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Shakespeare, vecino de Cervantes y Lope

  • Los creadores de La Casa de la Portera inauguran La Pensión de las Pulgas
  • El espacio teatral del barrio de las Letras abrió con una versión de Macbeth
  • No hay crisis creativa en un sector golpeado por la economía y los impuestos

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José Martret y Alberto Puraenvidia (con el perro en brazos), en la Pensión de las Pulgas.
José Martret y Alberto Puraenvidia (con el perro en brazos), en la Pensión de las Pulgas.

Baja el transeúnte madrileño por la calle Huertas, dejando atrás la del León,  a un lado los fantasmas de Lope de Vega y Cervantes. Si llueve, como es el caso, los adoquines le entregan una copia esmerilada de la realidad. La luz de las farolas le pone bastidores a la noche, que tiene esa atmósfera entre alatrística y decimonónica tan propia del barrio de las Letras.

A la altura del número 48, un grupo de no más de quince personas espera a que una señal los haga entrar por un portón de madera. No es un albergue, ni un comedor social, no es tampoco una logia aunque la experiencia a la que se encaminan los que aguardan tenga algo de ritual, de secreto compartido y cenáculo.

Es la Pensión de las Pulgas, el nuevo espacio teatral levantado por el director y actor José Martret y el escenógrafo Alberto Puraenvidia, a imagen y semejanza de su Casa de la Portera, una de las más llamativas y exitosas propuesta escénicas de entre las muchas que florecen recientemente en muchas partes de España y con especial ímpetu en Madrid.

La Pensión de las Pulgas nace de querer poner en pie un proyecto sin la aprobación de otros

“Todo sale por una necesidad personal de crear, de trabajar, de poner en pie un proyecto y no necesitar de nadie más. Tanto Alberto como yo -explica Martret- llevábamos tiempo presentando proyectos, pero no surgía la oportunidad,  y como no surgía se nos ocurrió hacerlo donde pudiéramos”.

Y lo demás ya es historia, la de un proyecto arriesgado y novedoso que abrió sus puertas con una versión de Chéjov,  Ivan-off, y que en menos de dos años de andadura ha concitado el aplauso de crítica y público y ha atraído a numerosos autores y actores de talento.

Don Draper en la Escocia del siglo XI

La Pensión de las Pulgas se inauguró en noviembre de 2013 con Macbeth International Group (MBIG), una versión de Shakespeare escenografiada en una gran empresa de los 50, glamour estético a lo Mad Men. Triple salto mortal.

“Para que yo corra el riesgo inmenso de poner este proyecto en pie tiene que ser con una obra que a mí me apasione, que me fascine, que pueda defender a capa y espada”. Martret, adaptador y director, considera que la ambición y la avaricia absolutamente irracionales de Macbeth encajaban perfectamente con la realidad sociopolítica.

Tengo la sensación de que la banca y la empresa dominan el mundo y marcan las pautas

“Lo leo y lo leo y lo leo veo que me lo quiero llevar al mundo de la empresa, porque viendo lo que pasa a nuestro alrededor tengo la sensación de que la banca y la empresa dominan el mundo ahora mismo y marcan las pautas”.

“Me pongo a trabajar y a jugar, con cinco traducciones de Macbeth y con el original, y tuve una idea que me duró 2 minutos, que fue: esto de reyes lo voy a quitar, ni esto de espadas ni batallas ni no sé qué. Pero, claro, si yo empezaba a retocar todo eso, Shakespeare desaparecía, desaparecía ese lenguaje tan potente y tan maravilloso”.

De modo que trasladó el texto a prosa para hacer más comprensible la sintaxis al público, pero mantuvo la fuerza del texto original, e inventó un personaje, Camelia, magistralmente interpretado por Inma Cuevas, y que sirve de cicerone al espectador a través de la obra y de los diferentes espacios, ya que, siguiendo el modelo de La Casa de la Portera, la obra va desarrollándose en las diferentes habitaciones de la casa.

Espectadores exigentes y actores de nivel

La experiencia como espectador es intensa y muy libre. No hay cuarta pared, porque el espectador está dentro, la distancia con los actores es mínima. “En nuestros espacios, el espectador se va creando su montaje,  porque puedes tener a un personaje, Macbeth, por ejemplo, en primer plano, pero te interesan más lo que están haciendo las brujas en segundo plano”. Un reto salvaje para los intérpretes.

Como actor, el que vale, aquí se ve; y el que no, también", afirma José Martret

“El que vale vale aquí se ve, y el que no también”, afirma Martret. “Ponerse ante semejante toro es de ser muy valientes, y de querer avanzar en tu profesión”. El trabajo de dirección es diferente, “casi un trabajo cinematográfico en cierta manera, porque todo tiene que ser muy de verdad y muy creíble, pero al mismo tiempo es teatro, estás en vivo y en directo, y por eso cada noche es una experiencia completamente diferente”.

Frente a este miura, el reparto de MBIG está a una altura notable con algunos trabajos sobresalientes, como la citada Cuevas, Francisco Boira y Rocío Muñoz-Cobo como matrimonio Macbeth, o Dani Pérez Prada como Banquo.

De salir por la puerta grande están también Bárbara Lennie y Santi Marín, que le ponen carne y voz a Breve ejercicio para sobrevivir, adaptación de Lautaro Perotti (cofundador de Timbre 4, el referente argentino de Martret y Puraenvidia) sobre dos textos de Tennessee Williams, en cartel estos días en La Pensión de las Pulgas tras el éxito hace un año en La Casa de la Portera.

“Yo creo que es otro de los éxitos de La casa de la portera, no sólo el entusiasmo del público, y el boca a oreja, sino que la misma gente de la profesión quiere ponerse a prueba en espacios como estos”, considera Martret.

¿Éxito rentable? “No. Es un proyecto viable, pero no es un proyecto rentable. Si mi objetivo fuera ganar dinero no habría abierto estos teatros,  lo hicimos por las ganas de trabajar que tenemos y las de mostrar nuestros proyectos”. Larga vida al riesgo creativo.

¿Malos tiempos para la dramaturgia?

La asistencia a espectáculos de artes escénicas ha caído un 27% en 5 años, según el anuario de la SGAE 2013, y sin embargo, continuamente hay noticias de nuevos espacios teatrales alternativos.

“Creo que la crisis es un factor que ha potenciado en cierta manera esta forma de hacer”, asegura José Martret. “Creativamente, el teatro no está en crisis, está en un momento espectacular, por todo lo que está sucediendo. Ahora en España parece que la evolución va por esas salas más pequeñas donde se hacen cosas más de pequeño formato pero que están teniendo mucha repercusión”.

La Casa de la Portera y La Pensión de las Pulgas, Microteatro por dinero, Sala Tú, Nave 73, Sala Kubrik, Sol de York, Teatro de la Ciudad, Teatro del Barrio, Teatro Quevedo, La escalera de Jacob, Espacio Labruc… la eclosión de espacios escénicos alternativos refleja que la creatividad del teatro en Madrid está en un clímax.

The Guardian, el FAZ o el Instituto Nacional del Teatro de Japón se han fijado en estas iniciativas. ”Parece que formamos parte de la Marca España -cuenta Martret-, pero no tenemos ningún apoyo por ningún lado, ni del Gobierno ni de las instituciones, aunque tampoco lo hemos buscado. Tanto Alberto Puraenvidia como yo funcionamos por impulsos y el de trabajar es más importante que el de crear una empresa”.

“El panorama cultural es desolador porque si no se apoya desde lo institucional a la cultura creo que empobrece el alma del país, pero como somos supervivientes siempre aparece gente que lucha y que da el callo haya o no haya ayudas institucionales”. Optimismo creativo, lo podríamos llamar.