Letta, el líder breve doblegado por los envites de izquierda y derecha
- Ministro de Asuntos Exteriores en 1998, fue el más joven de la historia
- Tuvo que liderar un gobierno de unidad de urgencia torpedeado por Berlusconi
- Tras superar una moción de confianza, cae tras el pulso con su delfín, Renzi
Enrico Letta (Pisa, 1966), vicesecretario del Partido Democrático (PD) y hasta este 13 de febrero primer ministro de Italia, dimitirá este viernes, y lo hará -una vez más en el país transalpino- como un mandatario efímero, tras diez meses al frente del Gobierno italiano, batido tras haber capeado tanto a la derecha como a la izquierda política, y, en último término, ante la presión de su propio partido y de su líder, Matteo Renzi.
Dedicado a la política desde muy joven, y de clara vocación europeísta -se licenció en Ciencias Políticas y se especializó en Política Internacional y en Derecho Comunitario en su ciudad natal-, sus orígenes fueron democristianos. Presidió la Unión de Jóvenes Demócratas Europeos entre 1991 y 1995, cuando contaba 25 años de edad, para militar más tarde en el Partido Popular Italiano y ser secretario adjunto del Partido Popular Europeo entre 1997 y 1998.
Su gran salto político llegó con su elección como ministro de Asuntos Europeos en el primer gobierno de centroizquierda de Massimo D'Alema entre noviembre de 1998 y diciembre de 1999, y se convirtió en el ministro más joven de la historia de la república italiana. En el segundo gobierno de D'Alema fue nombrado en abril de 2000 ministro de Industria, Comercio y Artesanía, cargo que ocupó hasta mayo de 2001.
Ganó un escaño en la Cámara de Diputados por el Piamonte en las elecciones celebradas en 2001 y en 2004 fue elegido miembro del Parlamento Europeo. En Estrasburgo perteneció al Comité de Asuntos Económicos y Monetarios y entre 2004 y 2006 fue uno de los miembros de la Delegación para las relaciones con los países del Magreb y la Unión Árabe del Magreb (UAM).
Volvió a la política italiana en 2006 tras ganar un escaño como diputado nacional en la región de Lombardía y aceptar el nombramiento de secretario del Consejo de Ministros por el nuevo primer ministro, Romano Prodi.
En 2009, se convirtió en vicesecretario general del Partido Democrático creado ese año para aglutinar al centro izquierda italiano en una sola formación política.
Formó un inestable gobierno de unidad
En las elecciones celebradas en febrero de 2013 fue reelegido diputado y el 25 de abril de ese año el presidente italiano, Giorgio Napolitano, le encargó la formación de un nuevo gobierno, después de que el líder del centroizquierda, Pier Luigi Bersani, fuera incapaz de formarlo.
Sobrino de Gianni Letta, uno de los hombres de confianza del líder del centroderecha italiano, Silvio Berlusconi, dos días después del encargo recibido consiguió formar un gobierno de unidad.
Entre los 21 nuevos ministros destacaron los nombres de la titular de Exteriores, la excomisaria europea Emma Bonnino, el de Fabrizio Saccomani, director general del Banco de Italia, al frente de la cartera de Economía, y el de Angelino Alfano, considerado el delfín político de Silvio Berlusconi como vicepresidente y nuevo ministro del Interior.
Las dificultades que encontró Letta para formar gobierno siguieron durante los primeros meses de su mandato en forma de amenazas de Silvio Berlusconi, reconvertido ahora en senador, y con graves problemas con la justicia.
El exprimer ministro, que había sido condenado a siete años de cárcel por el caso Ruby y sobre el que pesaba la posibilidad de ser inhabilitado como miembro del Senado, amenazó con hacer caer el gobierno de Letta si no le apoyaba.
Tras el órdago de Berlusconi, el enemigo en casa
La amenaza se hizo realidad el 28 de septiembre cuando Berlusconi forzó a los cinco ministros de su partido a presentar la dimisión en un intento de hacer caer a Letta y obligarle a convocar nuevas elecciones.
La rebelión en el partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL) encabezada por su delfín, Angelino Alfano, hizo posible que Letta salvara el órdago en forma de moción de confianza que él mismo había planteado en el Senado, donde no contaba con una mayoría suficiente.
La Cámara Baja italiana finalmente le dio su confianza con 235 votos a favor y 70 en contra, después de que Berlusconi diera marcha atrás y apoyase a Letta.
El político pisano tuvo que hacer frente después a un contrincante más peligroso e instalado en su propia casa, el secretario general de su partido desde el mes de diciembre, Matteo Renzi, alcalde de Florencia.
El ambicioso Renzi, como se definió a sí mismo, no ha tenido reparos en pactar una ley electoral con Silvio Berlusconi y pidió la formación de un nuevo Gobierno tan sólo un día después de que Letta presentase su plan "Compromiso Italia 2014". No ha podido soportar el desafío a su liderazgo y tras perder el apoyo del PD, se abre una nueva etapa en un país acostumbrado a los terremotos políticos y sus réplicas.