El espectro del cine español concentrado en cinco películas
- 15 años y un día, una cinta correcta; Caníbal, de un director muy interesante
- La herida consigue capturar la realidad que pasa ante nuestros ojos
- La gran familia española garantiza sonrisas y lágrimas
- Vivir es fácil con los ojos cerrados resulta entrañable
Muy brevemente, que tengo muchos frentes abiertos, analizaré las cinco candidatas al Goya a la mejor película. Antes de nada, decir que echo en falta la película que ha resultado ganadora en esa categoría en la redacción de Días de Cine, o sea, Todas las mujeres. Pero las listas, la de la Academia, las del programa, y las mías, son lo que son. Y siempre son discutibles.
En cualquier caso, y como nos dijo Enrique González Macho el día de las nominaciones, las películas finalistas representan casi todo el espectro del cine que se hace en España. Encuentro cosas de valor en todas ellas. Si bien, mis preferencias se decantan por las dos que podríamos calificar como "más fáciles". Uno se va haciendo mayor.
15 años y un día
15 años y un día me parece una película correcta, que apunta más de lo que deja ver. No puedo poner un pero rotundo, pero tampoco acaba por entusiasmarme. Como últimamente, Maribel Verdú estupenda, y como siempre, también estupendo Tito Valverde. Me gusta que Gracia Querejeta dedicase la película a su padre.
Caníbal
Caníbal, de uno de los tipos más interesantes del cine español como es Manuel Martín Cuenca. Una película que se sale de lo que consideramos “normal” en el cine español, algo que pudimos decir también en su día de Las horas del día o Eva.
En Caníbal me falta, y ya sé que es complicado, algo menos de frialdad. Me viene a la memoria una película como Henry, retrato de un asesino. Antonio de la Torre, por cierto, y también como es norma en él, estupendo.
La herida
La herida es una de esas películas que consiguen eso tan sencillo y complicado a la vez como es capturar esa realidad que pasa cada día ante nuestros ojos casi sin darnos cuenta.
Lo que somos en nuestra intimidad y lo que somos en sociedad. O lo que es su protagonista, Ana, magnífica Marian Álvarez, ganadora, que ha sido elegida por Días de Cine mejor actriz por su papel en esta película.
Las dos películas restantes cambian definitivamente de tono. Son comedias, todo lo agridulces que queramos, pero desde luego son radicalmente distintas a las anteriores.
La gran familia española
La gran familia española. O el buen hacer de Daniel Sánchez Arévalo con una comedia que toma como McGuiffin la final de la Copa del Mundo de fútbol, ganada por España para meter una boda que puede celebrarse, o no, amores y desamores a varias bandas, secretos confesables e inconfesables.
Diálogos divertidos y unos actores estupendos todos ellos. Por poner, hasta tiene un baile en la boda más divertido y logrado desde luego que el de los azafatos de azul. Una película de esas que hace que salgas del cine bastante más contento de lo que lo estabas al entrar.
Sonrisas y lágrimas garantizadas. Habrá a quien no le parezca suficiente. A mí, en los tiempos que corren, me parece un milagro.
Vivir es fácil con los ojos cerrados
Vivir es fácil con los ojos cerrados. Beatlemaníaco como soy, he de reconocer que esta película me interesaba desde que supe que iba a rodarse. Porque, ya desde que vi el título supe por dónde iba a tirar. No sé si eso es bueno o malo para formarse un juicio a priori. Pero el caso es que la película me resultó muy entrañable.
Javier Cámara hace un papelón como ese profesor entusiasta que quiere conocer a John Lennon, y Natalia de Molina, además de ser guapísima, le da réplica sin aspavientos. Además, canta muy bien, aunque en la película no cante.
Es cierto que en algún momento la película requería una vuelta al guión, pero como por otro lado la película se mueve en un terreno amable, es fácil perdonarse.
Es difícil hacer apuestas. Pero en los tiempos que corren, las películas que dejan buen sabor de boca tienen mucho ganado.