El mediador para Siria reconoce el "inicio modesto" de Ginebra II tras la primera ronda negociadora

• Lajdar Brahimi cree que al menos se ha comportado de manera "aceptable" 
• Gobierno y oposición volverán a verse las caras el 10 de febrero 
• 1.870 personas han muerto en Siria durante las conversaciones

La primera ronda de conversaciones de Ginebra II se cierra sin ningún acuerdo concreto

La primera ronda de las conversaciones de paz sobre Siria en el marco de la conferencia Ginebra II ha terminado este viernes sin ningún avance concreto.

La última reunión entre Gobierno de Bachar al Asad y oposición ha tenido lugar este mismo viernes con la mediación de Lajdar Brahimi, enviado especial de la ONU para Siria, dando así por concluida la ronda. Está previsto que ambas delegaciones vuelvan a sentarse a oposición se verán de nuevo las caras, previsiblemente el 10 de febrero, según ha dicho el propio Brahimi.

"Inicio modesto"

El Gobierno y la oposición sirios han reconocido en la primera ronda de negociaciones de paz que el fin permanente del conflicto pasa por establecer un órgano de gobierno transitorio, iniciar un diálogo nacional y una reforma constitucional.

Así lo ha afirmado el mediador internacional al presentar a la prensa su balance de los ocho días de negociaciones entre las partes. Brahimi ha reconocido que se trata de un "inicio muy modesto", pero cree que se puede "construir sobre esta base".

El mediador ha destacado que, al menos, ambas partes "se han comportado de una manera aceptable".  "Incluso hubo momentos en los que han aceptado las preocupaciones y los puntos de vista de la otra parte... pero el progreso es muy lento", ha añadido. 

El jueves, ambas delegaciones protagonizaron el que quizá haya sido el único gesto común: guardar un minuto de silencio por las víctimas del conflicto, que ya suma 130.000 muertos, según la ONU.

Acusaciones mutuas

Fuentes diplomáticas citadas por Reuters explican que la máxima prioridad es mantener el proceso abierto, con la esperanza de que las posiciones más inmovilistas puedan modificarse con el tiempo.

La delegación gubernamental continúa acusando a los opositores de apoyar el terrorismo por negarse a firmar una resolución. 

"Hemos presentado una propuesta para que las dos partes coincidan en la importancia de combatir la violencia y el terrorismo. La otra parte la ha rechazado porque están envueltos en el asunto del terrorismo", dijo el viceministro de Exteriores sirio, Faisal Makdad.

El Gobierno sirio considera terroristas a todos los grupos que han tomado las armas contra el régimen, mientras que Estados Unidos y la UE retringen esta calificación a grupos yihadistas como Fatah al Nusra o el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL). Este último grupo es rechazado y combatido incluso por el resto de facciones rebeldes. 

La oposición, además, considera que la propuesta ignora que en Siria hay combatientes extranjeros de Irán, Irak y Líbano que apoyan al Gobierno.

"El régimen hoy ha propuesto un comunicado de una sola parte. Quiere confundir al EIIL con el puebo de Siria que tomó las armas para defender a sus familias", dijo el portavoz de la delegación opositora, Louay al-Safi.

Las partes ni siquiera han podido acercar posturas sobre la base a  partir de la cual discutir. El Gobierno sirio se ha mostrado dispuesto a  debatir punto por punto la agenda marcada por la conferencia de Ginebra I, que incluye la creación de un gobierno de transición. Pero insiste en que el primer punto a abordar debe ser el "terrorismo".

Muertos durante las conversaciones

Mientras el tira y afloja continuaba en Ginebra, al menos 1.870 personas han muerto en el país, según asegura el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, con sede en Londres).

La ONG ha explicado que una media de 208 personas han fallecido diariamente en territorio sirio desde el 22 de enero hasta la madrugada del viernes.

El jueves, el secretario general de la ONU, Ban Ki moon, aseguró que la organización "continuará explorando todas las vías para el progreso". Ban lo dijo en una rueda conjunta con la canciller, Angela Merkel, quien a su vez insistió en que la apertura de conversaciones era en sí misma "un primer paso".