Ginebra II, un atragantado brindis por la paz
- Cada parte busca objetivos muy distintos en la conferencia
- El régimen acude a la conferencia reforzado dentro y fuera del país
- La oposición acude muy fragmentada y desprestigiada por los yihadistas
- Irán y las milicias rebeldes, los grandes ausentes del proceso
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Ha costado meses de negociaciones y hasta el último momento no estaba nada claro que en la mesa de negociaciones se llegaran a sentar las principales partes en conflicto. Alcanzar un acuerdo es aún más difícil. Cada uno acude con sus propios objetivos y ni siquiera estarán representados todos los actores importantes que intervienen en la guerra de Siria. Ginebra II, la primera ocasión en la que las partes se sientan a negociar en casi tres años, a muchos les parece una misión imposible.
Las negociaciones para iniciar la cumbre partieron de EE.UU. y Rusia en mayo de 2013, pero la crisis de verano tras el supuesto ataque con armas químicas por parte del régimen y su resultado ha modificado el equilibrio de fuerzas. Ahora, ambas partes acuden en otras condiciones.
Puntos de partida
El régimen de Bachar Al Asad llega en una posición relativamente cómoda. El refuerzo militar de Irán y la milicia de Hizbulá han permitido al ejército sirio recuperar lugares estratégicos.
En el terreno internacional, el acuerdo de desarme químico, y que evitó un posible ataque de EE.UU., ha vuelto a situar al régimen en la esfera diplomática.
Mientras, la oposición, tanto la política como la armada, llegan muy fracturados y desprestigiados por la creciente presencia de grupos yihadistas entre las filas de los grupos rebeldes, lo que ha provocado cierta desconfianza occidental en los últimos meses.
Esta situación ha provocado incluso que miembros de los servicios secretos de países occidentales, algunos de los cuales apoyan y entrenan a las fuerzas rebeldes, hayan retomado los contactos con Siria para mantener un diálogo en materia de cooperación en seguridad.
Las bases de la cumbre
“No esperen nada de Ginebra II. Ni en Ginebra II, ni en Ginebra III o Ginebra X se resolverá la crisis siria”, comentaba hace unos días el ministro de reconciliación sirio, Alí Haidar.
No en vano, las expectativas son muy bajas. El espíritu de las conversaciones parten, a priori, desde las premisas del Comunicado de Ginebra I de 2012, que establece entre sus puntos básicos la formación de un gobierno transitorio y el cese inmediato de la violencia. Pero la letra de ese comunicado es ambiguo y las interpretaciones distintas, según las partes.
El régimen de Damasco ha manifestado en los últimos días que podría estar dispuesto a hacer ciertas concesiones, como la autorización de entrada de convoyes humanitarios en algunas zonas de la región de Alepo, la creación de corredores humanitarios para los desplazados o un plan de intercambio de prisioneros. Pero esos son objetivos insuficientes para la oposición.
Objetivos distintos
“A lo que podemos asistir en Ginebra II es a un diálogo de sordos”, apunta a TVE es profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, Ignacio Álvarez Ossorio. Y es que cada uno acude con un objetivo distinto. A la cumbre acudirán delegaciones del gobierno sirio, representantes de la Coalición Nacional Siria – el principal grupo opositor en el exilio-, de EE.UU., Rusia, las monarquías del Golfo (Arabia Saudí, Catar, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos), la Unión Europea y la ONU.
El régimen de Damasco parece dispuesto a convocar elecciones en 2014 e incluso a hacer algunas concesiones logísticas sobre el terreno, pero no tiene intención de ceder el poder. “Si hubiéramos querido renunciar lo habríamos hecho desde el principio”, apuntó el propio Al Asad este lunes en una entrevista. Su principal intención es que la cumbre se convierta en una discusión sobre la presencia del terrorismo en el país.
Por su parte, la oposición, que acude a la cumbre profundamente dividida entre sí y presionada por sus principales patrocinadores internacionales, ha repetido en varias ocasiones que no habrá acuerdo que no incluya la salida de Bachar Al Asad y de las personas más cercanas del régimen. Cuenta, para ello, con el apoyo de Arabia Saudí y Catar, muy involucrados en el conflicto.
Estados Unidos, patrocinador de la CNFROS, considera necesario que se negocie sobre las líneas de la cumbre de Ginebra I de 2012, una postura que comparten la Unión Europea y la ONU. Mientras Rusia, el otro gran impulsor de la cumbre, ha manifestado en varias ocasiones su desacuerdo a que a ella acuda la delegación de la oposición. Si bien acepta las condiciones, apuesta por una transición que cuente con Al Asad.
Los grandes ausentes
Pero en una guerra tan regional, son casi tan importantes las presencias como las ausencias. Y entre los que no acudirán a la cumbre se encuentran algunos de los actores más importantes: Irán, el principal aliado y baluarte de Siria en la región, y los grupos armados rebeldes. “Es un error que Irán no esté en la conferencia”, apunta a TVE el profesor Álvarez Ossorio. “No olvidemos que es el principal aliado del régimen en la región. Pero también es cierto que no está respetando lo acordado en Ginebra I”.
La participación de Irán ha provocado una crisis diplomática en los últimos días tras la invitación formal que hizo a Teherán el secretario general de la ONU, Ban ki moon. Sin embargo, el régimen de los ayatolás ya habían matizado que no acudiría si las premisas de la cumbre incluían la creación de un gobierno transitorio que reemplazase al de Bachar Al Asad.
Su presencia era inaceptable para la CNFROS, que aseguró que no acudiría a la conferencia si Irán estaba presente. La ONU tuvo que retirar la invitación. Pero incluso un posible acuerdo entre la oposición y el régimen (algo, a día de hoy, extremadamente difícil) puede no tener resultado sobre el campo de batalla, ya que tampoco acudirá ninguna delegación de los grupos armados rebeldes.
“La Coalición Nacional Siria, que tiene reconocimiento en el exterior, no tiene legitimidad en el interior y sus decisiones no son respetadas por las milicias armadas”, comentaba a TVE Ignacio Álvarez Ossorio.” El Frente Islámico Sirio y el Ejército Libre Sirio ya han dicho que no se van a sentir comprometidos por las decisiones que allí se adopten, mucho menos los grupos satélites de Al Qaeda”.
Ni siquiera las milicias armadas opositoras hablan con una sola voz. En las últimas semanas, los enfrentamientos entre los grupos rebeldes moderados y las milicias yihadistas, como el Frente Al Nusra o el Estado Islámico para Irak y Levante, han dejado centenares de muertos y un caos y descontrol en las zonas dominadas por los distintos grupos rebeldes.
Pocos resultados se esperan de Ginebra II pero el país, sin duda, lo necesita con urgencia. En los cerca de tres años de guerra, más de 130.000 personas han muerto y los combates han provocado casi tres millones de refugiados. Según Antonio Guterres, Alto Comisario de ACNUR, el conflicto en Siria se ha convertido ya en el más peligroso desde la II Guerra Mundial.
Puntos clave del Comunicado de Ginebra I de 2012:
- Cese inmediato y permanente de la violencia por las partes en conflicto.
- Acceso total a las organizaciones humanitarias que operan en las áreas afectadas por la lucha armada.
- Lanzamiento de un proceso de transición, con un gobierno transitorio con todos los poderes ejecutivos, en el que estarán incluidos miembros del Ejecutivo y la oposición.
- Todos los grupos y segmentos de la sociedad deberán poder participar en el proceso, sin discriminación étnica, religiosa o lingüística.
- Podrá realizarse una revisión del orden constitucional y del sistema legal del país y se prepararán elecciones libres y multipartitas
- Abordar el desarme, la desmovilización y la reintegración de los grupos armados y se aprobarán medidas para compensar y rehabilitar a las víctimas del conflicto.