'La Cuna de la Humanidad', una exposición para entender cómo surgió el género humano
- Son 200 piezas que datan desde hace casi 4 millones de años y hasta ahora
- Es la primera vez que viajan de África a España
- Una de las piezas estrella, la mandíbula de un homínido de hace 1,34 millones de años
Son 200 piezas de fósiles de animales, útiles y reproducciones de restos de homínidos que datan desde hace casi cuatro millones de años hasta la actualidad. Han sido encontrados en África y es la primera vez que viajan a España.
La Cuna de la Humanidad es la exposición que desde este lunes acoge el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares (Madrid) y en la que se exponen fósiles originales de animales extintos que convivieron con los homínidos; útiles en piedra y reproducciones de los cráneos y de algunas partes del esqueleto de los homínidos más representativos en la línea evolutiva.
Proceden de la garganta de OlduvaiGorge, en Tanzania, conocida como la Cuna de la humanidad, un territorio único por ser la región del planeta donde se encuentran representadas las etapas más importantes de la evolución humana, desde hace dos millones de años hasta la actualidad, como explica el Museo de la Evolución Humana.
Esta zona fue conocida por primera vez en 1911, cuando la visitó un científico alemán, Wilhelm Kattwinkel. Desde entonces "se han escrito algunas de las páginas más importantes de la paleoantropología mundial".
Dentadura de un homínido
Uno de los comisarios de la exposición, el director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, Enrique Baquedano, ha explicado en el programa de RNE Ciencia al Cubo, que cuenta con piezas que nos permiten conocer mejor la evolución humana en África.
Una de ellas es el Paranthropus boisei, también conocido como OH81u 'hombre cascanueces' -por su potente aparato masticador-. El equipo de Baquedano y de Manuel Domínguez, director del Institute of Human Evolution in Africa, IDEA, encontró restos dentarios de este individuo.
"Es la primera vez que aparecen restos poscraneales asociados a este tipo de individuos", ha comentado Baquedano, quien ha indicado que los rescataron entre 2010 y 2011 en el yacimiento de Olduvai y fue un descubrimiento "muy emocionante".
Los resultados del estudio de los elementos dentarios del Paranthropus boisei de hace 1,34 millones de años se publicaron en la revista Plos One en diciembre de 2013.
La fauna que convivió con los homínidos
Otros elementos de gran interés de la exposición son los fósiles de los animales que convivieron y de los que se alimentaron con los homínidos en Tanzania. Como ha contado Baquedano, hace tres millones de años el Australopitecos salió de la selva a la sabana y se enfrentó a grupos de fauna "muy grandes".
"Eran animales realmente portentosos que han dejado sus pisadas, como elefantes, jirafas, gallinas de Guinea, avestruces...", ha señalado el investigador.
Así, en La Cuna de la Humanidad se muestran conjuntos de fósiles pertenecientes a animales de tamaño medio, entre 120-450 kilogramos y grande, de más de 450 kilogramos, que presentan marcas de percusión, fracturas en fresco y muescas, con más de 50 piezas.
También se enseñan elementos óseos correspondientes a herbívoros de tamaño medio y grande que muestran marcas de corte en su superficie, entre ellos varias tibias distales de bóvido y équido que presentan un claro patrón de fracturación para la extracción de la médula ósea, con más de una docena de piezas.
Capacidad simbólica de los homínidos
Enrique Baquedano ha explicado que los homínidos cuya vida explican en la exposición pertenecían a grupos muy pequeños, eran "verdaderos exploradores y les debía resultar todo amenazante".
Sobre los neandertales, aunque no se conoce qué sentimientos o emociones tenían -porque "los sentimientos no fosilizan"-, el investigador no duda de que disfrutaban de capacidad simbólica, capacidad para emocionarse y disfrutar de la belleza y comunicarse.
"Los yacimientos están ubicados en lugares excepcionalmente bellos", y pone como ejemplo el yacimiento de Pinilla del Valle, en Madrid. "Es un lugar en el que además de controlar las grandes manadas, los montes más bellos como la sierra de Peñalara se dominan perfectamente", indica, y subraya: "Nadie discute que enterraban a sus muertos como piedad hacia los miembros de sus clanes".
Aunque la capacidad de hablar de los neandertales no está demostrada, Baquedano comenta que tenían suficiente capacidad fonética y auditiva y que cree que podrían haber desarrollado un lenguaje complejo, como el que tiene el humano actual. "Pero es una convicción, no una evidencia", ha manifestado.