salarial, debido principalmente al aumento del trabajo temporal", añadió el Ejecutivo comunitario.
Cobrar el paro aumenta la posibilidad de encontrar trabajo
Los análisis del estudio muestran que, contrariamente a las creencias más habituales, las personas que reciben prestaciones de desempleo tienen más posibilidades de conseguir un puesto de trabajo que las que no las reciben (en igualdad de condiciones).
Esto se aplica especialmente a los sistemas de prestaciones bien concebidos (por ejemplo, los que reducen los niveles de las prestaciones a lo largo del tiempo), junto con las condiciones adecuadas, como los requisitos para buscar un puesto de trabajo.
Estos sistemas tienden a apoyar la mejora de la adecuación de las capacidades a la demanda y, de esta manera, el acceso a puestos de trabajo de mayor calidad, lo cual, a su vez, ayuda a las personas a salir de la pobreza.
En algunos países, como por ejemplo en Polonia y Bulgaria, existen grupos significativos de parados que no están cubiertos por las prestaciones de desempleo y que suelen confiar en la solidaridad familiar o el trabajo informal. Estos desempleados tienen menos posibilidades de encontrar un empleo debido a que es menos probable que sean beneficiarios de medidas de activación, por lo que no se ven obligados a buscar trabajo para recibir prestaciones.
Infrautilización de la mano de obra femenina
Las mujeres participan menos en el mercado de trabajo, cobran salarios más bajos y tienen un mayor riesgo de pobreza. Además, las mujeres todavía tienden a trabajar menos horas en total que los hombres, lo que aún provoca menos oportunidades de carrera, una menor remuneración, menores pensiones en el futuro y una infrautilización del capital humano.
Las diferencias entre hombres y mujeres pueden provocar costes tanto económicos como sociales, y deberían ser eficazmente abordadas en los casos en que sean consecuencia de barreras o limitaciones sociales o institucionales para lograr un mayor crecimiento económico y prosperidad.
En algunos países trabaja un porcentaje elevado de mujeres, pero con jornadas laborales relativamente más cortas (por ejemplo en los Países Bajos, Alemania, Austria y Reino Unido), mientras que, en otros, la participación femenina es inferior, pero, una vez trabajan, las mujeres suelen tener jornadas laborales relativamente más largas (como sucede en muchos países de la Europa central y oriental, o en España e Irlanda).
Solamente los países nórdicos y bálticos tienen éxito a la hora de combinar unas elevadas tasas de empleo de las mujeres con unas diferencias reducidas entre hombres y mujeres en cuanto a las horas trabajadas.
Se observa que una combinación de políticas eficaz debería incluir que los hombres y las mujeres tuvieran el mismo tiempo de trabajo, una generalización de la flexibilidad laboral, unos incentivos para la división del trabajo no remunerado dentro de las parejas y unas estructuras para el cuidado de niños que sean favorables al empleo, accesibles y asequibles, con unos horarios de cuidado diurno más dilatados.