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José Emilio Pacheco, el escritor del lamento

  • Era uno de los integrantes de la Generación de los años 50
  • El autor se lamentaba del poco aprecio de México hacia su propia literatura
  • Sus últimas palabras fueron dedicadas a Juan Gelmán

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POETA Y ENSAYISTA JOSÉ EMILIO PACHECO SUFRE CAÍDA Y SU ESTADO ES DELICADO
Imagen de archivo del 21 de septiembre de 2013 del poeta y ensayista mexicano José Emilio Pacheco.

Hace varias semanas, el autor mexicano José Emilio Pacheco, fallecido este lunes, se quejaba de lo poco que era apreciada la literatura en México, un arte en el que se invierte, según dijo, el 0,1% de lo que se dedica al fútbol.

Fue el pasado 19 de noviembre, cuando fue consultado acerca de la concesión del Premio Cervantes a su compatriota Elena Poniatowska, el quinto mexicano, incluido Pacheco, en recibir ese galardón. "Me da mucho gusto, porque en México es poco apreciada la literatura mexicana. Los escritores siempre dejan bien a México fuera de México", dijo el autor telefónicamente al responder a preguntas de Efe con una gran amabilidad.

Ese fue un momento de alegría para las letras mexicanas, pero duró poco, porque dos meses después murió uno de los mejores amigos de Pacheco, el escritor argentino Juan Gelman, que residía en esta ciudad después de muchos años de exilio.

Pocos días después le ha tocado el turno a Pacheco, de 74 años, fallecido en un hospital del sur de esta capital donde había sido ingresado en la víspera, después de que se quedara dormido el viernes pasado, sin que se despertara desde entonces.

De hecho, lo último que escribió Pacheco el viernes estuvo dedicado a Gelman: "El viernes terminó de escribir su inventario, un inventario que escribió para un amigo querido, que era Juan Gelman", dijo una de las dos hijas del autor, Laura Emilia Pacheco, al informar a los periodistas del fallecimiento de su pariente.

Ya sólo quedan con vida dos Premios Cervantes mexicanos: la recién galardonada Elena Poniatowska y Sergio Pitol, de 80 años y muy alejado de la vida pública, que recibió el premio en 2005. Además de ellos han recibido el mismo premio Carlos Fuentes (1987) y Octavio Paz (1981).

Un escritor sin protagonismos

Nacido en la capital mexicana el 30 de junio de 1939, Pacheco estaba considerado como uno de los integrantes de la Generación de los años 50, que incluye, entre otros, a Pitol, y a otras figuras ya fallecidas, como Carlos Monsiváis.

El mismo Monsiváis dijo de Pacheco que era como "un escritor sin protagonismos" que sostuvo "por más de medio siglo su compromiso con la literatura mexicana".

Entre sus obras se encuentra las novelas Morirás lejos (1967), El principio del placer (1972) y Las batallas en el desierto (1981), así como de los libros de poesía Miro la tierra (1987), Siglo pasado (2000) y Como la lluvia (2009).

En uno de los homenajes que recibió, en la entrega de la Medalla de Bellas Artes, en 2009, la escritora Margo Glantz dedicó a Pacheco un sello personal, según recordó hoy el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

"No hay nadie en la literatura mexicana que le dispute a José Emilio su don innato para el lamento o su capacidad para verbalizar con espléndidas imágenes la catástrofe", ha dicho Glantz del autor fallecido. "No cabe duda, José Emilio ha creado con el lamento, un nuevo género literario", ha agregado.

Trraductor de Tenesse Williams y T.S. Eliot

La obra de Pacheco se ampliaba a varios campos. Se destaca su labor como narrador, como traductor, como ensayista, poeta y periodista.

Tradujo a Tennesse Williams y a T.S Eliot. Escribió en varios medios de comunicación y hasta irrumpió en el cine al compartir con Arturo Ripstein la historia de la cinta El Castillo de la Pureza (1973).

Aparte del Premio Cervantes, Pacheco había recibido el Premio Nacional de Periodismo por Divulgación Cultural (1980), el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2001), el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2003) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009).

Pacheco estaba convencido de que la creación literaria era una labor recíproca, según recordó el INBA.

"Son ustedes los que con su bondad han inventado mis libros a partir de esas mitades que están en la página a la espera de ser concluidos por la inteligencia y la imaginación de quien los lee", dijo hace casi cinco años.