Enlaces accesibilidad

Barack Obama, '¿no, we cant?'

  • El presidente decepciona a todos por su discurso poco ambicioso
  • Boehner asegura que Obama solo le importa la ideología
  • NYT y Washington Post no ven grandes propuestas

Por
El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden (izda) y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, escuchan el discurso de Obama
El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden (izda) y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, escuchan el discurso de Obama

Barack Obama ha decepcionado a todos. A los demócratas por presentar un programa político poco ambicioso. A los republicanos ya estaba descontado porque cualquier mensaje que aluda a la reforma sanitariao o migratoria ya les provoca espasmos. Y a la prensa porque este discurso del Estado de la Unión apenas ha dejado titulares.

El presidente de Estados Unidos ha advertido de que usará sus prerrogativas presidenciales para hacer avanzar medidas concretas en lo que le queda de legislatura no ha provocado ninguna reacción especialmente airada de parte de sus rivales del Partido Republicano.

Estos han vuelto a culpar al presidente de los males económicos del país tras el discurso del Estado de la Unión, pero se han ahorrado el lenguaje agresivo de otras ocasiones.

"Los estadounidenses escucharon a un presidente más interesado en avanzar la ideología que en solucionar los problemas de los que hablan los ciudadanos de a pie", dijo el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.

En la réplica oficial del partido del elefante al discurso de Obama, la congresista Cathy McMorris Rodgers criticó el hecho de que, según ella, con "las políticas de esta Administración, la brecha (entre ricos y pobres) se haya hecho demasiado grande".

Respuesta del Tea Party

Los republicanos, sin embargo, han mostrado divisiones, según señala The New York Times, porque hay otros miembros del partido que no han sido tan moderados. El senador Mike Lee, de Utah, ha vuelto a cargar contra la reforma sanitaria (conocida como Obamacare), objetivo habitual del Tea Party. "El Obamacare, por sí mismo, es un Godzilla de desigualdad", ha declarado.

"Mi propio partido - añadía Lee - ha sido parte del problema, sumándose demasiado a menudo a los demócratas para manipular nuestra economía y beneficiar a aquellos que están bien conectados a costa de los que no lo están".

Por su parte, el senador de Kentucky, Rand Paul, que está en las quinielas como candidato de su partido, respondía en Youtube.

"El Gobierno no es la solución a nuestro problema. El Gobierno es el problema", comienza Paul, citando a Ronald Reagan.

Según el senador, el discurso de Obama "recicla una vieja idea que no ha funcionado en el pasado", que es la creación de empleo público a través de la inyección de fondos federales a las autoridades locales.

"Señor presidente, ¿dónde están los puestos de trabajo?", se pregunta Paul, quien asegura que "la prosperidad viene cuando más dinero se deja en el mercado" y propone bajar los impuestos.

La prensa ve a un Obama menos ambicioso

Para los principales rotativos de EE.UU., una de las mayores novedades del discurso es, precisamente, la ausencia de grandes novedades, de anuncios ambiciosos como los que el presidente hizo en comparecencias anteriores.

"Sus propuestas de acción ejecutiva no lograron satisfacer expectativas ni tampoco justificar el alarmismo", asegura el editorial del Washington Post.

"Si eso es todo, los historiadores podrían calificar el año de acción de Obama como un año que no fue ni transformador ni tiránico pero, en el mejor de los casos, moderadamente beneficioso para su agenda", añade.

Para The New York Times, la amenaza de actuar de forma unilateral fue "más desafiante" que las propias medidas individuales anunciadas.

Como recuerda el diario, las "moderadas ambiciones" de Obama representan un marcado contraste con las propuestas para regular Wall Street, frenar el cambio climático o restringir el acceso a las armas de años pasados.

Tras un año marcado por las guerras bipartidistas y que acabó con el primer cierre de la Administración federal en 17 años, parece que Obama no quiere meterse en batallas que sabe que no va a poder ganar por la mayoría republicana en la cámara baja y si lo hace será con un decreto en la mano, algo que tendrá que estar muy justificado y ser excepcional.