Termina una irregular alta costura de París
- Ralph & Russo, novedad en el calendario, baja el telón
- Valentino cambia de registro y enamora en París
- Zuhair Murad, como Elie Saab, construyen vestidos de fantasía
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Termina una edición de la alta costura de París de contrastes, dividida entre los diseñadores que avanzan y los que se han estancado. Versace, Giambattista Valli y Zuhair Murad, por ejemplo, no han presentado novedades y sus colecciones son revisiones de las anteriores.
Valentino, Elie Saab y, especialmente, Chanel han apostado, con mayor o menor fortuna, por diseños diferentes, patrones renovados y estilos distintos.
El trabajo de Raf Simons en Dior vuelve a dividir a la crítica, aunque cada vez son más lo que creen que no está a la altura de la etiqueta. Llama la atención que Giambattista Valli presente una colección con vestidos que recuerdan a algunos ya vistos en Dior. Agota que Maison Martin Margiela saque a sus modelos con la cara tapada, una vez más.
Un estreno tibio
Se esperaba mucho más de Ralph & Russo, famosos por sus trajes de novia. Su estreno en la alta costura ha sido flojo, con vestidos anticuados, siluetas que caducan según avanzan por la pasarela y colores que no ayudan al exquisito trabajo de patronaje. Al contrario.
Zuhair Murad, como hacía antes su paisano Elie Saab, insiste en vestir a la mujer con diseños de línea sencilla y tejidos barrocos. Flores y más flores se bordan en un vestido que sale a la pasarela en diversas versiones, y que ya vimos hace seis meses.
El país de las Maravillas
Viktor&Rolf, en cambio, varían y cambian de registro, intensidad estética y concepto. Ahora se han inspirado en el mundo del ballet, trasladando códigos, colores, formas y siluetas del escenario a la pasarela.
Son unos genios del engaño, del juego. Les gusta provocar desafiando a la gravedad, inventando volúmenes y construyendo nuevas formas. En este desfile resultan deliciosos los pajarillos bordados que parecen sujetar la cola del vestido con su pico.
Poderío italiano
Valentino, una de las firmas que arrasa en mujer y hombre, también ha cambiado de estilo. Siguen con sus vestidos de corte recio y línea monacal, y a veces retro, que se llenan de bordados, mantos de guipur y aplicaciones delicadas.
Pero apuestan ahora por vestidos livianos, de patrón cómodo, cortados al bies y con factura perfecta. Se aprecia cierto aire de los 70 y destacan diseños amplios, que caen con elegancia, en sedas de colores interesantes y que llevan bordados al cuello que parecen joyas.
También, los estampados selváticos. Paisajes de frondosa vegetación con tigres acechantes se estampan o bordan en vestidos de noche que juegan, además, con las transparencias. Como en la estupenda colección de Jean Paul Gaultier, las delicadas alas de las mariposas inspiran algunos vestidos, y otros recrean el universo del ballet.
Vemos guiños a la decoración. Alfombras,cortinas y manteles prestan sus flecos y dibujos a modelos de tarde y noche, ampliando el estilo de la colección que, a medida que avanza, se torna en un crisol de elementos estéticos de diverso origen.
Las plumas caen en cascada rodeando el cuerpo, quizá lo menos atractivo ya que en algunos casos recuerdan al terrible vestido de Marjan Pejoski que Björk llevó a los Oscar. Otra idea que no cuaja es el estampado de pentagramas sobre un vestido de corte nupcial. Ya era demasiado.