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Esteban Crespo: "Nuestro nivel de cortometrajes es mucho más alto que el de largos"

  • El realizador español está nominado al Oscar por Aquel no era yo
  • Es fruto del contacto del director con el continente africano como cooperante

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Esteban Crespo llega a Hollywood con su "Aquel no era yo"

Un Toledo que simula África llega a la ONU. El cortometraje Aquel no era yo,  del español Esteban Crespo,   se proyecta en la sede la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York en el Día Internacional contra la utilización de los niños en los conflictos armados. Para Crespo no es un acto más en la campaña de promoción de cara a la gala de los Oscar del próximo 2 de marzo: Aquel no era yo se estrenó en 2012 para celebrar el mismo día y la cruda historia que relata es también un grito para alertar sobre la problemática.

Aquel no era yo parte del contacto del director con el continente africano como cooperante. “Estuve en Guinea Ecuatorial y Namibia, no en las zonas armadas más conflictivas”. Su experiencia se completó con relatos de primera mano para confeccionar el guion. “También entré en contacto con todas las ONG porque era un momento en el que se habían unido todas las que trabajan con niños: Save the children,   Amnistía Internacional, etc., desde la más grande a la más pequeña. Nos prestaron ayuda, información, leyeron el guion y nos dieron sus opiniones”.

Aquel no era yo, protagonizado por Alejandra Lorente, Gustavo Salmerón y Babou Cham, reúne a una cooperante española con un niño soldado en una encrucijada de violencia y redención que ha cosechado más de 90 premios internacionales (entre ellos el Goya a mejor cortometraje en 2013) y que, como colofón, se ha convertido en el quinto cortometraje español nominado al Oscar de la historia.

TRAILER Aquel no era yo from quieneslala on Vimeo.

La promoción en Los Ángeles

Esteban Crespo lleva desde el pasado 3 de febrero en Los Ángeles, con la habitual tournée promocional. El 10 de febrero acudió al almuerzo de nominados, en el que posó junto a Cate Blanchett en la tradicional foto de grupo. “No soy muy mitómano y no voy a pedir autógrafos”, declaraba antes de partir a EE.UU, “pero soy muy de Uno de los nuestros y Toro Salvaje, de Scorsese. No he visto El lobo de Wall Street y, en mis pesadillas, se me acerca Scorsese y me dice «he visto tu corto», y yo no puedo decirle nada”, bromea.

Rodado en inglés y  español “por una cuestión de credibilidad”, el mayor desafío a priori -el casting de niños soldados- resultó lo más fácil. “Fue duro pero tuve una suerte grandísima porque al protagonista le encontré el primer día y eso te relaja.  Porque el problema era encontrar un niño de 12 años con tantos matices: tenía que parecer un indefenso y en otro momento el  ser más sanguinario de mundo”. Para parte del casting colgaron carteles por el barrio de Lavapiés.  Los niños no hablaban inglés “ni ninguno de los tres conductores sabía conducir”, recuerda.  El resultado, sin embargo, es asombroso en cuanto a su verosimilitud.  El drama se combina con un contundente giro argumental que es el secreto del éxito de Aquel no era yo.

Parece además que la temática de los niños soldados despierta sensibilidades en Hollywood. El año pasado la dura ábula Rebelde se coló en la categoría de Mejor película de habla no inglesa. Su director Kim Nguyen (que también fue cooperante en África), afirmaba en RTVE.es  que existía futuro para África. ¿Comparte Crespo el optimismo? “Sí, estoy convencido de que hay futuro y esperanza sin lugar a dudas. África es un continente maravilloso. Todo el que ha viajado se enamora.  Al final, no son ellos, somos todos: el problema de África es global”

¿Del Goya al Oscar?

Crespo, de 42 años, se inició tarde en la dirección. Estudió arquitectura de interiores y cuando finalizaba sus estudios, realizó un cortometraje. “Me di cuenta de que me había equivocado”. Ahora vive un momento dulce. En Los Ángeles, los nominados viven un cortejo por parte de la industria estadounidense. Una situación que contrasta con la poca repercusión industrial que supone ganar un Goya.  “Estoy encantado de tener un Goya y es un orgullo tremendo porque es tu profesión votándote y es maravilloso, pero, en España, los que mandan en la industria no ven cortos. Ni un solo productor me llamó tras el  Goya para preguntarme si tenía algo. No te digo para contratarme, sino para preguntarme si tenía algún proyecto aunque, si te reciben, ya tienen una referencia”, sostiene.  “En cambio, tras una entrevista que me hicieron al superar la shortlist de 10 finalistas a los Oscar, ya hizo que me llamaran productores”: 

Ilustra con un dato la diferente consideración. “Solo con la nominación ya soy académico de Hollywood. Sin embargo, tengo un Goya y no soy académico de España. Los cortos no podemos serlos”.

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El director presume del estado del mundillo de los cortos. “Antes era un sitio donde se aprendía; ahora mismo es un formato.  En esta crisis hay un montón de directores superválidos que no podemos dar el salto al largo y estamos haciendo cortos.  Y nuestros cortos ganan 100 veces más premios y tienen un movimiento internacional a años luz de los largos. Han ganado en Berlín, Sundance, Clermont-Ferrand… Ahora  vamos a los Oscar. Nuestro nivel de cortos, internacionalmente,  es mucho más alto al nivel de largo. Pero si ni las instituciones se enteran ¿cómo queremos que se entere la sociedad?”, lamenta.

Crespo lo tiene claro si aparece el dilema entre continuar su carrera en España o una eventual oferta en EE.UU. “Tengo un motón de entrevistas con agentes y productores muy gordos. Aunque Los Ángeles es así: son entrevistas que muchas veces no llegan a nada. Yo voy abierto absolutamente de mente. De repente,  me han ofrecido trabajos pero no sé qué va a ser de mi vida. Lo normal es que mi futuro inmediato esté en España, pero estamos pasando una crisis muy gorda. EE.UU. es un mundo que no controlo. No lo descarto, pero no quiero cometer errores”, concluye.