El rompecabezas de la oposición siria no encaja en Ginebra II
- La cumbre ha dividido a los opositores entre quienes asisten y los que no van
- La oposición no ha conseguido excluir de la cita al régimen de Bachar Al Asad
- Llegan a Ginebra II fragmentados y sin apenas representantes sobre el terreno
La decisión de ir o no a Ginebra II era tan dolorosa para los opositores sirios que ha conseguido dividirlos todavía más. Algunos han confirmado en el último momento que se sentarán en la mesa de negociaciones. Otros han anunciado este mismo martes, a apenas 24 horas, que no acudirán a la cita. Pero ni los que van ni los que se retiran quieren esta conferencia. Ninguno quiere compartir mesa con el régimen de Bachar Al Asad.
"Ginebra II significa la rendición de la legalidad internacional, de la responsabilidad y la justicia. Servirá para decir que tenemos un largo proyecto, un proyecto de muchos años, en los que los sirios seguirán muriendo", nos dice Mohamed Kamal Al Labwani. Él no irá a la conferencia. Pertenece a la secretaría general del Consejo Nacional Sirio y fue uno de los opositores que fundó la Coalición Nacional en noviembre de 2012.
“Ginebra II servirá para decir que tenemos un proyecto largo, de muchos años, en los que los sirios seguirán muriendo“
La coalición fue un intento de aglutinar a la oposición siria y de presentarse como un interlocutor fuerte merecedor del respaldo de Occidente. Pero eso fue hace más de un año. Ahora Al Qaeda combate en Siria y Bachar Al Asad tiene argumentos para presentarse como enemigo de los terroristas. Al Asad colabora con la ONU al destruir su arsenal de armas químicas y sus aliados, Siria e Irán, ganan peso en la diplomacia mundial. Todo esto lo saben los opositores sirios, y saben que no están en el mejor momento para negociar.
Algunos denuncian que sus aliados occidentales los presionan para acudir a una cita en la que tienen muy poco que ganar. Es lo que cree Al Labwany, que hace dos semanas dimitió de la coalición que él mismo ayudó a fundar. "Nos mintieron, nos dijeron que no irían a Ginebra II sin condiciones". La condición, para él, es la dimisión de Bachar Al Asad.
Sentarse a la mesa con el régimen de Bachar Al Asad
Hace diez días, en el encuentro en Córdoba de opositores sirios, todos discutían si ir o no a Ginebra II. Y al parecer esas discusiones, a puerta cerrada, eran más que encendidas. Pero si en algo coincidían casi todos es en que les incomodaba la idea de verse sentados en la misma mesa que el régimen.
"El régimen está demostrando al mundo que su única política es matar a quien no lo quiera en el poder. Por eso pedimos a la comunidad internacional que tomen una postura, que llamen criminal al criminal y víctima a la víctima", nos decía en Córdoba Ata Al Ata Kadour, médico y escritor. Él huyó de Homs hace nueve meses, después de protestar contra el régimen y sufrir persecución.
"Si hay un obstáculo para la paz es Bachar Al Asad. Las grandes potencias tienen el deber de acabar con ese obstáculo, pero la excusa que ponen es que no hay un sustituto, como si los sirios fuésemos niños pequeños, incapaces de gobernarnos a nosotros mismos", lamentaba Yahya Al Aridi, antiguo decano de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Damasco. Al Aridi llegó a dirigir la segunda cadena de la televisión estatal siria, pero hace un año desertó del régimen y se exilió.
Sin representación sobre el terreno
Otro motivo por el que muchos opositores recelan de Ginebra II es que no se sienten respaldados por los combatientes en el país. La mayoría de los opositores están en el exilio y temen que cualquier acuerdo que pueda salir de Suiza nazca como un papel mojado.
En Córdoba lo dejaba muy claro un general del Ejército Libre Sirio, Ziad Fahad: "Cualquier solución que no pase por abolir al régimen será una pérdida de tiempo y solo acarreará más destrucción y extremismo".
“No nos han votado“
Al Labwany cree que los políticos en el exilio, como él, no pueden erigirse en representantes del pueblo porque "no nos han votado". Lo dice un hombre que ha pasado diez años en las cárceles sirias por protestar contra Al Asad. Él fue uno de los primeros prisioneros políticos del régimen, uno de los manifestantes de la llamada primavera de Damasco. Esa primavera apenas brilló unos meses hace más de una década, cuando Bachar Al Asad acababa de sustituir a su difunto padre.
Ata Al Ata Kadour lo resume así: "Estamos viviendo una época nueva. Hace años los sirios solo hablaban libremente en la consulta del dentista. Ahora hablamos y surgen ambiciones personales. No es el momento, pero lamentablemente es así. Y ésa es la enfermedad de la revolución: las ambiciones políticas. La calle va por un lado y la política por otro".
Las ambiciones personales, enfermedad de la revolución
Parece que la oposición política a Al Asad estuvo enferma desde el principio. Nació fragmentada y nunca ha tenido una cabeza visible capaz de unirlos a todos. En ella se mezclan antiguos disidentes del régimen con hombres que desertaron cuando empezaron las matanzas, repartidos en decenas de grupos y organizaciones. Si la Coalición Nacional fue el intento más ambicioso de unirlos, ahora el fracaso no puede ser más estrepitoso: la víspera de Ginebra II una de las facciones más importantes, el Consejo Nacional Sirio, ha dimitido. Al Labwany vaticinaba hace diez días: "Algunos opositores se sentarán con el régimen, pero otros les pediremos cuentas". Y añadía: "Los combatientes sobre el terreno los culparán por eso".
Ocurra lo que ocurra en Ginebra II, en esta oposición dividida hay un temor compartido, incluso entre los que han decidido ir. Ese temor es que en esta conferencia tienen muy poco que ganar.
Los principales grupos opositores
- Coalición Nacional Siria de las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Sirias (CNFROS)
La CNFROS fue constituida en noviembre de 2012 con el objetivo de aglutinar a la oposición. Está liderada por Ahmed Yarba y Ahmed Tuma (como primer ministro en el exilio) y ha sido reconocida por diferentes estados y organismos, entre ellos EE.UU. y la Liga Árabe como representante legítimo del pueblo sirio. Hasta la víspera de Ginebra 2, uno de sus principales integrantes era el Consejo Nacional Sirio (CNS), que fue la primera coalición que formó la oposición en el exilio en 2011. Los otros grandes componentes de la CNFROS son los llamados Consejos Locales, que también han mostrado su disconformidad con Ginebra II, y el Bloque Democrático. A esta alianza pertenece asimismo el Consejo Militar Supremo del Ejército Libre Sirio (ELS), cuyo líder es el general Selim Idris, que respalda la participación de la oposición en la conferencia, aunque hay miembros de dicho consejo que la rechazan.
- Consejo de Coordinación Nacional para el Cambio Democrático (CCN)
Organización opositora en el interior del país, creada en junio de 2011, que incluye una quincena de partidos izquierdistas y panarabistas, varias formaciones kurdas y figuras independientes. Está encabezada por el veterano opositor Hasan Abdelazim, dirigente de la Unión Democrática Árabe Socialista. Desde el principio de la revuelta ha abogado por el diálogo. Ha rechazado participar en Ginebra II.
- Comité Supremo Kurdo
El Comité Supremo Kurdo surgió en junio de 2012 para unir a las dos grandes corrientes de este pueblo sirio, aunque se trata de una unión muy frágil. Una de las dos facciones, el Consejo Nacional Kurdo (CNK) ligado al partido que gobierna en el Kurdistán iraquí, participará en Ginebra II en su calidad de miembro de la CNFROS. La otra, vinculada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (enfrentado a Turquía), forma por su parte del CCN que no irá a la cita.
- Construyendo el Estado Sirio
Es una organización de oposición interna tolerada que no pide claramente el derrocamiento del régimen, pero rechaza cualquier diálogo mientras continúen las operaciones militares contra la oposición. Su líder es el conocido opositor Louay Husein.