La oposición y el Gobierno afrontan una jornada decisiva para Ucrania
- Las partes han acordado la derogación de las leyes más polémicas
- Es el primer acuerdo desde que la crisis política se recrudeció hace diez días
- Yanukovich condiciona la amnistía de detenidos al fin de las ocupaciones
- El líder opositor Yatseniuk vuelve a rechazar la oferta de encabezar el Gobierno
El parlamento de Ucrania votará previsiblemente este martes la redacción de un nuevo texto para las leyes que restringen algunos derechos de manifestación después de un acuerdo alcanzado en la noche del lunes entre Gobierno y oposición que supone el mayor avance hacia el consenso desde que se recrudeciera el conflicto político en el país hace ya diez días.
Además, Gobierno y oposición han llegado a un acuerdo condicionado de amnistía a presos y se han comprometido a seguir negociando, a la espera de una sesión del Parlamento y de una cumbre entre la Unión Europea y Rusia este martes. Por su parte, el líder del segundo partido de la oposición ha vuelto a rechazar la oferta para ocupar la presidencia del Gobierno.
En las calles, se han vivido nuevas acciones de protesta de los manifestantes gubernamentales, incluida la toma durante unas horas de un ministerio.
"Se tomó la decisión política de revocar las leyes adoptadas el 16 de enero que generaron numerosas discusiones. Pero aquellas leyes que no hayan despertado críticas, serán adoptadas mañana (martes) de nuevo por el Parlamento", ha explicado Yelena Lukash, ministra de Justicia, en un comunicado oficial recogido por Efe.
Adaptarse a los estándares europeos
Los líderes opositores demandaban la derogación de todas las leyes que restringen las libertades de expresión y de reunión, que habían sido muy criticadas por la Unión Europea. Esas leyes serán redactadas de nuevo y conjuntamente por las autoridades y la oposición con el fin de que respondan a los estándares europeos, según el nuevo compromiso.
Lukash también ha explicado que las autoridades están dispuestas a firmar una ley de amnistía de la que se beneficiarían todos los detenidos en las protestas, pero sólo entrará en vigor si los manifestantes desalojan los edificios institucionales. En caso contrario, aquellos que hayan infringido la ley no serán amnistiados, con lo que si se aplican las leyes que entraron en vigor la semana pasada se arriesgan a duras condenas de cárcel.
Ambas partes también han abordardado la reforma de la Constitución para limitar los poderes del presidente en favor del Parlamento, a imagen y semejanza de la carta magna de 2004. "Las negociaciones proseguirán", ha añadido.
Por otra parte, el líder del segundo partido opositor, Batkivschina (Patria), Arseni Yatseniuk, ha vuelto a rechazar la oferta que le presentó el sábado el presidente de que encabece el Gobierno de este país.
Estados Unidos pide a Ucrania que descarte el estado de emergencia
Desde el otro lado del Atlántico, el vicepresidente de Estados Unidos, John Biden, ha telefoneado al presidente ucraniano para instarle a que retire a los antidisturbios y trabaje por la consecución de una solución negociada que relaje la tensión.
Biden ha pedido a Yanukovich que lleve a cabo la derogación anunciada de las leyes contra el derecho de manifestación este mismo martes durante la sesión del Parlamento y le ha recordado que tanto la posibilidad de declarar el estado de emergencia como la de endurecer la seguridad solo serviría para inflamar la situación y "reducir el espacio para llegar a una solución pacífica" ha recalcado.
Europa tiende lazos a Ucrania
Por otro lado, la Unión Europea se ha ofrecido a ayudar a fomentar el diálogo entre las autoridades ucranianas y la oposición con vistas a que cese la violencia en las calles, y por esa razón se desplazó el lunes de nuevo a Kiev el comisario europeo de Política de Vecindad, Stefan Füle, igual que lo hará este martes la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.
Mientras, la Unión Europea y Rusia se reúnen en Bruselas por primera vez desde que estalló el conflicto. El líder ruso, Vladímir Putin, participará junto a los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en una cumbre de formato reducido.